Durante las primeras horas de 2020, Rebeca Hogue llegó a casa después de un extenuante turno de mesera de 12 horas en un casino de la ciudad de Norman, en el estado de Oklahoma.
Lo primero que hizo fue cambiarse y después se metió en la cama donde dormían su novio y Ryder, su bebé de 2 años. Lo siguiente fue quedarse profundamente dormida.
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A la mañana siguiente, ella se despertó y se dio cuenta de que su hijo no estaba respirando. Su novio, Christopher Trent, estaba en el trabajo. Entonces llamó a la policía en estado de pánico.
Las imágenes de las cámaras que llevaban los socorristas que acudieron ese día a la casa de Hogue muestran cómo ella trataba de aplicar primeros auxilios en el cuerpo de su bebé, quien fue declarado muerto cuando llegó al hospital.
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Un reporte del forense concluyó que la causa de la muerte del bebé había sido un traumatismo causado por un objeto contundente.
Además de esto, se hallaron rastros de cabello de Ryder en la pared de la casa que Hogue compartía con Trent.
Hogue dijo que ella no tenía conocimiento de que algo hubiera ocurrido con el bebé, entonces llamó a su novio, rogándole que se reuniera con ella en el hospital de forma urgente.
Pero él nunca le respondió. Ni las llamadas, ni los mensajes de texto. Nada.
Cuatro días después, la policía halló el cuerpo de Trent en las montañas de Wichita, ubicadas en el suroeste de Oklahoma. Aparentemente se había suicidado.
Lo cierto es que un fiscal, meses más tarde, dejó claro que la muerte de Ryder había sido causada por Trent.
Tallado en un árbol, cerca del lugar donde apareció el cuerpo de Trent, estaban escritas las palabras “Rebeca es inocente”.
Pero con Trent muerto, la investigación se posó en Hogue, que resultó acusada de asesinato en primer grado.
¿Por qué? Porque, según la legislación de algunos estados, los padres que faltan a la hora de proteger a sus hijos de un abuso, son acusados del mismo crimen que se cometa contra los menores.
Falla en la protección
Se llama la ley de “Falta de protección”, que existe en muchos estados de EE.UU. y que es centro de críticas porque criminaliza a víctimas de violencia doméstica que temen huir de ese entorno.
El caso de Hogue atrajo mucha atención de grupos defensores de los derechos de la mujer y de los medios, en los que se habló sobre los efectos que esto tiene en los acusados y las limitaciones de la ley para realmente llevar justicia a las víctimas de abuso doméstico.
El juicio de Hogue se realizó el pasado otoño boreal. Para convencer al jurado, la acusación necesitaba probar que ella sabía del abuso que se aplicaba en contra del menor y que no hizo nada para frenarlo.
Hogue le dijo a la policía que ella no tenía idea de que Trent golpeó a Ryder el día anterior, pero que, poco antes de su muerte, notó que el niño tenía heridas injustificadas en el cuerpo.
Hogue dijo que dos semanas antes había notado golpes y heridas de cortes en la piel del niño. Señaló además que tomó fotos de los moretones y buscó información en internet para saber si su hijo había sido golpeado.
Entonces cuando ella confrontó a Trent sobre el tema, él le dijo que los niños se golpeaban todo el tiempo por estar jugando y eso les producía los moretones.
Y dos días antes de la muerte de Ryder, mientras le daba un baño, Hogue notó que el niño estaba letárgico. Cuando habló con Trent, él le dijo que debía ser que el niño tenía gripa.
En su declaración, Hogue admitió que buscaba en internet no solo los síntomas de la gripa, sino señales de que su hijo pudiera estar siendo abusado.
Hogue dijo que hizo esas búsquedas, porqueatrae “a este tipo de hombres”.
Con estas declaraciones y la evidencia de sus búsquedas en internet, el fiscal logró probar que ella sabía que Trent abusaba violentamente de su hijo y que de alguna manera nunca lo detuvo.
A lo que Hogue explicó que ella buscaba en internet por este tipo de signos porque quería ser cautelosa, pero al final creía en las explicaciones de Trent sobre los moretones.
“Ella se lo creyó porque él la manipulaba”, se puede leer en el informe de la policía.
La fiscalía llegó a la conclusión de que las sospechas de Hogue sobre las heridas y el hecho de que ella permitiera que Trent continuara cuidando a Ryder eran prueba de que Hogue era culpable de “permitir el asesinato de su hijo”.
Falta de pruebas
Lo cierto es que muchas evidencias no fueron permitidas en el juicio, que de acuerdo al abogado de Hogue, Andrew Casey, pudieron haberla ayudado en su caso.
Por ejemplo, las palabras talladas en el árbol “Rebeca es inocente” fueron consideradas como rumores y se prohibió distribuir esas imágenes.
Junto a esto, al detective de la policía que investigó el crimen no se le permitió dar su opinión sobre el caso y un audio en el que se lo captaba discutiendo con un amigo de Hogue no fue aceptado en la corte.
En la grabación, obtenida por la BBC, él admite que su equipo no tiene suficiente evidencia para acusar a Hogue de “falta de protección” de un crimen de asesinato en primer grado.
“No creemos en esa acusación y hay opciones serias de que ella termine en la cárcel por cómo funciona el sistema”, se puede escuchar decir al detective Sean Judy.
La conversación fue dada a conocer por el diario Norman Trannoscript.
Ni el detective Judy, ni el cuerpo de policía del condado de Norman, donde ocurrieron los hechos, aceptaron comentar sobre el audio.
Para evitar trabas en su estrategia ante el jurado, la oficina del fiscal eludió la acusación policial al pedirle al jurado que decidiera si se debían presentar cargos en lugar de presentar la acusación de la policía.
Esta confusa maniobra es permitida en algunas jurisdicciones de EE.UU. Al final, el nuevo jurado decidió a favor de la fiscalía.
La oficina del fiscal encargado del caso no respondió a las preguntas hechas por la BBC.
Además de toda esta maniobra, el jurado no permitió escuchar el testimonio de un experto que hablara sobre cómo las experiencias previas que Hogue había tenido de violencia doméstica podían haber afectado su criterio.
La razón de esto fue que en este caso, Trent no atacó a Hogue sino al bebé.
Juicio exprés
En el juicio, que duró ocho días, los fiscales mostraron de forma repetida las imágenes del cuerpo de Ryder cubierto de moretones. Por ejemplo, dejaron durante 10 minutos la imagen de los genitales del niño que estaban afectados por los golpes de Trent.
Al jurado le tomó menos de dos horas declarar culpable a Hogue.
Desde la prisión, donde Hogue espera la sentencia, la mujer dice que esas imágenes siguen circulando en su cabeza una y otra vez.
“Las cosas que se dijeron en el juicio me van a perseguir para siempre”, le dijo a la BBC en una conversación realizada en la cárcel donde permanece detenida.
Ella creció como hija única, por lo que solo supo qué era convivir con niños cuando ella misma dio a luz a Ryder. Cuenta que estaba abrumada de lo mucho que lo amaba. Todavía lo llama su “mejor amigo”.
“A pesar de que apenas tenía 2 años y medio, ya tenía un gran sentido del humor”, dice con una sonrisa.
Sin tener antecedentes penales, Hogue se enfrenta a pasar décadas en una prisión. El estado de Oklahoma tiene la tasa más alta de mujeres en la cárcel.
El jurado recomendó cadena perpetua y, de darse este caso, solo podría optar a la libertad condicional después de cumplir 38 años de la condena.
Sin embargo, el Departamento de Prisiones de Oklahoma recomendó como más apropiado el aplazamiento de la condena, que no sea enviada a prisión y que asista de forma obligatoria a terapia.
Por supuesto, todo esto le preocupa. Pero lo que más la atormenta es que todo el drama que se vivió en el juicio se va a superponer sobre los recuerdos de su hijo.
“Ryder se quedó perdido en todo esto. Nadie lo va a recordar como era él”, dice ella entre lágrimas.
“No sé por qué nos pasó todo esto. Me lo pregunto todo el tiempo”.
Otros casos
Hogue no es la única persona que ha sido condenada por los crímenes cometidos por su pareja.
Muchos de los estados de EE.UU. tienen leyes que castigan la falta de protección de un menor frente al abuso, ya sea de tipo penal o civil.
Y las sentencias van desde asistir a terapia hasta pasar años metidos en una cárcel.
En Oklahoma, puede ser una sentencia a cadena perpetua.
Una investigación hecha por Buzzfeed encontró al menos 28 casos en 11 estados de madres que fueron condenadas a pasar 10 años en prisión. O más.
Cindene Pezzel, directora legal de la Fundación para Defensa de la Mujer Maltratada de EE.UU., dijo que aunque esas leyes fueron creadas para proteger la vida de los menores, han servido para castigar a mujeres víctimas de violencia doméstica y separar a decenas de familias, causando más dolor.
Pezzel señala que los sobrevivientes de este tipo de violencia son criminalizados porque no llaman a la policía, porque no llevan a sus hijos al hospital o porque no salen de una mala relación.
Pero la realidad es que muchas víctimas de violencia intrafamiliar temen que ese tipo de acciones puedan significar futuras retaliaciones.
“Todos dicen ‘eso es lo que debe hacer una madre o un padre, proteger a su hijo’. Pero realmente estas víctimas están entre elegir algo muy peligroso y algo que incluso es más peligroso”, dice.
Aunque no hay estadísticas claras sobre cuántas mujeres han sido acusadas por este crimen, Pezzell indica que las mujeres son más propensas a ser acusadas por esto que los hombres.
En Oklahoma, cerca del 13% de casos confirmados de abuso infantil pueden ser categorizados como “falta para proteger al menor”, de acuerdo al Departamento del Protección de Menores.
Un reporte del Sindicato de Libertades Civiles de EE.UU., halló que el 93% de las personas condenadas en esta categoría son mujeres.
Lo que señala Pezzel es que esto se debe en parte a que las mujeres son las primeras protectora de los niños, pero también en que las expectativas sobre la maternidad juegan un papel en esta disparidad.
“Es difícil para la gente creer que una madre no sepa que su hijo ha sido abusado. Pero ¿a qué estándar estamos sometiendo a estas madres? He visto casos donde el pediatra no ve signos de abuso, el niño muere y la madre es acusada de faltar en su protección”.
En algunos casos, este tipo de acusación puede llevar a la persona a tener una condena de más años de cárcel por no “poder detener” al abusador, que el mismo abusador.
En 2006, Tondalao Hall, una joven de 19 años en este mismo estado, Oklahoma, se declaró culpable de fallar en la protección de un menor.
Su novio, quien frecuentemente la golpeaba y la amenazaba, le rompió las costillas a una de sus hijas e hirió a los otros hijos de la mujer.
El recibió pena de 10 años en suspenso y pasó apenas dos años en prisión.
Ella, en cambio, pagó 15 años de cárcel hasta que su historia salió en los medios después de una investigación del portal Buzzfeed, lo que hizo que el comité de libertad condicional le perdonara la condena inicial de 30 años de prisión y la dejara en libertad.
Al momento en que ella salió de la cárcel, sus tres hijos ya eran mayores.
Mientras el caso de Hall puso en evidencia las fallas de ese tipo de regulaciones, estas normas todavía tiene muchos defensores.
El juez Thad Balkman, quien no está involucrado en el asunto de Hogue, pero ha manejado casos similares, dicen que él no tiene “nada que criticarle a la ley de falta de protección”.
“Es una de las tradiciones, tanto cultural como legal de nuestro país, que los padres tienen la obligación de proteger a nuestros niños”, le dijo a la BBC.
“Las leyes sobre la falta de protección es una extensión de ese deber de ley natural que los padres tienen para con sus hijos”.
El año pasado él condenó a una mujer a 10 años de prisión por no reportar que su hija era abusada sexualmente por su novio y por permitir el abuso por años.
Ese es un caso, señala, que se quedó en su cabeza y que le sirve para reiterar la importancia de responsabilizar a ambos padres sobre lo que ocurre.
Sin embargo, acepta que la violencia doméstica puede impactar a las personas de distintas maneras, pero argumenta que la ley, como está propuesta, está diseñada para tomar todas estas cosas en cuenta.
“Creo que hay suficiente discreción incorporada en la ley que les da a los jueces el rango que necesitan para que la sentencia se ajuste al crimen”, señala.
La violencia que se repite
Durante el juicio, la fiscalía argumentó que Hogue no merece la simpatía de las víctimas de abuso, como Hall, que se quedan con su pareja por miedo.
Se opusieron a que la defensa llamara al estrado a un experto en violencia doméstica, y el juez estuvo de acuerdo con la fiscalía.
“Quiero ser 100% claro. Rebecca Hogue no es una víctima de violencia doméstica de Christopher Trent, quien mató a ese bebé”, le dijo el fiscal de distrito Greg Mashburn a la estación de noticias local KFOR.
“Ella no le tenía miedo. No estaba preocupada por lo que él haría físicamente”, agregó.
Mashhburn se negó a hablar con la BBC sobre esta historia.
Pero Stacey Wright, una defensora contra la violencia doméstica en la junta del grupo de defensa de Justicia Reproductiva, dice que las repetidas mentiras de Trent sobre las lesiones de Ryder eran “luz de gas”, una forma de abuso psicológico.
“Eso es lo que pasa con el abuso, es que altera tu capacidad de confiar en tu instinto y tu intuición”, dice Wright.
Hogue tenía una larga historia de relaciones violentas, incluso con el padre de Ryder.
Este ya se había ido entonces, y ella cree que si hubiera sabido mejor, habría dejado a Trent.
“Ojalá me hubiera golpeado., porque entonces me habría escapado”, confiesa.
Ella y Trent se conocieron por una aplicación móvil unos seis meses antes de la muerte de Ryder, y ella inicialmente fue cautelosa y le pidió que fuera a una fiesta donde estaban todos sus amigos para que pudieran conocerlo y le dieran su opinión.
“Quería que me ayudaran, porque yo era una mujer soltera con un hijo”, relata.
Recuerda haberlo llevado a la fiesta, donde bebió agua toda la noche. Cuando él la dejó en casa esa noche, le presentó a su hijo.
Recuerda que Trent se agachó y comenzó a hablar con Ryder, haciéndole preguntas y chistes.
Al poco tiempo estaban viviendo juntos. Él dijo que quería ayudarla a criarlo, quería formar una familia y adoptar a Ryder como su hijo. Incluso se tatuó sus nombres en el pecho.
“Pensé que amaba mucho a mi hijo”, dice ella. “Tal vez nos mudamos demasiado rápido”.
Mirando al pasado, Hogue se pregunta si Trent la estaba “bombardeando con amor”, una técnica que los expertos en violencia doméstica dicen que los abusadores usan al comienzo de una relación para colmar a sus víctimas de afecto, generando confianza y dependencia.
Por su parte, Pezzel dice que la violencia física no es la única forma de abuso, y que es bastante común que las mujeres que han dejado relaciones físicamente violentas se conviertan en objetivos de abuso psicológico coercitivo por parte de futuras parejas.
“A menudo se supone que las víctimas eligen a sus parejas, pero es bien sabido que son sus parejas las que eligen estratégicamente a las víctimas más vulnerables”, dice.
Hogue le dijo a la BBC que siente un profundo remordimiento por la muerte de su hijo y por no ver a Trent tal como era.
Ahora, ella es la que paga los crímenes de su novio.
Hogue señala que obviamente no quiere permanecer en prisión, pero más que eso, quiere que la gente sepa que ella no es la culpable del asesinato de su hijo.
“Dios lo sabe. Y Ryder”, concluye.
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