A sus 30 años, Beatriz Hevia es la presidenta del Consejo Constitucional (CC) de Chile y tiene la responsabilidad de acordar un texto que será sometido a referéndum a fines de año. Representante del Partido Republicano, está convencida de que el consenso es la única manera de alcanzar la estabilidad.
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— A partir del lunes 17, las bancadas presentarán los cambios que propondrán para llegar a un texto constitucional. ¿Cuáles considera que son los puntos de encuentro y las líneas que no deben cruzarse?
Este lunes 17 se marcará un hito. Hemos estado escuchando a la ciudadanía y a los expertos, y a partir de eso las bancadas van a fijar sus posiciones. Espero que las bancadas sean honestas y francas en lo que planteen y estén abiertas al diálogo para llegar a acuerdos amplios entre todos los sectores.
— ¿Hay temas que usted preferiría que no se toquen, como las pensiones por ejemplo?
El anteproyecto entregado por los expertos ya toca temas como el de las pensiones, la salud, por lo que tenemos que abordar de manera madura y respetuosa las distintas posturas que hay para llegar a una solución que dé estabilidad al futuro del país.
— Luego de un mes de instalado el CC, ¿cree que hay mayor estabilidad ahora que lo que hubo después del rechazo al primer proyecto de Carta Magna?
Son procesos distintos. Estamos viviendo un proceso serio y responsable que ojalá se haga cargo de las necesidades de los chilenos. Lo que quieren los chilenos es recuperar y reconstruir nuestro país, y en eso estamos trabajando, y si eso es sinónimo de estabilidad, me parece muy bien que así lo sea.
— Usted y su partido plantean colocar en la Constitución a la persona en el centro y al Estado al servicio. ¿Cómo llegar a ese consenso cuando su país tiene a un presidente de izquierda con una visión distinta del rol del Estado?
Lo principal es tener un texto que ponga a las personas en el centro. Un Estado al servicio de las personas dándoles el espacio necesario para que puedan desarrollarse en libertad lo más plenamente posible, lo que implica llegar a consensos. Para eso hay que reconocer que tenemos puntos de vista distintos, pero si podemos escucharnos y llegar a acuerdos poniendo a Chile por delante –que yo creo es lo que los 50 consejeros que estamos en este proceso queremos–, podremos llegar a esos puntos de encuentro para que sea un texto que represente a todos los chilenos y no solo a un sector.
“Tengo como objetivo que la Constitución ponga a la persona en el centro, veremos cómo lo acoplamos con las prioridades de otras bancadas”.
— ¿Cómo arribar a ese consenso luego de un proceso crispado y polarizado?
Son varias las lecciones que podemos sacar de los últimos años que ha vivido Chile. Una es que es necesario dialogar y escucharnos, lo cual es algo que gracias a Dios he visto en el CC en este primer mes y espero que sigamos con ese espíritu de acercar posiciones. Así será más fácil llegar a un texto que represente a los chilenos en su mayoría. Yo tengo como objetivo que la Constitución ponga a la persona en el centro, lo compartimos con mi bancada y varios sectores, así que tendremos que ver cómo lo acoplamos con las prioridades de otras bancadas.
— ¿Cómo imagina la Constitución que será puesta a consideración de los chilenos el 17 de diciembre?
Imagino una Constitución –y va a sonar reiterativo– que ponga a la persona en el centro, y eso significa hacernos cargo de ciertos dolores de la ciudadanía, dar respuesta a ciertas necesidades, dar las seguridades de que puedan desarrollarse plenamente en distintas áreas de la vida, desde el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos a cómo garantizar mayor seguridad en nuestra sociedad, cómo generar reglas necesarias para recomponer el tejido social tan dañado hoy. Necesitamos un texto que nos permita mejorar la convivencia entre todos.
Nacimiento
Osorno, 30/10/1992
Profesión
Abogada
Trayectoria política
Empezó como coordinadora de jóvenes en la campaña presidencial de José Antonio Kast –líder del Partido Republicano– en el 2017. Trabajó en la formación del movimiento Acción Republicana. En enero del 2021, se convirtió en asesora legislativa del Ministerio de Economía.
— Usted generó polémica cuando en su discurso de asunción al cargo subrayó que Chile vive una crisis profunda. Una crisis económica y política, pero sobre todo social. ¿Cómo se explica que Chile haya pasado de ser la estrella de Sudamérica a un país en crisis?
Hay dolores que se han ido engendrando en nuestra sociedad y generando una tremenda frustración, y que nos han llevado a tener desconfianza entre nosotros. Hemos visto cómo se ha ido debilitando la vida familiar, padres que no pagan las pensiones alimenticias de sus hijos, violencia intrafamiliar, hijos que no respetan a sus padres, alumnos que no respetan a los profesores. Hemos perdido el respeto a la autoridad, al Estado de derecho. Lo hemos visto en los últimos años, y nuestro deber hoy es recomponer eso. Hay un diagnóstico transversal y común: Chile tiene un problema en cómo nos comportamos y una crisis de moralidad pública. Teniendo el diagnóstico es más fácil llegar a soluciones.
“Hemos perdido el respeto a la autoridad, al Estado de derecho. Lo hemos visto en Chile en los últimos años”.
— Chile llegó a este punto tras los violentos disturbios que hicieron que el entonces presidente Sebastián Piñera convocara una asamblea constituyente. ¿Este ‘modus operandi’ es parte de un modelo para aplicar en América Latina usando la violencia para forzar el llamado a tal asamblea?
Yo puedo referirme al caso chileno, y efectivamente hay un sector político que ha validado la violencia, los disturbios, los destrozos de las ciudades como método de acción política. Eso es parte también de la crisis moral, se han aprovechado de este importante grado de frustración en nuestra sociedad. Ahí lo que nos convoca, y el rol principal que tengo yo hoy, es cómo miramos hacia adelante construyendo a partir de diferencias válidas. Estoy convencida de que los chilenos quieren recuperar y reconstruir nuestro país, ese debe ser el objetivo sin perjuicio de que quizá para los historiadores va a ser sumamente interesante registrar lo ocurrido en Chile y Latinoamérica en los últimos años.
— El triunfo del Partido Republicano en esta última elección para el CC ha sido categórico. ¿Cree que ha llegado el momento de la derecha en la región?
Yo creo que esa definición siempre la tiene la ciudadanía y vamos a tener que ver en cada una de las elecciones cómo ella va manifestando quién lo representa de mejor manera. Yo soy representante de un sector que siempre ha trabajado pensando en el país, proponiendo soluciones hacia adelante, debatiendo ideas que muchas veces uno esperaría que llegaran desde las instituciones. Sin embargo, no ha sido esa la ocasión y hoy día, desde mi rol y como representante de la región de Los Lagos en el CC, estoy tremendamente agradecida del apoyo ciudadano para representarlos en este espacio y poder construir una Constitución que tenga los valores que creemos que debe tener.
— Hay a quienes les asusta el término ‘derecha’. ¿Cómo le va a usted con eso? Porque hay quienes buscan etiquetar: derechista, conservadora, etc.
Yo soy una persona que ha trabajado por las ideas de la libertad, de la defensa de la vida, de la familia como núcleo fundamental de la sociedad, creo en la justicia social y otros tantos factores, y si eso me define como alguien de derecha, no tengo ningún problema con que así se haga.
— Para algunos solo existe la “extrema derecha” cuando se refieren precisamente a partidos conservadores. ¿Cómo observa eso?
Hay un ánimo por caricaturizar a los sectores que han dicho basta a las injusticias, a la corrupción, a la crisis de seguridad que vive nuestro país, a la violencia en todas sus formas, y que sintonizó con la ciudadanía. Me parece que más que una falta de respeto hacia un representante o partido al utilizar esa expresión, se falta el respeto a los ciudadanos que han confiado en ese proyecto. La ciudadanía ha hecho ‘clic’ con la mirada que tenemos del país que queremos construir y que cuenta con el apoyo ciudadano reflejado en las últimas elecciones, por lo que me atrevo a decir que la ciudadanía no ha caído en el juego de las etiquetas, sino que ha abierto su puerta a escuchar nuevas voces políticas que le hacen sentido.
— Nuevas voces. A sus 30 años, ocupa el cargo político más importante, porque usted está definiendo –junto con los otros asambleístas– el futuro de su país. ¿Cómo siente este peso a su edad?
Es una enorme responsabilidad, pero también un bonito deber que nos encomendó la ciudadanía, y lo tomo como tal. Yo llevaba vinculada varios años a las políticas públicas, así que tenía conocimiento del trabajo que veníamos a hacer al CC, y en esa línea me atreví a aceptar el desafío de ser candidata para representar a la región que me vio nacer y crecer, poniendo mis conocimientos al servicio de Chile como creo que lo hicieron los otros 49 consejeros, cada uno desde su área de experiencia profesional y de vida. Lo tomo como un bonito desafío y espero estar a la altura de lo que los chilenos nos han encomendado.
— Este año se cumplen 50 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet. ¿Qué espera de esta conmemoración?
Sé que hay mucho interés por conocer mis opiniones y posiciones respecto a este tema, pero lo que esperan los chilenos de quienes estamos en el CC es que nos aboquemos a los temas constitucionales. Mi objetivo está puesto en los temas que nos unen y no en aquellos que nos dividen, esa es mi mirada al respecto.
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