El recuento de votos confirmó este lunes la victoria de la coalición de ultraderecha liderada por Giorgia Meloni y el partido Hermanos de Italia (FdI, por sus siglas en italiano) durante los últimos comicios legislativos celebrados en dicho país.
El resultado ha provocado reacciones mixtas en el Viejo Continente, recibiendo felicitaciones desde Hungría y Polonia, al mismo tiempo que preocupación desde España, Francia o Alemania.
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La principal razón detrás de esta polarización europea se debe al rótulo con el que se clasifica a los Hermanos de Italia, considerados un movimiento posfascista.
Pero, ¿qué significa eso?
Fascismo y Neofascismo
Caracterizado por ser totalitario, antidemocrático y ultranacionalista, el fascismo fue diseñado por Benito Mussolini en Italia apenas acabada la Primera Guerra Mundial para posteriormente expandirse por el resto de Europa y el mundo hasta convertirse en un concepto complicado de definir.
“Hay que distinguir entre un fascismo histórico, que es el régimen que, a partir de Italia, marcó la historia del siglo XX y se extendió a Alemania y a otros países europeos en el período entre las dos guerras mundiales, de lo que se suele llamar fascismo después de 1945, que se refiere a todos aquellos que usan la violencia en movimientos de extrema derecha”, explicó al respecto el historiador italiano Emilio Gentile a la BBC en marzo del 2019.
Gentile explica en la misma conversación que la extrema derecha y el fascismo no podrían ser calificados como términos exactamente iguales, a menos que un régimen que siga la primera ideología subyugue a la sociedad que gobierna bajo un sistema militar jerarquizado.
Por otro lado, el posfascismo se presenta como una sucesión de dicha ideología implantada por Mussolini aunque no necesariamente se trata de una continuidad directa, explicaba en marzo de este año, durante una entrevista con Página 12, el historiador Enzo Traverso.
Según el pensador italiano, el posfascismo sí estaría directamente relacionado con la ola de derecha radical surgida a inicios del siglo XXI que recientemente ha alcanzado el poder en Hungría, Polonia o Austria, y que tienta repetirlo en otros territorios, como Vox en España o Marine Le Pen en Francia.
“Estas nuevas derechas radicales no quieren destruir las instituciones democráticas. Quieren conquistar el poder desde adentro del sistema, para cambiarlo después, pero sin la dimensión subversiva que caracterizaba a los fascismos clásicos. De todos modos, recordemos que tanto Hitler como Mussolini no llegaron al poder por golpes militares, sino sobre la base de mecanismos institucionales preestablecidos. En este punto hay algo muy importante para destacar: estos posfascismos son un fenómeno de transición. No son lo mismo que el fascismo, pero tampoco es que no compartan con el fascismo determinados valores. Eventualmente, esas diferencias podrían diluirse”, explicó Traverso a Página 12.
Fratelli d’Italia
Surgido en diciembre del 2012 como una escisión del partido de Silvio Berlusconi, Pueblo de la Libertad, Fratelli d’Italia (Los Hermanos de Italia) se presentó como una nueva opción para el ala más conservadora de dicha agrupación.
Con el paso de los años y los procesos electorales, FdI fue ganando aliados dentro de exmiembros de partidos derechistas que apostaban por el liderazgo de Giorgia Meloni.
Pese a su derrota en la carrera por la alcaldía de Roma en el 2016, Meloni fue ratificada al año siguiente como presidenta del partido. Adicionalmente, FdI fue ganando escaños en el Senado y la Cámara de Diputados.
Durante esta década de existencia política, FdI ha estado en medio de diferentes episodios que llevaron a calificarlos como seguidores de la ideología de Mussolini.
En agosto de este año, por ejemplo, el partido utilizó el lema “Dios, patria y familia” acuñado en 1931 por el entonces secretario general del Partido Nacional Fascista, Giovanni Giuriati.
Ante lo polémica, Meloni tuvo que salir a explicar que se trataba del “más hermoso manifiesto de amor” inspirado en las reflexiones del filósofo romano Cicerón y no de un eslogan político.
Hace tan solo una semana, sin embargo, otra polémica similar surgió cuando el concejal de Seguridad de la región de Lombardía y miembro de FdI, Romano La Russa, realizó el saludo fascista durante el funeral de Alberto Stabilini, exponente histórico de la extrema derecha de Milán.
La misma Meloni se ha visto involucrada en situaciones similares, principalmente por declaraciones pasadas que salieron a la luz durante la campaña. Criticada por haber militado en el Movimiento Social Italiano, fundado por los últimos fascistas luego de la Segunda Guerra Mundial, y por asegurar durante un reportaje de 1996 que “Mussolini fue un buen político”, Meloni ha buscado en repetidas ocasiones desligarse de la figura del exdictador italiano.
“La derecha italiana ha relegado el fascismo a la historia desde hace décadas, condenando sin ambigüedades la privación de la democracia y las infames leyes antijudías. Y obviamente también es inequívoca nuestra condena al nazismo y al comunismo”, dijo en un video publicado durante la campaña electoral.
Temas claves
Tanto el partido como Meloni se han caracterizado por mantener un discurso ultraconservador, oponiéndose férreamente a temas como el aborto, la eutanasia, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción por parte de parejas homosexuales.
Por otro lado, el nacionalismo también ha marcado parte importante dentro de la esencia de FdI y de su presidenta. En ese sentido, algunos de los temas que más preocupaban con el ascenso de Meloni era el futuro que le esperaría a Italia dentro de la Unión Europea y su postura frente a la inmigración ilegal, proveniente principalmente de África y Medio Oriente.
Si bien Meloni ha descartado realizar un “Italexit”, al mismo tiempo ha asegurado que “Italia comenzará a defender sus propios intereses nacionales, como lo hacen los demás, y luego buscaremos soluciones comunes”. Por otro lado, planea renegociar los acuerdos alcanzados por su predecesor, el saliente Mario Draghi, con el bloque europeo a cambio de un rescate financiero.
Además, Meloni ha asegurado que promoverá valores “conservadores” y defenderá “las raíces y la identidad histórica y cultural judeocristiana de Europa”. Contraria a la inmigración ilegal y la llegada de refugiados rescatados en el Mediterráneo, declaraciones vertidas el año pasado por la misma Meloni preocupan sobre el futuro que podría correr la comunidad islámica dentro de Italia.
“O se dice ‘sí’ o se dice ‘no’. ‘Sí’ a la familia natural, ‘no’ a los lobbies lobby LGBT. ‘Sí’ a la identidad sexual, ‘no’ a la ideología de género. ‘Sí’ a la cultura de la vida, ‘no’ al abismo de la muerte. ‘Sí’ a la universalidad de la cruz, ‘no’ a la violencia islamista”, dijo Meloni durante un mitin del partido de extrema derecha español Vox en el que participó.
“‘Sí’ a fronteras seguras, ‘no’ a la inmigración masiva. ‘Sí’ al trabajo de nuestros ciudadanos, ‘no’ a las grandes finanzas internacionales. ‘Sí’ a la soberanía de los pueblos, ‘no’ a los burócratas de Bruselas. Y ‘sí’ a nuestra civilización y ‘no’ a quienes quieren destruirla”, agregó.
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