El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró este martes la aprobación en el Senado la iniciativa legislativa para proteger a nivel federal el matrimonio entre personas del mismo sexo, de la que destacó especialmente que cuente con apoyo bipartidista.
“Es importante destacar que la Ley de Respeto al Matrimonio es un logro bipartidista”, indicó el mandatario en un comunicado, en el que citó por su nombre a senadores tanto demócratas como republicanos que han apoyado la iniciativa.
“Republicanos y demócratas apoyan junto el derecho esencial de las parejas LGBTQI+ e interraciales a casarse”, apuntó Biden, y prometió que firmará la ley tan pronto le llegue a su despacho.
El proyecto de ley salió adelante con 61 votos a favor y 36 en contra.
La legislación promueve que el Gobierno federal reconozca el matrimonio entre dos personas del mismo sexo si es legal en el estado donde se casaron. El mismo principio se aplica a las bodas interraciales.
El texto también reconoce la libertad religiosa, evitando que se pueda obligar a instituciones religiosas como las Iglesias a celebrar esas bodas y que estas pierdan beneficios o exenciones fiscales por no hacerlo.
Revoca además la ley de Defensa del Matrimonio aprobada en 1996, que lo define como la unión entre un hombre y una mujer.
La Cámara de Representantes, con mayoría progresista, dio su aval al proyecto de ley en julio con 267 votos a favor y 157 en contra.
En el Senado, la ajustada mayoría demócrata necesitaba el apoyo de al menos diez republicanos para sacarlo adelante.
Tras su aprobación de este martes, el texto tiene que regresar a la Cámara Baja, que debe dar su visto bueno a la nueva versión que ha salido del Senado, antes de acabar en la mesa del presidente Joe Biden para su firma.
El matrimonio homosexual es legal en Estados Unidos desde que en junio de 2015 el Tribunal Supremo declarara inconstitucionales las leyes que lo prohibían en algunos estados.
La movilización en torno a la defensa de esas uniones tomó impulso recientemente después de que el Supremo, controlado ahora por una mayoría conservadora, derogara en junio la sentencia “Roe contra Wade”, que durante casi medio siglo protegió el acceso al aborto en el país.
Desde entonces, un gran número de activistas y políticos progresistas han advertido de la posibilidad de que la corte haga lo mismo con otros derechos, como las bodas entre personas del mismo sexo, devolviendo a los estados la potestad de fijar si lo permiten o no.
Aunque el proyecto de ley no obligaría a todos los estados a legalizar el matrimonio gay, sí que requeriría que reconozcan el efectuado en otro estado donde sí lo fuera.
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