Toronto. Omar Khadr, el “niño soldado” talibán que pasó una década en Guantánamo y al que Canadá se negó a repatriar, fue puesto hoy en libertad por una jueza canadiense que consideró que no es una amenaza ni para la sociedad ni para las relaciones de Canadá con otros países.Seguir a @Mundo_ECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Khadr, que fue capturado en el 2002 en Afganistán cuando tenía 15 años y ha pasado casi la mitad de sus 28 años encarcelado, fue puesto en libertad bajo la supervisión de su abogado, Dennis Edney, y con una serie de condiciones, como limitar sus comunicaciones familiares al inglés y por teléfono.
Imágenes distribuidas por uno de sus abogados mostraron hoy a Khadr relajado junto a Edney a la salida de una comisaria de Edmonton, en el oeste de Canadá, tras la decisión de la jueza Myra Bielby, del Tribunal de Apelaciones de Alberta.
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Reuters
La decisión de Bielby de rechazar los argumentos de la fiscalía canadiense contra la liberación de Khadr supone otro varapalo judicial para el primer ministro Stephen Harper, que desde que llegó al poder en el 2006 se ha opuesto a cualquier medida que supusiese la reinserción del joven.
El Gobierno Canadiense se opuso a la libertad bajo fianza de Khadr, aprobada a finales de abril por otra jueza, a pesar de los informes psicológicos que señalan que el antiguo “niño soldado” está reformado y que supone un mínimo riesgo para el país.
Tras su liberación, el ministro de Seguridad Pública, Steven Blaney, volvió a repetir su descontento con la medida y dijo lamentar “que a un terrorista convicto se le permita volver a la sociedad canadiense sin haber completado su sentencia”.
Por su parte, tras la liberación de su cliente, Edney lanzó un fulminante ataque contra Harper.
“Harper es un fanático al que no le gustan los musulmanes. Quiere probar que es intransigente con el crimen y ¿A quién elige? ¿A un niño de 15 años?”, dijo Edney durante una conferencia de prensa en las afueras del tribunal de Edmonton.
“Espero que Omar Khadr permita al público canadiense ver quién es. Para desmentir las mentiras de este Gobierno que no ha permitido a los medios de comunicación que le vean o hablen”, continuó.
“Y quiero que el público canadiense entienda en todo momento el contexto. Cuando el Gobierno de Harper dice que ha cometido un crimen atroz, lo que no dice es que fuimos el único país occidental que no solicitó la repatriación de uno de sus detenidos”.
“Dejamos que un menor canadiense fuese torturado en Guantánamo. No solo eso, sino que también participamos en su tortura”, terminó señalando Edney.
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LAS RESTRICCIONES
La jueza Bielby ordenó que Khadr viva con Edney, que no salga por la noche, que continúe visitando a un psicólogo y que haga uso de internet de manera limitada y controlada.
La liberación de Khadr es un capítulo más en un caso que la propia jueza Bielby calificó hoy de “inusual”.
Omar Khadr nació en 1986 en Toronto, hijo de Ahmed Said Khadr, un ciudadano canadiense de origen egipcio, que murió en el 2003 en Pakistán durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad del país.
Ahmed Said Khadr está considerado como uno de los miembros fundadores de Al Qaeda y cercano a su fundador Osama Bin Laden.
Al menos dos de sus hermanos mayores, Abdullah y Abdul Rahman, fueron detenidos por Estados Unidos en Afganistán acusados de estar relacionados con Al Qaeda y los talibanes.
El propio Omar Khadr se encontraba en Afganistán en el 2002, donde fue capturado cuando tenía 15 años tras una sangrienta batalla entre soldados estadounidenses y talibanes.
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AFP
Khadr resultó malherido, fue el único sobreviviente y estuvo a punto de ser rematado por uno de los soldados que le capturaron.
Después fue trasladado a Guantánamo, donde fue interrogado de forma repetida por agentes estadounidenses y canadienses, lo que el joven y sus abogados han calificado como sesiones de abusos y tortura.
En el 2010, tras años de negativas de Ottawa para repatriarlo, Khadr, el último prisionero occidental que quedaba en Guantánamo y el primer menor juzgado por crímenes de guerra desde la Primera Guerra Mundial, aceptó ser responsable de la muerte de un soldado canadiense en la batalla en la que fue capturado.
Un tribunal militar estadounidense le condenó a 8 años de prisión por crímenes de guerra y en el 2012 finalmente Khadr fue repatriado a Canadá para cumplir el resto de su condena.
Una vez en Canadá, Khadr apeló su condena en Estados Unidos y solicitó la libertad bajo fianza tras haber cumplido la mayor parte de su sentencia.
Fuente: EFE