El presidente francés, Emmanuel Macron, debe fijar este lunes el “rumbo” de su mandato en un discurso en televisión, en un clima de crisis política y social permanente tras la promulgación de su impopular reforma de las pensiones.
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“El presidente quiere aprovechar esta ocasión para enviar un mensaje a los franceses, ahora que se acaba el proceso de la reforma de las pensiones que sin duda dejará ira en la mente y en el corazón de la gente”, explicó su entorno.
Desde enero, cientos de miles de personas, a llamado de los sindicatos, protestaron contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Ante el temor de perder la votación en el Parlamento, Macron decidió en marzo adoptar esta ley por decreto y el Consejo Constitucional validó el viernes pasado las medidas clave de su proyecto y el procedimiento empleado para su adopción, una “victoria pírrica”, según los observadores.
Los sindicatos advirtieron de la “crisis democrática” generada con la aprobación de una ley que rechaza gran mayoría de franceses, según los sondeos, y la rápida promulgación de la misma en la madrugada del sábado acentuó su descontento.
“El desprecio fue hasta el final”, lamentó el líder del principal sindicato francés, el moderado CFDT, Laurent Berger.
Las centrales sindicales convocaron ya manifestaciones para el 1º de mayo, que deben convertirse en “un tsunami popular e histórico”, dijo la jefa de la CGT, Sophie Binet.
Mientras tanto, los opositores a la reforma llamaron en las redes sociales a caceroladas y concentraciones en las alcaldías durante la intervención del presidente prevista este lunes a partir de las 20H00 (18H00 GMT).
Los sindicatos representativos de la empresa de ferrocarriles SNCF también convocaron una jornada de la “ira ferroviaria” el jueves.
Y en las redes sociales circula cada vez más un llamado a impedir la celebración de los Juegos Olímpicos de 2024 previstos en París si el gobierno no retira la reforma.
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Fijar el “rumbo”
En su discurso, retransmitido por televisión, Macron debe abordar los próximos pasos y el “rumbo” de su mandato hasta 2027, sin una mayoría absoluta de la que disfrutó hasta junio y que vuelve incierto la aprobación de cada proyecto.
Su primera ministra, Élisabeth Borne, expresó el sábado el compromiso del gobierno a continuar su agenda “reformista” con iniciativas sobre pleno empleo, salud o educación, pero tejer alianzas se vuelve más complicado en un clima social y político tenso.
La presidenta de la Asamblea Nacional (cámara baja), la oficialista Yaël Braun-Pivet, estimó que “el país está inquieto y con ira” y que “hay que escuchar esta ira”.
“No estamos preparados para pasar a otro cosa”, advirtió en la cadena Public Sénat el líder del opositor Partido Socialista, Olivier Faure.
Los líderes sindicales rechazaron hablar con el gobierno antes del 1º de mayo, pese a la propuesta de Macron. “El mundo del trabajo todavía está impactado”, dijo Berger.
La líder ultraderechista Marine Le Pen, a quien la crisis actual refuerza en los sondeos, consideró por su parte que el gobierno está “desacreditado” y llamó al presidente a convocar un referendo sobre la ley de las pensiones, a disolver la Asamblea (cámara baja) o a dimitir.
Por el momento, tras su discurso, el presidente debería volver rápidamente a la calle para “conversar con las franceses”, según su entorno. Un desplazamiento sobre la temática de la educación podría tener lugar miércoles o jueves.
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