Viena. El coronel retirado austríaco acusado de espiar para Rusia durante los pasados 20 años ha sido detenido, en un caso que ha tensado las relaciones entre Viena y Moscú, informó el sábado la Fiscalía de Salzburgo.
El antiguo militar fue detenido anoche y se encuentra bajo custodia a la espera de que sea interrogado por las acusaciones de espionaje, según la radio pública ORF
La Fiscalía estudia solicitar prisión preventiva para el detenido ante el riesgo de fuga y el peligro de que pueda destruir pruebas de sus actividades.
El Gobierno austríaco informó ayer de que se estaba investigando si un oficial espió para Rusia durante dos décadas y ha advertido de que si se confirma esa sospecha, no ayudaría a mejorar las relaciones entre la Unión Europea y Rusia.
“Existe la sospecha en Austria de que un coronel retirado del Ejército austríaco trabajó con un servicio de inteligencia ruso y lo ayudó durante muchos años”, informó en rueda de prensa el canciller austríaco, Sebastian Kurz.
Según el jefe del Gobierno, ese envío de información comenzó en la década de 1990 y se prolongó hasta este mismo año.
El diario Kronen Zeitung sostiene que el militar bajo sospecha habría cobrado unos 300.000 euros.
“El espionaje es inaceptable y el espionaje ruso en Europa es inaceptable”, denunció Kurz, cuyo Gobierno mantiene muy buenas relaciones con Moscú
Según el Gobierno austríaco, no puede descartarse que el coronel facilitase información sobre algunos asuntos en los que Rusia habría mostrado interés, como sistemas de armas, la situación migratoria en el país y datos sobre personas concretas.
El FPÖ, socio minoritario en el Gobierno con el Partido Popular de Kurz, mantiene un acuerdo de colaboración con Rusia Unida, la formación de Putin, y ha defendido el fin de las sanciones de la Unión Europea a Rusia.
A diferencia de la mayoría de los países de la UE, Austria no expulsó a diplomáticos rusos tras el envenenamiento en Reino Unido del antiguo espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia.
Moscú considera inaceptable que Viena le acuse públicamente de espionaje sin presentar ninguna prueba y convocó al embajador austríaco para protestar.
La ministra de Exteriores austríaca, Karin Kneissl, respondió hoy que hay pruebas sólidas para una investigación criminal y que se trataba de “una interferencia inaceptable en los asuntos internos” de la república alpina.
Fuente: EFE