Madrid (DPA). No es lo mismo ser familia real que ser familia del rey. La llegada al trono de Felipe VI trae consigo cambios profundos en la familia real española, de la que salen las hermanas del monarca, Elena y Cristina, y en la que los reyes retirados convivirán con los monarcas reinantes.
La familia real está formada por el monarca y los familiares del rey con capacidad legal de representar a Corona española. Una ley de 1981 establece claramente quiénes la forman: incluye al “Rey de España, su Augusta Consorte, sus ascendentes de primer grado, sus descendientes y al Príncipe heredero de la Corona”.
Es decir, a partir de ahora el rey Felipe VI, la reina Letizia, los reyes retirados Juan Carlos y Sofía, y las infantas Leonor y Sofía, la primera como princesa heredera. Hay pues un cambio de posiciones y dos miembros menos.
Las infantas Elena y Cristina mantendrán sus títulos de duquesa de Lugo, la primera, y duquesa de Palma, la segunda, pero no representarán ya a la Corona en actos oficiales.
Cristina, de hecho, hace ya más de dos años que no lo hace, desde que fue apartada de la agenda oficial junto a su marido, Iñaki Urdangarin, ante la imputación de este por corrupción, un caso que ha acabado salpicándola directamente.
Si el juez de Palma de Mallorca que investiga el asunto y que la imputó también a ella decide sentarla en el banquillo, ya no será juzgado un miembro de la familia real española, sino un familiar del rey de España.
También para las cuestiones pecuniarias es distinto ser familia real que familia del rey.
La Constitución española establece que el monarca recibe anualmente una asignación de los presupuestos generales del Estado que distribuye libremente entre los miembros de la familia real.
Cristina, que trabaja en la Fundación La Caixa desde 1993, no recibía ya nada desde que fue apartada de la agenda oficial. Su hermana Elena, que trabaja en la Fundación Mapfre, tenía ahora una asignación máxima de 25.000 euros para gastos de representación.
Este año la cantidad destinada por el gobierno a la Casa del Rey es de 7,7 millones de euros y no cambiará con la llegada al trono de Felipe VI. De esa cantidad, a la familia real van unos 698.000 euros. El resto es para pagar sueldos de quienes trabajan en la Casa del Rey, entre otras cosas.
Lo que tendrá que modificar el nuevo monarca son las asignaciones a cada uno de los miembros de la familia real, teniendo en cuenta que la princesa de Asturias no tendrá asignación hasta que cumpla la mayoría de edad.
El rey Juan Carlos fijó para 2014 en cerca de 293.000 euros el dinero que él recibía, entre sueldo y gastos de representación, y estipuló en la mitad el del príncipe Felipe.
Hace solo cuatro meses fijó además por primera vez un sueldo a la reina Sofía y a la princesa Letizia, unos 63.000 euros para la primera y unos 49.000 euros para la segunda. A ello se suman 68.000 y 53.000 euros en concepto de gastos de representación.