El Gobierno de Argentina, presidido por el peronista Alberto Fernández, anunció este miércoles su retiro del Grupo de Lima, creado en agosto de 2017 para tratar la situación de Venezuela y formado por una docena de países de América. Considera que sus acciones “no han conducido a nada”.
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“La República Argentina formalizó su retiro del denominado Grupo de Lima, al considerar que las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada”, destaca un texto de la Cancillería.
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En el mismo se pide “un diálogo inclusivo” para solucionar la crisis venezolana, “que no favorezca a ningún sector en particular, pero sí a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”.
Considera que de este diálogo debe formar parte “la oposición en su conjunto”, junto a “voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusiones”.
“En un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”, agrega el comunicado.
El Gobierno argentino también critica “la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima”, lo que ha provocado que se adopten posiciones que este “no ha podido ni puede acompañar”.
La Cancillería destaca que “Argentina continuará sosteniendo su compromiso con la estabilidad en la región, y buscará encaminar soluciones pacíficas, democráticas y respetuosas de la soberanía y de los asuntos internos de cada Estado”.
Venezuela afronta una crisis política y social que se acentuó en 2019, después de que el opositor Juan Guaidó se declaró mandatario interino al invocar unos artículos de la Constitución venezolana.
La oposición venezolana -que no reconoce el nuevo mandato de seis años que juró Nicolás Maduro el 10 de enero de 2019, al considerar ilegítimas las elecciones que le dieron ganador- asegura que el país atraviesa una “emergencia humanitaria compleja” y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para atenderla.
Argentina formó parte del Grupo de Lima a iniciativa del anterior Gobierno, presidido por el conservador Mauricio Macri (2015-2019), y tras la asunción de Alberto Fernández la posición argentina sobre la situación de Venezuela ha tomado un rumbo diferente.
La exmandataria argentina y actual vicepresidenta Cristina Fernández, además, tuvo una estrecha relación con Hugo Chávez, sustituido tras su muerte por Nicolás Maduro.
Argentina sigue participando en el Grupo Internacional de Contacto (GIC) -integrado por países latinoamericanos y europeos-, y en su última reunión del pasado 2 de febrero, el canciller argentino, Felipe Solá, reiteró que “la solución para Venezuela es de los venezolanos”.