Mientras abría fuego de manera indiscriminada contra cientos de personas, lo retransmitía en vivo para todo el planeta a través de Facebook.
Brenton Tarrant fue acusado formalmente de asesinato este sábado como principal sospechoso de cometer los tiroteos masivos en dos mezquitas de Christchurch (Nueva Zelanda) que dejaron al menos 49 muertos.
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El australiano de 28 años había sido identificado previamente como la persona que transmitiópor redes sociales 17 minutos de video sobre el ataque en la mezquita de Al Noor a través de una cámara colocada en su cabeza.
Lo que siguió fue una carrera contrarreloj para que las plataformas eliminaran cuanto antes dichas imágenes, ya que fueron compartidas y difundidas ampliamente tras los ataques.
Y, a través de las redes sociales, llegó a las portadas de algunos de los sitios web de noticias más importantes del mundo como imágenes, GIFs e incluso el video completo.
Una vez más, esta situación puso de relieve el modo en que sitios como Twitter, Facebook, YouTube y Reddit intentan (sin éxito)gestionar el contenido de extrema derecha existente en sus plataformas.
A medida que el video continuaba difundiéndose, algunos usuarios publicaron mensajes pidiendo a que se dejara de compartir.
“Eso es lo que el terrorista quería”, señalaron algunos.
- ¿Qué se compartió? -
El video, que muestra una visión en primera persona de los asesinatos, se difundió ampliamente en redes.
Unos 10-20 minutos antes del ataque en Nueva Zelanda, alguien escribió en la sección /pol/ de 8chan, un foro de discusión con imágenes muy popular entre los simpatizantes del grupo ultraderechista Alt-Right. La publicación incluía un enlace al perfil de Facebook del sospechoso, donde anunciaba que estaría transmitiendo en vivo y publicó un documento con mensajes de odio.
El documento, como señala el analista del sitio web Bellingcat, Robert Evans, está repleto de “enormes cantidades de contenido, la mayoría irónico y de troleo de baja calidad” y memes para distraer y confundir a la gente.
El sospechoso también se refirió a un meme durante su retransmisión en vivo. Antes de abrir fuego, gritó “Suscríbete a PewDiePie”, refiriéndose a un meme que fue creado para mantener a la estrella de YouTube como el canal de la plataforma con mayor número de suscriptores. PewDiePie estuvo envuelto en una polémica por comentarios racistas en el pasado, por lo que algunos creen que el atacante sabía que mencionando su nombre podría provocar una reacción online. PewDiePie dijo después en Twitter que se sentía “asqueado porque esta persona haya utilizado mi nombre”.
Los ataques fueron retransmitidos en vivo en Facebook y, pese a que el video original fue eliminado, se replicó rápidamente y se difundió en otras plataformas como Twitter y YouTube.
Algunos usuarios siguen informando que el video puede aún verse en internet, pese a que las redes están actuando con bastante rapidez para eliminar el original y las copias, que se siguen publicando en YouTube más rápido de lo que la plataforma puede eliminarlas.
Varios medios australianos emitieron algunas de las imágenes del video del tiroteo, al igual que algunos importantes periódicos de todo el mundo.
Ryan Mac, reportero de tecnología de BuzzFeed, creó una línea de tiempo para mostrar dónde había podido ver el video, incluido en una cuenta verificada de Twitter con 694.000 seguidores donde, según denunció, estuvo visible durante dos horas.
- ¿Cuáles fueron las reacciones? -
Si bien muchas personas descargaron y compartieron el polémico video en la red, otras mostraron su malestar y pidieron a los internautas no solo que no lo difundan, sino que ni siquiera lo vean.
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“Por favor, no circules el video del terrorista disparando contra nuestros hermanos y hermanas. Eso es lo que él quería”, escribió Omar Suleiman, presidente del Instituto Yaqeen de Investigación Islámica basado en Texas, Estados Unidos.
Mucha gente se mostró particularmente enfadada con los medios de comunicación que publicaron las imágenes.
El presentador de noticias del británico Canal 4, Krishnan Guru-Murthy, por ejemplo, nombró específicamente dos sitios web de periódicos ingleses y los acusó de descender a “un nuevo punto bajo en el clickbait” (la técnica para lograr mayor número de clicks en internet a través de titulares o contenidos sensacionalistas o confusos).
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El reportero de Buzzfeed Mark Di Stefano también aseguró que el sitio MailOnline había permitido a los lectores descargar el “manifiesto” de 74 páginas del atacante. Más tarde, el sitio web eliminó el documento y publicó una declaración asegurando que había sido “un error”.
El editor del periódico británico Daily Mirror, Lloyd Embley, también tuiteó que habían eliminado las imágenes y que su publicación no estaba “en línea con nuestra política sobre videos de propaganda terrorista”.
- ¿Cómo respondieron las compañías de redes sociales? -
Todas las empresas de redes sociales enviaron sus más sinceras condolencias a las víctimas de los tiroteos, reiterando que actúan lo más rápido posible para eliminar contenido inapropiado de sus plataformas.
“La policía nos alertó sobre un video en Facebook poco después de que comenzara la transmisión en vivo y eliminamos rápidamente el video y las cuentas de Facebook e Instagram del atacante”, declaró la compañía de Mark Zuckerberg.
“También estamos eliminando cualquier elogio o apoyo hacia el crimen y el atacante o atacantes tan pronto como tenemos conocimiento”, agregó.
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“Nuestros corazones están destrozados por la terrible tragedia de hoy en Nueva Zelanda. Por favor, sepan que estamos trabajando y vigilando de cerca para eliminar cualquier video violento”, publicó YouTube.
En cuanto a lo que han hecho anteriormente para combatir la amenaza de la extrema derecha, el enfoque de las compañías de medios sociales ha sido complejo.
Twitter actuó para eliminar las cuentas de Alt-Right en diciembre de 2017. Antes, eliminó y después restableció la cuenta de Richard Spencer, un nacionalista blanco estadounidense que popularizó el término “derecha alternativa”.
Facebook, que suspendió la cuenta de Spencer en abril de 2018, admitió entonces que era difícil distinguir entre lo que era un discurso de odio y un discurso político legítimo.
Este mes, se acusó a YouTube de ser incompetente e irresponsable por su gestión de un video que promociona al ilegalizado grupo neonazi Acción Nacional.
La parlamentaria británica Yvette Cooper dijo que la plataforma de videos había prometido repetidamente bloquearlo, pero después volvía a aparecer en línea.
- ¿Qué tiene que pasar ahora? -
Ciaran Gillespie, científico político de la Universidad de Surrey en Reino Unido, cree que el problema en esta polémica va mucho más allá de un video, por impactante que haya sido su contenido.
“No es solo una cuestión de transmitir una masacre en vivo. Las plataformas de redes sociales se apresuraron a eliminar eso y no hay mucho que puedan hacer sobre quienes lo comparten debido a la naturaleza de la plataforma, pero lo más importante es lo que sucede antes que eso”, dijo.
Como investigador político, usa YouTube a menudo y dice que frecuentemente le aparece recomendado contenido de extrema derecha.
“Hay montones de este tipo de contenido en YouTube y no hay forma de saber cuánto. YouTube ha lidiado bien con la amenaza planteada por la radicalización islámica porque considera que no es legítimo, pero no existe la misma presión para eliminar el contenido de extrema derecha, a pesar de que plantea una amenaza similar”, opinó.
“Habrá más llamados para que YouTube deje de promover canales y contenido racistas y de extrema derecha”.
- “Controversia legítima” -
Sus opiniones son compartidas por el Bharath Ganesh, un investigador del Instituto de Internet de Oxford, Reino Unido.
“Eliminar el video es obviamente lo que hay que hacer, pero los sitios de redes sociales han permitido a las organizaciones de extrema derecha contar con un lugar para debatir y no ha habido un enfoque coherente o integrado para gestionarla”, dijo.
“Ha habido una tendencia equivocada a considerarlo libertad de expresión, incluso cuando es obvio que algunas personas están promoviendo ideologías tóxicas y violentas”.
Ahora las compañías de medios sociales deben “tomarse mucho más en serio la amenaza que plantean estas ideologías”, agregó.
“Puede significar la creación de una categoría especial para la extrema derecha, reconociendo que tiene un alcance global y redes globales”.
Ninguno subestima la magnitud de esta tarea, especialmente porque muchas personas con opiniones de extrema derecha son expertos en lo que Gillespie denomina “controversia legítima”.
“Algunos discutirán la amenaza planteada por el Islam y reconocerán que es polémico, pero dirán que es legítimo discutir”, dijo.
Estas áreas grises van a ser extremadamente difíciles de gestionar para las empresas de medios sociales, dicen, pero después de la tragedia en Nueva Zelanda, muchos creen que deben esforzarse más por afrontar esta realidad.