A meses de las elecciones presidenciales que celebrará Francia en abril del 2022, una sorpresiva figura ha irrumpido entre los protagonistas. Con un discurso antiislámico, ultranacionalista y en contra de colectivos como el LGTB, Éric Zemmour se convierte con el paso de los días en el nuevo representante de la extrema derecha gala, un lugar que hasta hace poco era exclusivo de Marine Le Pen.
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Hijo de emigrantes judíos argelinos, Éric Justin Léon Zemmour nació en 1958 en Montreuil, muy cerca de París. Asistió al Instituto de Estudios Políticos de París y comenzó a escribir para el periódico Le Quotidien de París.
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Posteriormente fue editor en InfoMatin y colaboraba en el Globe Hebdo. En 1996 llegó a Le Figaro como periodista político y fue ahí donde construyó gran parte de su nombre público.
En el 2009 fue despedido del periódico tras emitir unas declaraciones en la televisión donde aseguraba que “los franceses descendientes de inmigrantes son más vigilados por la policía que el resto porque la mayoría de los traficantes son negros y árabes... es un hecho”.
Sin embargo, se mantendría como columnista del medio y volvería a la redacción en el 2013.
PERSONAJE POLÉMICO
En el 2014 publicaría El suicidio francés, un libro en el que despacharía todas sus críticas contra la inmigración, “el poder gay y el matriarcado”. Según él, los grandes causantes de todos los males que adolece Francia.
Ya en el 2006 había lanzado una publicación polémica titulada El primer sexo, donde decía que “hoy en día, las jóvenes, siempre al borde de la anorexia, se fabrican un cuerpo de chico para complacer a los diseñadores homosexuales, a los cuales no les gustan las mujeres, pues las consideran simples ‘perchas’ y las aterrorizan por algunos gramos de más, algunas onzas de redondez, de blandura, de feminidad que no quieren ver. El esnobismo mimético de los hombres -tener la mujer que probará a los demás hombres que han triunfado, como si fuera un bonito coche deportivo- los empuja a desear a esas mujeres. Y así la batalla de las élites está ganada. En cambio, tal y como observa(ba) Lagerfeld, siempre tan agudo, el hombre de la calle resiste. Él sigue deseando el ‘buen trasero’ de Jennifer López, las redondeces de Sophie Marceau o Mónica Belluci”, según reseña el diario español El Mundo.
En el 2019, además, fue condenado por incitación al odio racial por declaraciones vertidas tres años antes en televisión donde decía que los musulmanes debían tener “la posibilidad de elegir entre el islam y Francia”. Además, aseguraba que el país pasaba por “una invasión desde hace 30 años”, cita un artículo de Radio Francia Internacional (RFI).
La condena conllevó a una multa de 30 mil euros, detalla Le Monde.
Hace pocos meses, el Consejo Superior Audiovisual sancionó a la cadena CNews, donde Zemmour era una de sus figuras, luego de que el periodista calificara a los menores migrantes como “ladrones, asesinos, violadores”.
Esta semana, Zemmour dijo durante una entrevista con la radio Europe1 que en Francia “debemos dejar de someternos a los abominables mandatos de los activistas LGBT (...) ¡No tienen nada que hacer en la escuela y el Sr. (Jean Michel) Blanquer (ministro de Educación) es complaciente con ellos!”, reseña El Mundo de España.
Pero la postura de Zemmour no solo apunta hacia los migrantes y las minorías sexuales, sino que llegó a decir que la Francia de Vichy -el régimen instaurado por el mariscal Phillippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial- sacrificó a judíos extranjeros para “salvar a judíos franceses”. Por ello fue demandado por “impugnación de un crimen contra la humanidad”, un proceso que continúa en etapa de apelación según RFI.
AIRES DE CANDIDATURA
Desde inicios de año, el nombre de Zemmour comenzó a aparecer entre los posibles candidatos a la presidencia francesa pese a que él no lo ha oficializado. Sin embargo, acciones como suspender sus colaboraciones con Le Figaro y los diversos mítines en los que se ha presentado parecen confirmar sus intenciones.
Uno de estos encuentros con sus seguidores tuvo lugar el 4 de octubre en París, donde debatió con el filósofo izquierdista Michel Onfray y realizó una firma de libros.
En Francia ya han aparecido asociaciones como Los Amigos de Éric Zemmour que empezó a recolectar donaciones y firmas para su inscripción, además se han visto afiches con la frase “Zemmour presidente” en 86 ciudades francesas, según RFI.
Su figura se presenta como una de las más polarizantes en el espectro político francés. Según una encuesta de Odoxa-LCP-Public Sénat lo rechazan el 59% de franceses.
Sin embargo, otro sondeo del 1 de octubre realizado por PrésiTrack OpinionWay le da un 10% de intención de voto, solo por debajo del actual presidente Emmanuel Macron (24%), la ultraderechista Marine Le Pen (20%) y el derechista Xavier Bertrand (15%).
La encuesta del 7 de octubre del Instituto Harris, por su parte, muestra a Zemmour como segundo favorito con 17-18% de intención de voto, superado únicamente con Macron (24-27%).
El meteórico crecimiento de Zemmour ha llevado a que la derecha también lo vea con recelo, señalándolo de restarle votos a Le Pen, famosa por su férrea postura derechista pero que ha buscado moderar su discurso desde la última elección.
Esto, precisamente, ha sido criticado por Zemmour quien le reprocha la distinción que hace la política francesa entre el islam y el terrorismo islámico.
Según RFI, el grueso del electorado de Zemmour se encuentra entre los comerciantes, ejecutivos y pequeños empresarios, poco identificados con Le Pen y su discurso dirigido a los sectores más populares.
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