El estudio de los textos bíblicos es un campo peligroso. Principalmente porque, 2000 años después, los relatos conocidos llegan con capas interpretativas construidas por la fe.
Pero muchos expertos contemporáneos argumentan que la idea de que Jesús tuvo 12 apóstoles es simbólica y no un relato exacto ni cercano a la realidad.
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Fue una reconstrucción de la vida de Jesús que sirvió para fundamentar la jerarquía dentro de la comunidad de los primeros cristianos.
“Sobre la cuestión de los 12 (apóstoles): diría que hay una fuerte tendencia a creer que fue una representación simbólica, basada en los 12 hijos de Jacob, en las 12 tribus de Israel (clanes familiares del antiguo pueblo hebreo), o incluso en otras tradiciones”, le dice a BBC News Brasil el historiador André Leonardo Chevitarese, profesor del Instituto de Historia de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y autor de varios libros sobre la vida de Jesús de Nazaret.
“El hecho de que Jesús hizo apóstoles a 12 entre sus seguidores es discutible”, añade.
“Hubo otros, y hasta una mujer”, concuerda el historiador, teólogo y filósofo Gerson Leite de Moraes, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.
“El término apóstol parece ser un término que no tiene un solo uso”, explica.
Para entender la controversia, uno debe tratar de entender lo que dice la Biblia acerca de los apóstoles de Jesús.
Y la mención más antigua está en la primera carta de Pablo a los Corintios, un documento que fue escrito en la primera mitad de los años 50, antes, por tanto, de los evangelios.
Está el pasaje que se conoce como el kerigma más antiguo del cristianismo, es decir, el anuncio de la fe que hicieron los primeros cristianos.
Dice que “Cristo murió por nuestros pecados, según las escrituras. Fue sepultado, resucitó al tercer día, según las escrituras. Se le apareció a Cefas, luego a los doce”.
André Leonardo Chevitarese afirma que este pasaje, en sí mismo, arrastra algunos problemas, razón por la cual algunas versiones en griego antiguo dicen “once” en lugar de “doce”.
“Pablo no sabía que había habido un traidor”, comenta.
Judas Iscariote habría sido quien entregó a Jesús, por lo que no podía estar con el grupo tras la muerte del hombre al que seguían.
“La idea de los 12 está ahí. Pero es la única vez que Paul menciona esto en sus siete cartas, todas datadas de la misma década”, dice el historiador.
Moraes cree que los 12 formaban el núcleo principal entre los que acompañaban a Jesús, dado el simbolismo. Pero reconoce que hay problemas de concordancia, especialmente si se comparan las cartas paulinas con los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.
“En Pablo, la noción de apóstol es un poco más extendida. Así, la posición peculiar de los 12 en el cristianismo primitivo está clara, pero no se sabe si tal posición ya existía cuando Jesús estaba vivo”, explica.
Al leer los Evangelios, los cuatro libros bíblicos que narran la vida de Jesús, la situación se complica aún más.
“Esto se debe a que solo un autor del material del Nuevo Testamento dijo quiénes eran exactamente los 12”, apunta Chevitarese.
“Está en el capítulo 6 de Lucas, en un libro que comúnmente data de los años 90, a finales del primer siglo”.
Es decir: es una historia ya escrita bajo la “contaminación ideológica”, intencionada o no, de una iglesia primitiva que ya había surgido. Su propio autor no había presenciado los relatos que narró.
Un pasaje del libro de Lucas dice que: “Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles”.
“Habla de un grupo selecto que Jesús habría escogido entre sus discípulos”, explica el historiador.
Pero, ¿cuántos realmente siguieron a Jesús?
Chevitarese cree que fue un movimiento “muy pequeño e intrajudío”.
“No estamos hablando de un candidato mesiánico que atrajo multitudes. Jesús fue un líder popular en Galilea y movía un pequeño número de adherentes”, analiza.
Estos adherentes, como los define el investigador, pueden ser llamados “discípulos, individuos que escucharon sus mensajes, estuvieron de acuerdo con ellos y tomaron la decisión de permanecer cerca de Jesús”.
“Principalmente operaba en ambientes rurales, campesinos”, agrega.
Si bien la mayoría de los seguidores de Jesús eran campesinos pobres, también hubo una élite alfabetizada que terminó por interesarse.
“Esto explica por qué, en la década los años 50 después de la muerte de Jesús, es decir desde muy temprano, los textos a los que tenemos acceso estaban en griego y no en arameo. Había una pequeña élite urbana que coincidía con Jesús desde el punto de vista de los problemas generados por la ocupación romana, por la alianza de sectores de la élite judía con Roma”.
Una pista de cuántos eran también se puede encontrar en la carta de Pablo a los Corintios, ya que justo después del pasaje en el que menciona a los 12, afirma que Jesús también habría sido visto por “más de 500 hermanos a la vez”.
“Es decir, en cierto modo, Jesús tuvo más discípulos que aquellos 12. Y no hay razón para no admitirlo (...) también hubo discípulas, mujeres que habían dejado parte de sus quehaceres diarios para escucharlo”, dice Chevitarese.
La fuente más antigua para legitimar la existencia de los 12 es Pablo y él mismo indica que hubo otros apóstoles, así llamados. Incluidas las mujeres.
En la carta a los Romanos, también de esa década de los 50, saluda a la pareja “Andrónico y Junias, mis parientes y mis compañeros de cautiverio”.
Dice que los dos “son eminentes apóstoles y pertenecieron a Cristo incluso antes que yo”.
Moraes recuerda que hoy “hay muchos fundamentalistas que dicen que Júnias era un nombre de hombre”. “Pero era una mujer”, asegura.
Subdirector del Centro Laico, en Roma, y profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana, también en Roma, el vaticanista Filipe Domingues comenta el importante papel que jugó María Magdalena en este núcleo central del movimiento de Jesús.
“Hubo mujeres que lo siguieron y Madalena es una de ellas. Informalmente se la llama la apóstol de los apóstoles y me gusta recordar que el Papa Francisco cambió la liturgia de Magdalena para hacerla una solemnidad tan importante como la de los demás apóstoles”, apunta.
“Hoy, desde el punto de vista litúrgico, tiene el mismo peso”, añade.
“Ella no es ampliamente llamada apóstol solo porque no hay ningún relato, ninguna evidencia en los evangelios, de que fue enviada a predicar como los demás. Pero podemos verlo como algo de época, ya que una mujer no hacía eso en ese momento“.
Domingues también destaca que María, madre de Jesús, fue otra seguidora cercana.
El historiador Chevitarese afirma que la idea del selecto grupo de los doce pudo haber sido “un invento del propio Lucas”.
“En Hechos (el libro Hechos de los Apóstoles, también escrito por Lucas, que narra los primeros pasos del movimiento tras la muerte de Jesús), creó la tradición apostólica”, explica.
“Esto es muy importante en la mente de Lucas, porque para él es como si Jesús hubiera pasado su enseñanza a los 12, y los 12 fueron por el mundo, cada uno a un lugar diferente, llevando enseñanza y poder”.
En el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles, a Bernabé también se le llama apóstol.
“Todo esto es tradición”, agrega Chevitarese. “Discurso del poder. Una sutileza de establecer una élite por un lado y el pueblo llano por el otro, sirve para romper la horizontalidad para imponer una verticalidad.”
Para Moraes, “la polémica se vuelve muy interesante porque hay estudios que dicen que ese término, apóstol, ni siquiera existía en tiempos de Jesús”.
“Quizás fue un término incorporado después, usado en la estructura de gobierno jerárquica, carismática, de la iglesia primitiva”, concluye.
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