Faltan apenas 17 días para el día que todo el planeta espera con expectativa y muchísima inquietud: el martes 5 de noviembre los electores estadounidenses elegirán un nuevo presidente entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
MIRA: En qué consiste la Ley de Enemigos Extranjeros que Trump quiere usar para deportar a millones de inmigrantes
En una campaña que empezó con sobresalto luego que uno de los principales jugadores fuera sacado de carrera, los dardos entre ambos candidatos y partidos no han cesado reclamándose mutuamente por la situación económica, la crisis migratoria, la seguridad interna y el gasto millonario en guerras extranjeras. Todo por la conquista de los votantes indecisos en los estados claves de Pensilvania, Michigan, Georgia, Carolina del Norte, Nevada, Arizona y Wisconsin, donde se decidirá si Trump regresa a la Casa Blanca o si Harris se convierte en la primer mujer presidenta de Estados Unidos.
Aunque ambos candidatos han prometido de todo en diversos temas, esta es la agenda en la que básicamente se han centrado los republicanos y demócratas en los últimos meses:
Inmigración
Sin duda, ha sido el tema preferido de Trump desde que postuló a la presidencia en el 2016 y que lo catapultó políticamente. Pese a que en sus cuatro años de gestión no llegó a construir el muro fronterizo con México que tanto prometió, los “bad hombres” siguen siendo los enemigos a los cuales hay que neutralizar.
Recientemente ha señalado que implementará la Operación Aurora, con la que realizará masivas deportaciones de indocumentados e incluso ha ofrecido utilizar la polémica Ley de Enemigos Extranjeros, que data de 1798 y que no necesita aprobación del Congreso, para expulsar a inmigrantes, tengan o no estatus legal en el territorio.
La inmigración sigue siendo un aspecto crucial en la agenda republicana, sobre todo porque durante la administración Biden el flujo de extranjeros, sobre todo de ciudadanos venezolanos, aumentó de forma considerable.
“El tema migratorio es controvertido y puede modificar el voto latino, pero hay muchos latinos de segunda o tercera generación que están con los republicanos”, señala la doctora Arlene Ramírez Uresti, académica de la Universidad Iberoamericana de México y articulista de “Forbes”
“En el país se percibe esta política de puertas abiertas que tiene molesta incluso a la comunidad latina, porque hay un exceso de mano de obra que está sacando de competencia a muchos latinos que están con ciudadanía, residencia o que siguen trabajando en busca de su regularización”, añade.
Justamente, el presidente Biden le encargó a Kamala Harris el desarrollo de políticas para el control de la inmigración ilegal en la frontera sur, pero su pobre desempeño se ha convertido en uno de los principales flancos débiles de la candidata demócrata, que prefiere abordar el tema responsabilizando a Trump por haber bloqueado una iniciativa bipartidista que hubiera podido aportar algunas soluciones al espinoso tema.
Para la politóloga María Puerta Riera, profesora de Gobierno Americano en el Valencia College de Orlando, la retórica migratoria de Trump es peligrosa al hablar de expulsar a 11 millones de migrantes. “Ya hay experiencias en Texas y Florida que las medidas persecutorias contra los inmigrantes indocumentados tienen profundas consecuencias económicas, porque afecta a la industria hotelera, turística, la agricultura y la construcción”, explica.
“El crimen en Venezuela… ha disminuido mucho porque han sacado a sus criminales de las calles y se los han entregado a ella [Kamala Harris] para que los introduzca en nuestro país”
"Sé que podemos estar a la altura de nuestra orgullosa herencia como nación de inmigrantes y reformar nuestro maltrecho sistema de inmigración"
Economía y comercio
Como parte de su discurso, el expresidente señala que va a “recuperar” la economía de Estados Unidos, uno de los puntos más sensibles para los electores que han visto cómo el costo de vida se ha disparado en los últimos tres años como consecuencia de la pandemia y las guerras.
Y ese es otro gran pasivo que arrastra la candidata demócrata, pues en campaña intenta desmarcarse de los aspectos negativos de la administración Biden, de la que es parte sustancial.
“Uno de los puntos débiles de Kamala Harris es la política económica. Si bien, en el caso de la economía, Donald Trump no fue un buen presidente, tuvo mejores resultados y él está capitalizando los pocos logros que tuvo en su gestión”, explica a El Comercio Ramírez Uresti.
Sin embargo, aunque la situación económica ha sido muy criticada, lo cierto es que la tasa de inflación está regresando a niveles prepandémicos y está a punto de llegar al objetivo del 2% de la Reserva Federal, luego de haber alcanzado un máximo del 9,1% en el 2022.
“Aunque la economía está más estable que en los dos primeros años de la administración Biden, la economía del país no logra un repunte importante, entonces es casi imposible que Harris hable de logros en materia económica, pues la gente no los percibe”, agrega.
En su plan, Trump propone extender los recortes de impuestos promulgados en el 2017 para beneficiar a individuos y empresas por igual. Según un informe del Penn Wharton Budget Model, los que más ganan recibirían una rebaja de impuestos de 376.910 dólares, mientras que los que ganan menos de 19.600 dólares al año solo verían una diferencia de 320 dólares en su salario.
Asimismo, el expresidente ha señalado que volverá a imponer aranceles a la mayoría de los productos extranjeros (de entre 10% y 20%), sobre todo a aquellos procedentes de China, reviviendo así la guerra comercial que mantuvo durante su administración con el gigante asiático.
Kamala Harris, por su parte, busca mayores beneficios fiscales para las familias de clase media y trabajadora, pero aumentando los impuestos para los más ricos. Es decir, subiría los impuestos a las grandes empresas y a los estadounidenses que ganan 400.000 dólares al año.
“En la economía, Harris está mostrando un poco más de eficiencia en conectar las condiciones de los sectores más afectados por la inflación con políticas asertivas”, refiere Puerta Riera.
El plan económico de la vicepresidenta incluye inversiones en infraestructuras, como la construcción de 3 millones de viviendas asequibles con el fin de crear empleo y aumentar los salarios.
“La propuesta de Trump del aumento de aranceles está siendo recibida con mucho escepticismo por economistas, académicos y expertos del sector empresarial, porque traerían más inflación”, comenta la politóloga desde Florida.
"Mi plan económico fortalecerá la economía de Estados Unidos porque fortalecerá las pequeñas empresas. El suyo [de Trump] la debilitará"
“Cuanto más alto sea el arancel, más probable es que la empresa venga a EE.UU., y construya una fábrica en EE.UU. para no tener que pagar el arancel”
Aborto
Es uno de los flancos más débiles de Trump y que podrían costarle caro en la elección. Si bien él no ha hablado abiertamente en contra del aborto y solo ha dado declaraciones vagas e incluso contradictorias, la decisión de la Corte Suprema -que él moldeó durante sus cuatro años de gobierno con el nombramiento de tres jueces ultraconservadores- de revocar la posibilidad del aborto a nivel federal forma parte de la agenda del ala más dura de los republicanos.
Harris se ha manifestado a favor del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y antes de ser la candidata demócrata viajó por todo el país como vicepresidenta para escuchar el testimonio de las mujeres afectadas por las leyes reproductivas restrictivas que ya estaban en vigencia en algunos estados.
Esto le ha dado visibilidad entre las votantes mujeres. Un dato importante que resaltó hace unos días la cadena CNN, es que el aborto es un tema primordial para el 27% de las mujeres en Michigan, Pensilvania y Wisconsin, tres de los ‘swing states’.
“Debemos volver a poner en la ley las protecciones para la libertad reproductiva y para la capacidad de cada persona y cada mujer para tomar decisiones sobre su propio cuerpo"
“[Las leyes] se van a rehacer. Son demasiado duras, y se van a rehacer porque ya hay un movimiento en esos estados"
Política exterior
En este apartado, los dos grandes temas se centran en las guerras que se siguen librando en Ucrania y el Medio Oriente, y que hasta el momento parecen lejos de resolverse.
Trump ha dicho, muy a su estilo, que él puede terminar la guerra en Ucrania en apenas 24 horas y que podría llegar a ser un buen intermediario entre Volodymyr Zelensky y Vladimir Putin, a quien siempre le ha demostrado una peculiar admiración. Sin embargo, el republicano está en contra de seguir financiando la guerra y en sus cuatro años en la Casa Blanca fue un constante crítico de la OTAN. Su política aislacionista fue un dolor de cabeza para el resto de potencias occidentales que no sabían cuándo Washington era un aliado o un obstáculo.
En cuanto a Israel, él se ha manifestado siempre alineado al apoyo irrestricto a Netanyahu.
“Su política exterior no será muy diferente a los de sus cuatro años en el gobierno. No va a apoyar a Ucrania frente a Rusia, va a redoblar esfuerzos para darle más ayuda militar a Israel, pero todo bajo la premisa de America First, que es su política exterior aislacionista. Tampoco habrá un tratamiento diferente respecto a Latinoamérica, y va a seguir ampliando su batalla comercial con China”, detalla Puerta Riera.
Por su parte, la candidata demócrata sí ha tenido palabras contra los bombardeos en Gaza, calificando de “devastador” el derramamiento de sangre, pero ha prometido que su administración seguirá como fiel aliado de Israel.
Respecto a Ucrania, Harris sí ha sostenido la línea actual de Washington de continuar apoyando a Zelensky y ha denunciado los “crímenes contra la humanidad” del Gobierno de Moscú.
“De continuar la secuencia Biden-Harris sería muy probable que la guerra siga en Palestina e incluso en Ucrania, por la cantidad de fondos que EE.UU. ha entregado al gobierno de Zelensky”, considera Ramírez Uresti.
“[Trump] habla de que puede acabar con la guerra en Ucrania el primer día. ¿Sabe lo que es eso? Se trata de rendirse"
"Cualquier acuerdo -el peor acuerdo- habría sido mejor que lo que tenemos ahora. Habrían cedido un poco y todo el mundo estaría viviendo. ¿Qué trato podemos hacer? Todo está demolido. El país está en escombros"
Clima
Mientras el resto del mundo aplica legislaciones para limitar el uso de combustibles fósiles, Trump ha señalado que su política energética se centrará en nuevas perforaciones [”Drill, baby, drill”] para así potenciar la extracción de petróleo y gas.
En el 2020, retiró a Estados Unidos del histórico acuerdo climático de París y ya anunció que volverá a salirse de él apenas vuelva al cargo, pues bajo la administración Biden, el país se reincorporó al acuerdo.
Kamala Harris no ha dado detalles concretos de su política climática, pero se espera que continúe en la línea de la Ley de Reducción de la Inflación, del 2022, que financió proyectos destinados a reducir las emisiones de carbono y estimular el uso de vehículos eléctricos.
Aunque ha hablado a favor de una “economía de energía limpia”, en la campaña debió abandonar su oposición al fracking, una técnica de perforación de gas y petróleo a la que se oponen los ecologistas por el alto impacto ambiental que genera, para poder atraer a los votantes de los estados claves donde la producción de petróleo y gas es muy importante.
“La ciencia es clara. El clima extremo solo empeorará y la crisis climática solo se acelerará”
“Han gastado millones de dólares que tienen que ver con la nueva estafa verde. Es una estafa... [Estados Unidos necesita] un líder que rechace la nueva estafa verde de Joe Biden y Kamala Harris”
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