“Soy libre y elijo parir en casa” se leía en la espalda de una de las mujeres que, con el torso desnudo, exigieron el jueves en Buenos Aires que el gobierno no imponga restricciones a los partos caseros.
Parteras, embarazadas y médicas cortaron un tramo de la céntrica Avenida 9 de Julio y mostraron a los sorprendidos automovilistas sus senos cubiertos con pintura de colores mientras movían sus caderas al ritmo de un tambor en defensa de una práctica cada vez más extendida en el mundo y que en Argentina, alertaron, podría desaparecer.
Marina Lembo, presidenta de la Asociación Argentina de Parteras Independientes, dijo a The Associated Press que una regulación elaborada por el Ministerio de Salud que se haría pública la semana próxima “pone reglas tan rígidas que casi ninguna mujer podría parir en su domicilio”.
La demanda de esos partos se ha desbordado en Argentina. “En 2012 hubo 9.000 nacimientos en casa y hoy la cifra se triplicó y las parteras no dan abasto”, sostuvo la Asociación en un comunicado.
Según Lembo, la regulación ministerial prohíbe la práctica a las mujeres mayores de 35 años, las que hayan sido sometidas a cesáreas con anterioridad, las que superen las 41 semanas de gestación y las que tengan una infección vaginal con estreptococo.
“Las parteras llevamos tecnología a los hogares, conversamos con las mujeres qué tratamientos desean recibir y con obstetras que autorizarían la medicación de esa mujer. No hay ninguna situación por la cual no puedan ser asistidas bien en la casa”, afirmó la activista.
Agregó que, basándose en protocolos internacionales, “se puede esperar a mujeres hasta las 43 y 44 semanas de gestación... son situaciones que se acompañan con protocolos especiales”.
AP intentó obtener sin éxito un comentario del ministerio al respecto.
La Asociación aseguró que sigue los protocolos internacionales de parteras independientes que atienden durante el embarazo, el alumbramiento y el posparto con “excelentes resultados” para la salud del bebé y la mujer y pidió ser escuchada por las autoridades.
“La Organización Mundial de la Salud dice que en Argentina hay una epidemia de cesáreas”, dijo por su parte Ana Paula Fagioli, una médica que interviene en partos a domicilio. “No es lo mismo para una mujer parir en cuclillas o parada. Estar tumbada es antinatural”, agregó la doctora.
Si la mujer lo desea puede ser asistida en su casa también por parteras, obstetras y neonatólogos, aclararon las defensoras de esta práctica. Indicaron que sólo se puede dar a luz en el hogar si se ha cursado un embarazo saludable.
La Asociación pidió al gobierno que facilite la relación fluida entre parteras e instituciones médicas cuando la mujer que ha elegido alumbrar en su casa o el feto sufran complicaciones y sea aconsejable su traslado. También exigió que los sistemas de salud público y privado reintegren los costos de estos procedimientos que son “entre tres y seis veces más baratos que en una institución médica”.
La Asociación afirmó que “en la casa la mortalidad materna es 0%” y que las parteras conocen las prácticas de reanimación.
También cuestionaron que las clínicas argentinas registren “entre 60% a 90% de cesáreas y los hospitales públicos 30%”.
Graciela Gerace, titular del comité científico de la Asociación Obstétrica Argentina, dijo a AP que está a favor del parto en casa siempre que la partera asuma los riesgos que puedan darse.
“Un parto en domicilio es muy lindo, la mujer está en familia, pero los que hemos trabajado en hospitales sabemos cómo una persona que viene normal desde el punto de vista fisiológico puede darse vuelta en dos minutos y está el riesgo de muerte materna o neonatal”, sostuvo.
Gerace propuso que haya una ambulancia preparada en la puerta de la casa de la parturienta o que el alumbramiento se realice en “habitaciones que asemejen a una casa” en los hospitales, lo que las parteras independientes también respaldan.
“Es el derecho a elegir, significa acompañar a la mujer y preservar su fisiología”, afirmó a AP Violeta Osorio, una colombiana que tuvo a su segunda hija en Argentina en su casa.
Fuente: AP