El presidente chino, Xi Jinping, pidió “unidad” y defendió su política de lucha contra el covid-19 y la corrupción, en la inauguración el domingo del 20º Congreso del Partido Comunista de China (PCC), en el que debe recibir un histórico tercer mandato en el poder. Si todo va como está previsto, el dirigente de 69 años debe ser ratificado en una semana como secretario general del PCC, preludio de su reelección el próximo año como presidente de China, y consolidarse como el líder más poderoso desde Mao Zedong.
El congreso llega “en un momento crítico en el que todo el partido y la población de todos los grupos étnicos se embarcan en un nuevo viaje para construir un país socialista modernizado”, dijo Xi ante los casi 2.300 delegados reunidos en el Gran Salón del Pueblo de Pekín.
Mira: La rara protesta contra Xi Jinping días antes del congreso del Partido Comunista de China
“La unión hace la fuerza, y la victoria requiere de unidad”, apostilló.
Ovacionado a su llegada, Xi ofreció un discurso de más de una hora y media en el que alabó su gestión de la pandemia, con una restrictiva política de “cero covid” todavía vigente pese a su impacto económico.
También defendió su manejo de dos cuestiones muy delicadas para Beijing: las protestas prodemocracia y posterior represión en Hong Kong, que en su opinión pasó “del caos a la gobernanza”, y las tensiones por Taiwán.
Xi denunció la interferencia de “fuerzas externas” en esta isla con un gobierno autónomo y advirtió que China “jamás renunciará al uso de la fuerza” para reunificarla.
“Intentaremos buscar la perspectiva de una reunificación pacífica con la mayor sinceridad y los mayores esfuerzos, pero no nos comprometeremos jamás a abandonar el recurso de la fuerza”, aseguró.
Bajo los aplausos de los delegados, Xi enfatizó igualmente que “la influencia internacional de China, su atractivo y su capacidad para moldear el mundo han aumentado significativamente”.
“Cero covid”
El congreso quinquenal se lleva a cabo en el Gran Salón del Pueblo en la plaza Tiananmen de Beijing, entre fuertes medidas de seguridad y bajo un estricto protocolo de “cero covid”.
El mantenimiento o no de esta política era precisamente una de las cuestiones que rodeaba el cónclave ante los estragos cotidianos y los problemas económicos causados.
Sin embargo, Xi defendió con firmeza esta estrategia que, según dijo, puso “en primer lugar a la población y sus vidas”.
China ha “protegido la seguridad y la salud al más alto nivel y conseguido destacados resultados positivos al coordinar el control y la prevención de la epidemia con el desarrollo económico y social”, señaló.
El cuasi aislamiento que China se impone respecto al resto del mundo y los repetidos confinamientos, ahogaron el crecimiento de su economía, que este año puede ser el más débil en cuatro décadas a excepción de 2020.
La fatiga empieza a hacer mella en algunos sectores, y esta semana el malestar salió a la superficie con una inusual protesta en la capital, en la que un hombre colgó dos pancartas críticas en un puente. En una incitaba a derrocar al “dictador traidor Xi Jinping”.
Campaña anticorrupción
En su discurso, Xi alabó también su campaña anticorrupción, considerada por algunos críticos como una herramienta para eliminar a sus rivales internos y consolidar su poder.
“La lucha contra la corrupción consiguió una victoria aplastante y se consolidó de manera exhaustiva, eliminando graves peligro latentes en el seno del partido, del Estado y del ejército”, dijo.
Según cifras oficiales, al menos 1,5 millones de personas fueron sancionadas por esta campaña lanzada por Xi al llegar al poder en 2012.
Aunque su discurso estuvo principalmente centrado en la política interior, Xi afirmó que China “está totalmente opuesta a cualquier forma de hegemonía” y “se opone a la mentalidad de Guerra Fría”. No hizo ninguna mención a las tensiones con Estados Unidos ni a la guerra en Ucrania.
Y de cara al próximo mandato, el presidente de uno de los países más contaminantes del planeta se comprometió a “promover activamente” la lucha contra el cambio climático.
“Xi quiere darle continuidad a su propio relato”, apunta Alfred Wu Muluan, profesor asociado de políticas públicas en la Universidad Nacional de Singapur, quien cree que el mandatario chino “quiere un cuarto y un quinto mandatos”, mucho más allá de 2027.
“Considera la seguridad nacional como la prioridad número uno del país, de forma que no habrá compromiso en ese plano, ya se trate del mar de China Meridional, Taiwán o Hong Kong”, añade este profesor. “A nivel internacional va a ser muy duro”.
En este cónclave muy coreografiado y celebrado en gran parte a puerta cerrada, los 2.296 participantes también nombrarán a los alrededor de 200 miembros del Comité Central.
Estos miembros, a su vez, designarán a los 25 integrantes del Buró Político y a quienes conformarán el poderoso Comité Permanente, la máxima instancia de decisión del país.
El resultado del congreso debería conocerse el 23 de octubre, un día después del cierre, aunque las decisiones ya están pactadas de antemano por las diferentes facciones del partido.
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