Ucrania lamentó este sábado la “indecisión” de Occidente en entregarle tanques pesados y algunos de sus cercanos aliados señalaron directamente a Alemania, en momentos en que Rusia está a la ofensiva, casi un año después de iniciada la guerra.
“Cada día de retraso significa la muerte de ucranianos. Piensen más rápido”, afirmó el consejero presidencial Mijaílo Podoliak en un tuit.
Ya el viernes por la noche el presidente ucraniano Volodimir Zelenski lamentó la prudencia adoptada por Alemania, y afirmó que está convencido de que “no hay otra solución” diferente a que sus aliados occidentales le suministren tanques.
En una inusual crítica pública, los ministros de Relaciones Exteriores de los Países Bálticos exhortaron el sábado a Alemania a “suministrar ya tanques Leopard a Ucrania”, apelando a la “responsabilidad especial” que tiene el país, como “primera potencia europea”.
Alemania es reticente a enviar los tanques Leopard -o a permitir que los países que tienen los manden a Ucrania- y varios reportes de medios esta semana indicaron que Berlín aceptaría sólo si Estados Unidos también envía sus blindados.
Por su parte, Washington afirma que no puede entregar sus tanques Abrams a Ucrania, debido a las dificultades de entrenamiento que requieren y sus altos costos de mantenimiento.
Representantes de unos 50 países se reunieron el viernes en la base estadounidense de Ramstein, en Alemania, sin lograr un acuerdo sobre el envío de los tanques, pese a las reiteradas peticiones del gobierno ucraniano.
El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, consideró el viernes que hay “una ventana de oportunidad desde ahora hasta la primavera” (boreal) para entregar los tanques occidentales.
Para Rusia, el envío de estos vehículos blindados no va a cambiar nada sobre el terreno, y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó a los occidentales de sostener una “ilusión” sobre una victoria de Ucrania.
Pero para muchos expertos, el uso de tanques pesados modernos sería una ventaja sustantiva para Ucrania en las batallas del este, donde Rusia retoma una ofensiva tras haber sufrido duros reveses en los últimos meses.
- Homenaje -
Mientras tanto, en Kiev, Zelenski y su esposa Olena Zelenska, junto a varios altos dirigentes ucranianos participan el sábado en el último homenaje al ministro del Interior, Denis Monastirski, quien murió el miércoles en un accidente de helicóptero junto a otras 13 personas.
El presidente y su esposa estaban vestidos de negro y llevaban flores, constató un periodista de la AFP.
La ceremonia tuvo lugar en un edificio situado cerca de la plaza Maidán, en el centro de Kiev. Un cortejo de militares llevó hasta el lugar siete ataúdes y sobre cada féretro se colocó la bandera ucraniana y al lado un retrato de las víctimas en blanco y negro.
Entre los asistentes, los familiares de las víctimas se estrechaban, algunos en llanto.
“¡Gloria a nuestros héroes!”, gritaron en coro los presentes, tras el discurso del maestro de ceremonia.
En el exterior, las banderas de Ucrania y de la Unión Europea ondeaban a media asta.
- Operaciones ofensivas rusas en Zaporiyia -
Desde el frente de batalla, el ejército ruso afirmó el sábado que sus tropas lanzaron una ofensiva en la región ucraniana de Zaporiyia, donde los combates se han intensificado esta semana tras varios meses sin movimientos.
En su informe diario, las fuerzas rusas indicaron que lanzaron “operaciones ofensivas” en la región y que “tomaron líneas y posiciones más ventajosas”.
Por su parte, las tropas ucranianas dijeron en su boletín matinal que el viernes hubo enfrentamientos en una decena de pueblos de esta región del sur.
En el este de Ucrania, la región de Donetsk concentra actualmente el grueso de los enfrentamientos.
En los alrededores de Bajmut, los combates fueron intensos el viernes entre las tropas de Ucrania y las fuerzas rusas, apoyados por el grupo paramilitar Wagner, que fue designado por Estados Unidos como “organización criminal” internacional.
Un alto funcionario estadounidense afirmó que el ejército ucraniano no debería intentar defender a toda costa Bajmut, sino centrarse en preparar una gran contraofensiva.
Pero Bajmut se ha convertido en un símbolo mayor, por un lado el presidente ucraniano se desplazó recientemente hasta el frente para alentar a sus tropas, en tanto que Rusia ansía un éxito en la ofensiva tras la serie de derrotas encadenadas en los últimos meses.
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