Finlandia y Suecia han declarado su intención de unirse a la OTAN, pero para ser aceptados en la alianza militar se requiere el consentimiento unánime de todos los 30 miembros.
Sin embargo, una de estas naciones, Turquía, ha expresado su oposición a la intención de los países nórdicos.
MIRA: Qué significa la decisión de Finlandia y Suecia de pedir su entrada en la OTAN (después de su férrea defensa de la neutralidad)
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo el viernes que Turquía, un miembro clave de la OTAN, no “era favorable” a la posibilidad de que Finlandia y Suecia se unieran a la OTAN.
“Estamos siguiendo los desarrollos con Suecia y Finlandia, pero no tenemos pensamientos favorables”, le dijo a los periodistas.
Y el lunes en una conferencia de prensa, Erdogan reiteró su oposición a las solicitudes de Finlandia y Suecia y describió a este último país como un “criadero” de organizaciones terroristas.
“Ninguno de estos países tiene una actitud clara y abierta hacia una organización terrorista. ¿Cómo podemos confiar en ellos?” dijo el presidente turco.
Erdogan dijo también que los diplomáticos suecos y finlandeses que iban a visitar Turquía para discutir este tema no deberían tomarse el trabajo de viajar.
“¿Van a venir aquí el lunes para tratar de convencernos? Discúlpennos, pero no es necesario que se molesten”, indicó Erdogan durante la conferencia en Ankara.
Rusia, por su parte, ha indicado que está siguiendo de cerca el proceso de unión a la OTAN de las naciones escandinavas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la decisión de Finlandia y Suecia de unirse a la alianza no amenazaba a Moscú directamente, pero enfatizó que cualquier expansión de la infraestructura militar provocaría una respuesta del Kremlin.
Suecia y Finlandia citan la invasión de Rusia a Ucrania detrás de su intención de unirse a la alianza. Suecia dijo el lunes que, debido a este hecho, Europa está viviendo una peligrosa nueva realidad.
Turquía acusa a las dos naciones nórdicas de albergar a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo que considera una organización terrorista, y a seguidores de Fethullah Gulen, a quien Ankara acusa de orquestar un intento de golpe de estado en 2016.
El PKK es un grupo militante kurdo que ha luchado durante décadas como una insurgencia separatista en partes de Turquía. Fue designado por Estados Unidos como una organización terrorista en 1997.
Turquía también se vio indignada por la decisión de Estados Unidos y Suecia de apoyar a una milicia afiliada al PKK en Siria, donde el grupo luchaba contra el autodenominado Estado Islámico.
Turquía reprendió a Estados Unidos en febrero de 2021 por este hecho, y Ankara convocó al embajador de Suecia en Turquía dos meses después.
Ankara también ha expresado otros reclamos sobre Suecia y Finlandia, incluidas sus preocupaciones sobre garantías de seguridad y el bloqueo a las exportaciones de armas a Turquía.
El gobierno turco también había prometido bloquear las solicitudes de países que le han impuesto sanciones.
En 2019, ambas naciones nórdicas impusieron un embargo de armas a Ankara después de su incursión en Siria.
En declaraciones en el parlamento en Helsinki el lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, dijo que estaba sorprendido por la postura de Turquía, pero agregó que su gobierno no estaba interesado en “negociar” con Erdogan.
Turquía, sin embargo, no ha dicho oficialimente que vetaría la membresía de los dos países.
El domingo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país expuso varias condiciones para su apoyo, incluida que las naciones nórdicas pongan fin a lo que llamó apoyo a las “organizaciones terroristas” en sus países, así como como prohibiciones de exportaciones a Turquía.
El sábado, un asesor de Erdogan le dijo a la agencia Reuters: “No estamos cerrando la puerta. Pero básicamente estamos planteando este problema como una cuestión de seguridad nacional para Turquía”.
Y el domingo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en respuesta a las preguntas sobre la postura de Turquía, expresó confianza en que el proceso avanzaría rápidamente.
“Turquía lo ha dejado claro: su intención no es bloquear la membresía. Por lo tanto, confío en que podremos abordar las preocupaciones que Turquía ha expresado de una manera que no retrase el proceso de adhesión”.
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Para que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN, los 30 miembros existentes deben decir que sí. Pero por ahora, uno está diciendo que no.
El presidente Erdogan afirma que no aceptará admitir países que apliquen sanciones a Turquía.
Suecia suspendió la venta de armas a Turquía hace tres años, tras la intervención militar de Ankara en Siria. Y según la agencia oficial de noticias turca, tanto Finlandia como Suecia han rechazado decenas de solicitudes de extradición de militantes kurdos que Turquía califica de terroristas.
Ambos países están enviando delegaciones a Ankara para tratar de resolver el problema, pero el presidente Erdogan dice que no deberían molestarse.
Parece decidido a obtener un precio por su preciado voto.
El domingo, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, señaló que confía en que Finlandia y Suecia se unirían a la alianza, a pesar de las objeciones turcas.
Es probable que el tema domine las discusiones entre Blinken y su homólogo turco en Washington el miércoles. Después de haber alentado a los dos países nórdicos a postularse, Washington no querrá decepcionarlos en el último momento.
Finlandia anunció formalmente su oferta para unirse a la OTAN la semana pasada.
A esta se unió la vecina Suecia, el sábado, en una medida que pondrá fin a la no alineación militar que durante años ha mantenido el país escandinavo.
“La OTAN fortalecerá a Suecia, Suecia fortalecerá a la OTAN”, dijo la primera ministra Magdalena Andersson en una sesión informativa el lunes.
“Estamos dejando atrás una era y entrando en una nueva”, recalcó Andersson a los legisladores durante un debate en Estocolmo.
Agregó que se podría entregar una solicitud formal dentro de unos días y que se coordinaría con Finlandia.
Sin embargo, Andersson enfatizó que Suecia no quería bases permanentes de la OTAN ni armas nucleares en su territorio.
Noruega, Dinamarca e Islandia, todos miembros nórdicos de la OTAN, dijeron de inmediato que estaban dispuestos a apoyar a Suecia y Finlandia por todos los medios necesarios si eran atacados.
Reino Unido, también miembro de la OTAN, ya ha dado garantías de seguridad a Suecia y Finlandia para cubrir el período de transición.
El anuncio del lunes de Suecia se produjo cuando la OTAN comenzó uno de sus mayores ejercicios en la región del Báltico, en el que participaron unos 15.000 soldados.
Los simulacros en Estonia, llamados “Hedgehog”, involucran a 10 países, incluidos Finlandia y Suecia.
La OTAN ya indicó su voluntad de admitir a los dos nuevos miembros en la alianza.
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