La antigua central nuclear de Chernóbil, en el norte de Ucrania, fue tomada por las fuerzas rusas el primer día de la invasión. Ahora está nuevamente bajo el control de Ucrania.
Yogita Limaye, corresponsal de la BBC, es una de los primeras periodistas en ingresar a la planta desde que se fueron los rusos.
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En la tarde del 24 de febrero, las fuerzas rusas rodearon Chernóbil con tanques y vehículos blindados, ingresando a Ucrania desde la frontera con Bielorrusia, a unos 16 km de distancia.
Cerca de 170 guardias nacionales ucranianos que vigilaban la planta fueron llevados al sótano y mantenidos cautivos ahí. Luego, los soldados rusos registraron las instalaciones en busca de armas y explosivos.
A los ingenieros, supervisores y demás personal técnico se les permitió que continuaran trabajando. En los dos días siguientes, llegaron operarios de Rosatom, la agencia rusa de energía atómica.
Al personal de Chernóbil le interesaba mantener el control del mantenimiento de la planta, que, aunque no está en funcionamiento, almacena los desechos radiactivos del peor desastre nuclear del mundo.
Desde el accidente de 1986 se han gastado miles de millones de dólares para limpiar y contener la contaminación.
Si las condiciones en el sitio no se controlan adecuadamente, existe un gran riesgo de liberación de material nuclear.
“Querían saber cómo se manejaban las instalaciones. Querían información sobre todos los procedimientos, documentos y operaciones. Tenía miedo porque el interrogatorio era constante y, a veces, fuerte”, dice Oleksandr Lobada, supervisor de seguridad radiológica en la estación.
En el último piso del edificio principal de la central eléctrica hay salas clave desde donde se controla el sitio, ubicadas a ambos lados de un pasaje largo y estrecho. Algunas de esas salas estaban cerradas.
Los rusos, al no encontrar las llaves, cortaron la parte de la puerta en la que estaba incrustada la cerradura e irrumpieron en las salas.
“Teníamos que negociar constantemente con ellos y esforzarnos por no ofenderlos, para que permitieran que nuestro personal manejara las instalaciones”, dice el ingeniero Valeriy Semonov.
Cuando se cortó el suministro eléctrico a la estación durante tres días, Valeriy dice que se apresuró a encontrar combustible para mantener el generador en funcionamiento, e incluso recurrió a robarle algo a los rusos.
“Si nos hubiéramos quedado sin energía, podría haber sido catastrófico”, explica Oleksandr.
“El material radiactivo podría haber sido liberado. Ya te podrás imaginar la escala de eso. No tenía miedo por mi vida. Tenía miedo de lo que sucedería si no estaba allí monitoreando la planta. Tenía miedo de que fuera una tragedia para la humanidad”.
Expuestos a la radiación
El área detrás de la planta, llamada “Bosque Rojo”, es uno de los lugares más radiactivos de la Tierra.
Las imágenes de drones publicadas por el ejército ucraniano muestran que los soldados rusos cavaron trincheras e incluso se quedaron allí. Esto también fue confirmado a la BBC por funcionarios de la estación.
Eso evidencia lo poco que sabían los soldados sobre seguridad nuclear.
Energoatom, la agencia estatal de energía nuclear de Ucrania, ha dicho que los soldados rusos estuvieron expuestos a “dosis significativas” de radiación.
Justo afuera del sarcófago que protege el reactor nuclear dañado, los soldados rusos amontonaron sacos de arena detrás de los cuales podrían esconderse si fueran atacados.
Valeriy se burla de esto y dice que el ejército ucraniano ni soñaría con disparar contra un reactor nuclear.
Abajo, en el sótano del edificio principal, hay habitaciones estilo dormitorio que fueron saqueadas por completo.
El piso está lleno de alfombras, colchones, ropa, zapatos y otras pertenencias de la guardia nacional ucraniana que estuvo retenida allí.
Funcionarios en Chernóbil dicen que los soldados rusos saquearon lo que pudieron cuando se fueron, y también se llevaron a los miembros cautivos de la guardia nacional con ellos.
“Pudimos mantener el sitio seguro. Pero es inquietante que se hayan llevado a 169 de nuestros militares”, dice Valeriy.
No está confirmado dónde están detenidos los hombres, pero el personal de Chernóbil cree que están en Rusia.
Petro Poroshenko, expresidente de Ucrania, visitó Chernóbil el viernes con alimentos y otros suministros para el personal de la planta.
El acceso a las instalaciones acaba de abrirse a través de una vía alterna. El puente a Chernóbil fue volado para detener el avance de Rusia.
El expresidente Poroshenko tiene una advertencia para el mundo.
“¿Estamos seguros de que mañana las tropas rusas no pueden aparecer aquí? Mi respuesta sería no. Putin es completamente impredecible. Y el humo nuclear no está limitado por las fronteras. Puede llegar a Europa del Este, Europa Central e incluso Gran Bretaña. El peligro de la contaminación nuclear de Europa es muy alto mientras Rusia continúe esta guerra”.
Con reportería de Imogen Anderson.
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