El duque de Edimburgo, de 97 años, aún disfruta de las cosas que más le gustan, como conducir carretas tiradas por caballos o vehículos todoterreno, pero se ha vuelto un peligro al volante tras sufrir un accidente del que salió ileso y volver a conducir dos días después sin tener atado el cinturón de seguridad.
Aunque está retirado de la vida pública desde 2017, el marido de la reina Isabel II de Inglaterra disfruta de buena salud y dedica su tiempo a sus pasiones de toda la vida, pero estos días se ha cuestionado mucho en el país sobre si una persona de su edad debería seguir conduciendo por carreteras que exigen alta velocidad.
El jueves, el príncipe Felipe resultó ileso herido después de que su coche Range Rover quedara volcado en la carretera A149 del condado de Norfolk, cerca de la residencia real de Sandrigham, tras colisionar con otro auto en el que iban dos mujeres y un bebé.
El duque salió de su automóvil por su propio pie, pero las otras dos mujeres debieron recibir atención hospitalaria y una de ellas sufrió una fractura en la muñeca por la fuerza del impacto.
Como medida de precaución, el príncipe recibió atención médica y, tras descartarse cualquier lesión, volvió a ponerse al volante de otro todo terreno 48 horas después de la colisión, pero esta vez sin cinturón de seguridad, como exige la legislación de tráfico.
Al duque se le vio el sábado conduciendo el coche por los terrenos de Sandringham, donde la familia real pasa las fiestas navideñas, sin tener atado el cinturón, algo penado con una multa de 100 libras (113 euros), pero que puede ascender a 500 libras (565 euros) si el caso llega hasta los tribunales.
El duque de Edimburgo está claramente acostumbrado a hacer lo que quiere, pero el incidente ha obligado a la Policía a recordarle que, aunque sea de la familia real, debe llevar cinturón de seguridad.
Una portavoz de la Policía de Norfolk, este de Inglaterra, ha informado de que un agente habló con el duque para darle “unos consejos adecuados” sobre la necesidad de atarse el cinturón, después de que los tabloides publicasen fotos del marido de la reina conduciendo sin ninguna protección en el cuerpo.
“Esta es práctica habitual cuando se nos advierte de imágenes que muestran este tipo de infracción”, agregó la portavoz.
Algunos testigos del incidente afirmaron que al duque, que cumplirá 98 años en junio, se le vio “agitado y muy conmocionado” cuando varias personas fueron a ayudarle a salir del vehículo.
Una de las ocupantes del otro coche, Emma Fairweather, ha declarado al tabloide británico “The Mirror” que aún no ha recibido una disculpa del príncipe Felipe.
“Tengo suerte de estar con vida y él ni siquiera ha pedido perdón. Ha sido un momento traumático y doloroso y hubiera esperado más de la Familia Real”, añadió Fairweather.
Esta mujer dijo que recibió un mensaje de la familia real a través de un policía pero que su contenido no tenía ningún sentido ya que rezaba: “La Reina y el Edimburgo quisieran recordarle”.
Según los medios, el vehículo del duque salía de un camino para incorporarse a la carretera A149 cuando se produjo el accidente.
Las fuerzas del orden no han indicado si el duque tiene el permiso de conducir en orden ni si fue sometido a la prueba de alcohol, como es habitual cuando se producen estos accidentes.
Espontáneo y políticamente incorrecto, el duque de Edimburgo ha llenado también a lo largo de su vida páginas en la prensa sobre sus famosas meteduras de pata, como cuando pronunció un discurso ante el Foro Mundial de la Naturaleza en 1986, que él presidía.
“Si tiene cuatro patas y no es una silla, si tiene dos alas y vuela, pero no es un avión, y si nada, pero no es un submarino, los cantoneses seguro que se lo comen”, dijo el duque.
Fuente: EFE