Jartum, Sudán (Agencias). “Solo pensaba en mi niño y en cómo iba a parir. Estaba muy asustada de dar a luz en prisión. No tenía esposas en mis piernas, sino cadenas. No podía abrir las piernas, así que las mujeres tuvieron que levantarme de la mesa”, este desgarrador testimonio es solo parte de lo que vivió la mujer sudanesa condenada a la horca en su país por ser cristiana y negarse a renunciar a esa condición.
A Meriam Jahia Ibrahim le fue concedido un plazo de dos años para dar de lactar a su pequeña hija, luego debía morir. Una momentánea suerte llegó a su familia, cuando el gobierno de Sudán le concedió la libertad luego del parto, pero no pasó mucho tiempo para que nuevamente ordenaran su captura, esto ocurrió dos veces, en la segunda oportunidad se refugió en la embajada de EE.UU. en Sudán, donde se encuentra actualmente.
“Los doctores dicen que no saben qué efectos traerá haber dado a luz en esas circunstancias. No sé si en el futuro (mi hija) necesitará ayuda para caminar o no”, dijo Ibrahim en entrevista con CNN.DETENIDA EN EL 2013El suplicio de esta mujer comenzó tras ser denunciada por sus familiares. Ella fue acusada de haberse casado con un hombre cristiano [Wani], tras haber estado desaparecida por varios años. Para entonces un tribunal sudanés dictaminó que Ibrahim era musulmana, porque su padre lo era. Fue procesada por adulterio, pues en Sudán es un delito contraer matrimonio con un cristiano.
Además, la acusaron de apostasía, es decir que ella renunció ilegalmente a la que supuestamente era su religión original. La condenaron cuando se encontraba con ocho meses de gestación.
“Estábamos aterrados y creíamos que se habían equivocado [refiriéndose a la policía sudanesa]. Nos encerraron en una sala durante cuatro o cinco horas, y todo el tiempo estuvimos intentando saber cuál era el problema. (…) Ahora no sé ni qué debo hacer… Quiero viajar, pero a la vez no quiero. El estado en el que estoy ahora… me obliga a viajar. Pero hay un problema nuevo cada vez que intento salir”, relató Ibrahim.“NUNCA FUI CRISTIANA”Ella insiste en que nunca ha sido musulmana y que la juzgaron como cristiana mientras estuvo en prisión.
“Siempre he sido cristiana. No podría haber sido musulmana por las cosas que dicen y la forma en la que me tratan… Las mujeres de la prisión decían toda clase de cosas, como 'no se coman la comida de la no creyente' y me llamaban cristiana”, añadió Ibrahim.