En este punto del planeta, el tiempo no parece haber pasado. En la ciudad de Bend, ubicada en el estado de Oregon, Estados Unidos, se alza el último Blockbuster operativo en el mundo, la icónica cadena de tiendas de video, que quedaron relegadas primero por el DVD y después por el streaming. Con su característico logo y la impronta de los locales que supieron reproducirse por miles en todo el continente, la tienda recibe a turistas nostálgicos y entusiastas locales.
Mientras el piso está cubierto por la clásica alfombra gris, las góndolas de golosinas y snacks están justo en el punto de salida. Tal como se conocían en los ‘90 y principios de la década del 2000, cuando las visitas a Blockbuster eran moneda corriente. No se trata, no obstante, de un viaje melancólico, sino un sitio donde se pueden alquilar películas.
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Ubicado a unos 160 kilómetros de Portland, al oeste de Estados Unidos, la tienda se alza como la única locación disponible después de que la compañía se declarara en bancarrota en 2010. Esta última franquicia pertenece al matrimonio Ken y Debbie Tisher.
La experiencia de quienes visitan Blockbuster en Bend es la misma que hace más de una década. Mientras que la películas están organizadas por categorías de género en distintos pasillos, en el camino a la caja el visitante podrá encontrar -además de golosinas- toda la mercadería de la marca. Al pagar, el cajero procederá a remover los seguros de las cajas de DVDs, que luego podrán ser entregados en el buzón de devolución.
¿El único local sobrevive gracias al alquiler de películas? El modelo de negocios, según la publicación estadounidense Travel+Leisure, difiere al de las tiendas de hace 20 años. “La tienda ahora depende principalmente de la venta de mercancías y el turismo para mantenerse a flote”, asegura la revista.
En las redes, Blockbuster mantiene vivo el interés para sus más de 100 mil seguidores en Tik Tok y otros 62 mil seguidores en Instagram. Las publicaciones muestran escenas que habían quedado solo en el recuerdo de muchos y las devuelve a la vida. El sonido de películas caer en el buzón de devoluciones, la colocación de trabas de seguridad y los paseos por pasillos, algunas de las postales que se reproducen miles de veces.
“Todos los ingresos de las ventas de nuestros productos se destinan directamente a apoyar nuestra tienda y ayudarnos a permanecer abiertos”, asegura el matrimonio Tisher, que agradece el apoyo de sus seguidores a través de su sitio web.
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