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El sonido del andar de patas volvió a escucharse en la Casa Blanca luego de la llegada de los perros del presidente Joe Biden: Champ y Major. Los dos pastores alemanes son las primeras mascotas en vivir en la exclusiva mansión desde el gobierno del expresidente Barack Obama.
Major irrumpió en la escena nacional a finales del año pasado luego de que Biden, en ese entonces presidente electo, se fracturó el pie derecho mientras jugaba con el perro en su hogar en Wilmington, Delaware.
La familia Biden adoptó a Major en 2018 en la Delaware Humane Association. Champ se unió a la familia luego de las elecciones de 2008 que llevaron a Biden a la vicepresidencia.
Los perros se mudaron a la Casa Blanca el domingo, tras la investidura de Biden la semana pasada.
“La familia quería acomodarse primero antes de traer a los perros desde Delaware”, dijo Michael LaRosa, portavoz de la primera dama Jill Biden. “Champ está disfrutando su nueva cama cerca de la chimenea y a Major le encantó correr por el jardín sur”.
Se pudo escuchar a los perros ladrando cerca de la Oficina Oval el lunes mientras Biden firmaba una orden ejecutiva en la que retiraba la prohibición implementada por el gobierno anterior que impedía que las personas transgénero sirvieran en el ejército.
La semana pasada, la Delaware Humane Association coauspició una recaudación de fondos virtual para celebrar el ascenso de Major de cachorro de refugio a perro presidencial. Se recaudaron más de 200.000 dólares.
Los Biden habían prometido llevar a los perros con ellos a la Casa Blanca. Planeaban añadir un gato a la familia, aunque no se había dado a conocer ninguna información sobre la llegada del felino.
Durante una videoconferencia en la que respondió preguntas del público, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, predijo que el gato “dominará el internet” cuando llegue.
El predecesor de Biden, Donald Trump, quien ha dicho que le tiene fobia a los gérmenes, no tiene ninguna mascota ni tuvo alguna que viviera con él en la Casa Blanca.
Tal como lo hacen para la gente común, las mascotas de las personas más poderosas del mundo brindan a sus dueños consuelo, entretenimiento, algún drama ocasional y, en general, buenas relaciones públicas.
“Las mascotas han desempeñado un papel importante en la Casa Blanca a lo largo de las décadas, no sólo porque proporcionan compañía a los presidentes y sus familias, sino porque también humanizan y suavizan sus imágenes políticas”, comentó Jennifer Pickens, autora de un libro sobre las mascotas en la Casa Blanca.
Pickens agregó que espera que la decisión de Biden de llevar un perro rescatado a la Casa Blanca inspire a otros a adoptar.
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