El Newseum, el museo de la prensa ubicado en Washington D.C., tiene en su interior impresionantes salas dedicadas a la evolución del periodismo y los medios de comunicación y hasta un segmento original del muro de Berlín. En ese lugar, rodeado de trascendentales piezas periodísticas emitidas en radio, televisión e Internet, existe en una habitación un lugar destacado para un tuit de Donald Trump. En el centro de un marco dorado colocado dentro de una vitrina de vidrio yace un mensaje que incluye siete letras que, increíblemente, forman una palabra que no existe: “covfefe”.
Desde que el presidente de Estados Unidos tuiteó el indescifrable mensaje (“Pese a la constante ‘covfefe’ negativa de la prensa”) el 31 de mayo del 2017, se han esbozado cientos de hipótesis sobre lo que el mandatario realmente quiso decir y se ha ampliado –aún más– el debate sobre cómo su uso de las redes sociales reconfiguró la presidencia de ese país y la labor de los medios, que hoy no dejan de estar atentos a todo lo que el político publica en Internet.
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El mensaje tuvo miles de retuits y “covfefe” se convirtió rápidamente en trending topic, nada fuera de lo habitual para el magnate que desde que ganó las elecciones de Estados Unidos hace exactamente tres años ha usado Twitter para pronunciarse sobre temas que incluyen seguridad nacional, política exterior y, claro está, para atacar ferozmente a sus enemigos, especialmente a la prensa.
Según un informe de “The New York Times”, Trump ha publicado aproximadamente 11.000 tuits desde que asumió la presidencia. De ellos, 5.889 –es decir más de la mitad– han sido ataques directos a sus críticos, 2.850 alabanzas hacia algo o alguien y 2.026 elogios a sí mismo.
Tan solo en lo que va de noviembre es posible identificar varios ejemplos. El jueves, el mandatario acusó a los medios de comunicación, a los que llamó “enemigos del pueblo”, de “trabajar horas extras con historias inventadas para generar disensión y desconfianza”. También es rápido encontrar los mensajes en los que se alaba a sí mismo. “¡Los mercados de valores (los tres) alcanzaron otro máximo histórico de todos los tiempos ayer! Son muy afortunados de tenerme como su presidente (¡es broma!). ¡Gasten bien su dinero!”, escribió el miércoles.
También cabe recordar algunos de los tuits del mandatario que en estos casi tres años de gobierno captaron la atención mundial. Cómo olvidar cuando se preguntó “¿por qué Kim Jong-un me insultaría llamándome ‘viejo’, cuando NUNCA lo llamaría ‘bajo y gordo’?”, o cuando se burló por enésima vez del cambio climático: “Un frío brutal y prolongado puede romper todos los récords. ¿Qué ha pasado con el calentamiento global?”. Incluso ha usado su cuenta de Twitter para atacar a famosas figuras de Hollywood. “Meryl Streep, una de las actrices más sobrestimadas de Hollywood, no me conoce, pero me atacó anoche en los Globos de Oro”, escribió.
El diario estadounidense también detalla que el mandatario lanza la mayoría de ataques por la mañana o tarde noche, cuando ya no está en compañía de sus asesores. También alerta que el presidente estadounidense ha retuiteado al menos 145 cuentas no verificadas que promueven contenido conspiratorio o extremista.
“The New York Times” destaca que desde que asumió el poder Trump “ha integrado completamente a Twitter en la estructura misma de su gestión, remodelando la naturaleza de la presidencia y el poder presidencial”. Y no parece que eso vaya a cambiar. En los últimos tres meses, los tuits del mandatario se han extendido al triple de la tasa que estableció en el 2017, su primer año de presidencia. Y ahora está a la caza de la reelección.