Osiel Cárdenas Guillén, quien fue líder del Cártel del Golfo en México y fundador de la sanguinaria organización criminal Los Zetas, fue liberado el viernes de una prisión federal en Estados Unidos y próximamente será extraditado a su país.
El narcotraficante de 57 años recuperó la libertad tras cumplir 14 años de cárcel de una condena de 25 años por cargos que incluían amenazas a agentes federales de Estados Unidos.
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De acuerdo con el Buró Federal de Prisiones (BOP), Cárdenas Guillen pasó a custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos. Según la agencia AP, normalmente eso indica que será deportado a México.
En su país enfrenta dos órdenes de arresto, por lo que probablemente será detenido a su llegada a México.
Osiel Cárdenas Guillén fue extraditado a Estados Unidos en enero del 2007. En el 2010 fue sentenciado sentenciado a 25 años de prisión por traficar toneladas de cocaína y marihuana. Además, la justicia le ordenó entregar varios millones de dólares.
La historia de Osiel
En su libro “Osiel, vida y tragedia de un capo”, el prestigioso periodista mexicano Ricardo Ravelo cuenta la historia del hombre que llegó a ser jefe del Cártel del Golfo, una de las más poderosas mafias de México fundada en la década de 1930 para introducir whisky y otros productos ilícitos en Estados Unidos, y que décadas después se dedicó al trasiego de cocaína y marihuana.
Osiel nació el 18 de mayo de 1967 en el rancho El Caracol, ubicado a 72 kilómetros de Matamoros, en el estado de Tamaulipas. Su familia pasó en pocos años de la prosperidad a la pobreza.
Terminó la primaria y continuó sus estudios de secundaria en una escuela de Matamoros.
A los 15 años dejó los estudios y comenzó a trabajar lavando platos en el restaurante El Mexicano, luego se convirtió en mesero y más adelante aprendió el oficio de mecánico.
Osiel abrió un taller de mecánica que también se convirtió en su hogar. Pero los ingresos del negocio no eran suficientes para sus ambiciones.
Al verlo atribulado, su hermano Rafael le ofreció formar parte del negocio ilícito de la venta de droga. Osiel aceptó y rápido empezó a tener mejores ingresos.
Siguió trabajando en su taller de mecánica, pero este pasó a ser solo la fachada de sus actividades ilícitas. En realidad, en el taller vendía cocaína y marihuana.
En su taller también empezó a entablar relaciones con policías. Estos sabían que vendía droga y ofrecieron brindarle protección a cambio de dinero.
En poco tiempo pasó del narcomenudeo a traficar mayores cantidades de droga, incluso llevaba cargamentos al otro lado de la frontera con estados Unidos. También se convirtió en un adicto a la cocaína.
El 16 de febrero de 1989, cuando tenía 21 años, Osiel fue detenido por primera vez. Se le acusaba de homicidio y daños en propiedad ajena. Pero solo 24 horas después fue puesto en libertad gracias al pago de una fianza y a sobornos.
El 27 de agosto de 1992, fue arrestado en Estados Unidos durante un fracasado pase de droga. Debía entregar 2 kilos de cocaína a unos contactos pero en lugar de ello le cayó la policía.
Osiel fue condenado a 5 años de cárcel en Estados Unidos. Sin embargo, en 1994, tras un acuerdo entre el Gobierno Estadounidense y el mexicano, el narco fue trasladado a Matamoros e internado en el penal Santa Adelaida.
En ese lugar se reencontró con otros narcotraficantes. En la prisión, empezó a operar de nuevo en el narcomenudeo. Protegido por las autoridades, convirtió en poco tiempo el penal en un gran centro de distribución de droga.
Finalmente, salió en libertad el 12 de abril de 1995.
Ya en la calle, Osiel volvió a su taller para seguir con la venta de droga.
También se dedicó a robar cargamentos de droga a narcotraficantes que trataban de introducirla a Estados Unidos. Lo robado era revendido. En esa etapa de su vida se ganó numerosos enemigos que buscaban venganza. Lo querían muerto.
En 1996, Juan García Abrego, entonces líder del Cártel del Golfo, fue capturado en Estados Unidos y recluido en un penal de Texas. La mafia entró en una guerra interna por el liderazgo que estuvo marcada por numerosas traiciones. Finalmente, en 1998 Osiel Cárdenas Guillén se convirtió en el máximo jefe.
La formación de Los Zetas
Una vez al mando del Cártel del Golfo, Osiel sabía que su liderazgo podría ser efímero, pues la traición era latente. Entonces, buscó una forma de hacer que la situación en la organización criminal se estabilice para así neutralizar a sus enemigos dentro del propio cártel.
El julio de 1998, llegó a la conclusión de que debía formar su propio brazo armado para no depender de los gatilleros del cártel. Este debía ser tan poderoso como el ejército mexicano.
Osiel recurrió a Arturo Guzmán Decena, quien fue su cómplice en el asesinato de Salvador Gómez Herrera, alias El ‘Chava’, quien era amigo de Cárdenas Guillén y en el momento del crimen lideraba al Cártel del Golfo.
Guzmán Decena había formado parte del ejército mexicano y llegó a ser miembro del Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Especiales (GAFE), con cuyos miembros mantenía contacto.
Osiel le pidió a Guzmán Decena que le ayude a crear un grupo protector que responsa solo a él.
Guzmán Decena aceptó y buscó a miembros del ejército que quieran formar parte de la mafia a cambio de grandes sumas de dinero. Así, decenas de soldados empezaron a desertar para integrar el cuerpo de seguridad de Osiel.
Arturo Guzmán Decena finalmente formó la milicia para Osiel, a la que denominaron Los Zetas. Al menos 60 hombres formaban parte de esta guardia pretoriana.
El cuerpo de élite de Osiel estaba integrado por especialistas en guerra antisubversiva, capaces de realizar despliegues rápidos por tierra, mar y aire, eran expertos en emboscadas, realizar incursiones y hacer patrullas. También eran francotiradores, podían asaltar edificios y realizar operaciones aeromóviles de búsqueda y rescate de rehenes.
Los Zetas tenían armas de uso exclusivo de las fuerzas especiales. Además, con el paso del tiempo Osiel les dotó de ametralladoras M-16 y fusiles MGL. Cada integrante del cuerpo de seguridad del capo llevaba una ametralladora SAW 5.5 con capacidad para 700 tiros, un fusil Rérmigton 700 para francotirador y una bazuca LAW sudafricana que usa el tubo antitanque.
Con Los Zetas, Osiel Cárdenas Guillén se convirtió en el delincuente mejor protegido de México. A la par, el Cártel del Golfo empezó a expandir sus dominios.
La caída de Osiel
Osiel Cárdenas Guillén estaba en la mira de la justicia de Estados Unidos desde el año 2000. El FBI llegó a ofrecer hasta US$ 2 millones por información que llevara a su captura.
Las autoridades norteamericanas lo describían como un hombre extremadamente violento que era conocido como el “mata amigos” por las purgas que ejecutó en el Cártel del Golfo.
En el 2003 fue arrestado en en México tras un tiroteo entre militares y Los Zetas en Matamoros.
Luego de la caída de Osiel, Los Zetas se convirtieron en un poderoso cártel de la droga y le declararon la guerra al propio Cártel del Golfo, desatándose así uno de los episodios más violentos en la historia del narcotráfico en México, con ejecuciones salvajes que implicaron decapitaciones de sus enemigos y desollamientos. También disolvían cuerpos en ácido.
Tras pasar cuatro años en una cárcel de México, Osiel fue extraditado a Estados Unidos en el 2007.
En el 2010, Cárdenas Guillén fue sentenciado en Texas a 25 años en prisión, luego de declararse culpable de cinco delitos graves, entre ellos conspiración con intención de distribuir, conspiración para lavado de dinero y amenaza de agresión y asesinato de agentes federales. Además, la jueza de distrito, Hilda Tagle, le impuso a Cárdenas una multa de US$ 100.000 y el decomiso de US$ 50 millones que serían entregados a las autoridades estadounidenses.
Para el 2012, Los Zetas se habían convertido en una fuerza de 10.000 hombres armados que ocupaban una posición dominante en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Pero con el paso de los años su poder fue decayendo en la medida en que fueron asesinados o encarcelados los primeros integrantes de la guardia personal de Osiel.
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