Miami (EFE)
Los nueve inmigrantes cubanos que llegaron el martes por la tarde en una balsa a las playas de Miami, después de diez días de travesía, contaron hoy que el viaje demandó cerca de tres meses de preparación, según informaron medios locales.
Los balseros cubanos pusieron pie en las playas de Key Biscayne, muy cercanas al centro de la ciudad de Miami, en buen estado de salud, según señalaron efectivos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Miami.
Tanto los Servicios médicos como agentes de la Patrulla Fronteriza se encargaron de atender a los inmigrantes apenas pisaron territorio estadounidense.
Los inmigrantes cubanos, con edades entre 20 y 40 años, aseguraron que salieron de Cuba hacía unos diez días, provenientes de Camagüey, al oriente de La Habana.
En un improvisado encuentro con la prensa a las afueras del Servicio Mundial de Iglesias, la organización que les ha brindado refugio y atención tras su llegada al país, el que ejerció de capitán de la embarcación, René Morales, rechazó que el grupo formara parte de una operación de tráfico ilícito de personas, tal como lo sugirió inicialmente la Patrulla Fronteriza.
Según relató, el viaje se inició cuando un grupo de 14 residentes de Camagüey empezaron a preparar una improvisada embarcación a base de placas de acero, y a la que añadieron el motor de un tractor soviético modelo T-40.
Poco antes de partir, el grupo, que se redujo a nueve integrantes, contactó a Morales para que sea el capitán de la embarcación, quien aceptó la propuesta porque sentía que “no tenía futuro en Cuba”. “Uno tiene que decidir entre comprar comida o zapatos”, señaló en declaraciones que recoge “The Miami Herald”.
Tras 10 en el mar, escondiéndose de los guardacostas estadounidenses y en donde incluso la embarcación casi zozobra, el grupo finalmente arribó a Key Biscayne la tarde del pasado martes.
Desde octubre del 2013 han llegado a las playas del sur de Florida al menos 780 balseros cubanos, casi el doble que el año anterior, según cifras oficiales.
La Ley de Ajuste vigente en Estados Unidos desde 1966 permite que los cubanos que pisen suelo estadounidense pueden quedarse en el país y obtener la residencia, mientras que los interceptados en el mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, son devueltos a la isla.