Washington (EFE). El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo hoy que su prioridad es averiguar si había ciudadanos estadounidenses a bordo del avión malasio siniestrado en el este de Ucrania, y ofreció asistencia estadounidense al Gobierno de Ucrania para “determinar qué pasó y por qué” en el suceso.
“El mundo está siguiendo los informes de un avión de pasajeros siniestrado cerca de la frontera entre Rusia y Ucrania”, dijo Obama en un discurso en el estado de Delaware.
“Parece que podría ser una terrible tragedia. Ahora mismo estamos trabajando para determinar si había ciudadanos estadounidenses a bordo. Esa es nuestra primera prioridad”, añadió.
El mandatario aseguró que su Gobierno está en contacto con el Gobierno ucraniano y ofrecerá “toda la asistencia que pueda para ayudar a determinar qué ocurrió y por qué”.
“Como país, nuestros pensamientos y oraciones están con todos los pasajeros y sus familiares, donde quiera que estén”, concluyó el presidente en una intervención muy breve en la que no hizo referencia a las posibles causas del suceso.
Obama fue informado del incidente por sus asesores y ha pedido a su equipo que le mantenga al tanto de cualquier información relacionada con el incidente del avión y que los funcionarios estadounidenses permanezcan en contacto constante con el Gobierno de Ucrania.
En una llamada telefónica hoy, el presidente ruso, Vladimir Putin, también informó a Obama de que había “informes iniciales de un avión de pasajeros estrellado cerca de la frontera entre Rusia y Ucrania”, según la Casa Blanca.
Según informó la emisora rusa “Eco de Moscú” en Twitter, en el Boeing-777 viajaban también 23 ciudadanos norteamericanos, pero el Gobierno estadounidense no ha confirmado ese extremo.
El Boeing-777 de Malaysian Airlines, en el que viajaban 295 pasajeros que cubría la ruta de Amsterdam a Kuala Lumpur, se estrelló en la región oriental de Donetsk, escenario de combates entre las fuerzas gubernamentales de Ucrania y los rebeldes prorrusos.
Nada más producirse el siniestro, el Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos se acusaron mutuamente de haber derribado el aparato.