Irpín, Ucrania, una localidad herida por la guerra, se alza ahora como ejemplo de la resistencia ucraniana y de la derrota rusa.
Las fuerzas de Putin lograron entrar en el lugar pero no pudieron seguir adelante. Si lo hubieran hecho, Kiev habría sido el siguiente objetivo, pues la capital queda a sólo 21 km. Frenar el avance ruso aquí fue crítico.
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Llegamos al centro de la ciudad bajo escolta militar, atravesando calles cubiertas de escombros desparramados y postes eléctricos caídos. Apenas hay vida.
Las fuerzas ucranianas nos brindaron una cautelosa gira esquivando las carreteras principales. Nos advirtieron de que fuerzas rusas podían estar presentes en los bosques aledaños, aunque el alcalde, Oleksandr Markushyn, insiste en que la ciudad vuelve a estar completamente bajo control ucraniano.
Las tropas nos mostraron con orgullo un vehículo blindado de transporte ruso que había sido destrozado, con su torreta acorazada doblada. Había otro vehículo ruso quemado más adelante. Pero nos movieron rápidamente de sitio en sitio por la continua amenaza de la artillería rusa.
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La mayoría de las 70.000 personas que solían vivir en esta ciudad dormitorio huyeron durante el último mes saliendo rápidamente de los sótanos, arriesgando la vida ante la implacable artillería rusa.
Muchos encontrarán poco al regresar. El presidente ruso, Vladimir Putin, asegura que no tiene como objetivo las zonas civiles, pero las casas destruidas en Irpín cuentan otra historia.
Vimos muchísimos daños en áreas residenciales, incluyendo un edifico alto donde el fuego de artillería había abierto un hueco a través de la esquina de un apartamento. Un carrito rojo de juguete yacía en el suelo, cerca de un parque abandonado. Había automóviles con las ventanas agujeradas por balas y casas incendiadas con los techos volados.
Algunos de los muertos todavía permanecen bajo los escombros. Otros fueron enterrados rápidamente en los patios y parques porque era imposible darles un funeral apropiado. El alcalde estima que entre 200 y 300 civiles murieron aquí, algunos de ellos blancos directos a medida que huían. La cifra final probablemente será más alta.
Los rusos habían tomado 20-30% de la ciudad, pero la resistencia fue perseverante. El ministro de Defensa de Ucrania la reconoció con el título honorario de “Ciudad Heroica de Ucrania” por el “heroísmo y resistencia en masa de los residentes y defensores”. Ese honor se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando fue otorgado en la otrora Unión Soviética a varias ciudades.
Dentro de la ciudad, bajo la vigilancia de la policía y las tropas fuertemente armadas, se palpa un nivel de tensión.
Esta victoria se consiguió con mucho esfuerzo, pero los soldados con quienes hablamos reconocieron que los rusos podrían regresar en algún momento.
“Sí, eso creemos”, dijo Serhiy Smalchuk, cuya ocupación normal es la de presentador de televisión. “Ellos necesitan Kiev, verdad, porque Putin perderá si no toma Kiev. Así que lo intentarán de nuevo, pero estamos preparados en caso de que regresen. Y los derrotaremos”.
“No sabemos lo que están pensando”, dice Ivan Kolehin, un joven recluta del ejército de defensa territorial. “No creo que lo intenten de nuevo muy pronto. Sus fuerzas terrestres se retiraron, pero la artillería todavía nos puede impactar”.
Ivan trabajaba en marketing antes de tomar las armas. Parece tener dificultades para procesar la batalla por Irpín y el hecho de que todavía siga con vida.
“Nunca pensé que sobreviviría”, afirma. “En el tercer día escuchamos un silbido y empezaron a bombardearnos directamente. Estábamos sentados en el sótano y el techo empezó a despedazarse. Nos dio mucho miedo”.
Ahora se preocupa por el futuro de la ciudad.
“Todavía no es seguro estar aquí, pero con el tiempo la reconstruiremos”, dijo. “Probablemente tomará años, teniendo en cuenta los daños. Estoy tratando de no pensar en el hecho de que cada casa que fue destruida la construyó alguien, algunas veces con sus propias manos”.
En el pasado tuvo amigos rusos, pero ya no más.
“Odio a los rusos en lo más profundo de mi corazón”, expresó. “Esto no tiene excusas”.
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Moscú anunció que ahora reducirá drásticamente los ataques alrededor de la capital y se concentrará en la región oriental de Donbás. En realidad, el Kremlin tenía poca opción, en vista de que sus ofensivas en torno a la capital se habían frenado en seco.
Pero con el tiempo, las fuerzas rusas podrían reagruparse y asediar la capital otra vez. Si lo hacen, la “ciudad heroica” se les atravesará de nuevo y se pondrá en la línea de fuego.
A medida que nos fuimos de Irpín, un hilo de civiles evacuaba a pie, cruzando el lecho de un río a través de tablas de madera precariamente colocadas sobre escombros y rocas. Son los restos de un puente volado por las fuerzas de Ucrania para bloquear el avance ruso, otro de los sacrificios hechos por Irpín.
Una ambulancia esperaba a dos mujeres ancianas que estaban siendo cargadas en camillas a lo largo de la ribera, sobrevivientes del despiadado pero fracasado asalto ruso.
Más adelante, una columna de tropas ucranianas que se pavoneaba con la arrogancia de la victoria irrumpió en un canto obsceno contra el presidente Putin.
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