Varios países de América Latina, además de sufrir los embates por el avance del coronavirus, han soportado una semana convulsa en lo político y social, con manifestaciones que devinieron en una represión brutal de las autoridades y un accidente que recordó tragedias del pasado.
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La semana que termina fue especialmente difícil para Colombia, México, El Salvador y Brasil, que vienen enfrentando duros momentos y tienen un punto en común: un fuerte reclamo a las autoridades.
México
El lunes, pasada las 22 horas, un paso elevado del metro de la Línea 12 en Ciudad de México colapsó, provocó la caída de vagones sobre algunos autos y ocasionó la muerte de 26 personas.
Las imágenes de las labores de rescate y el dolor de las personas a la espera de saber si sus familiares fueron víctimas del accidente dieron la vuelta al mundo.
Frente a la indignación popular -por una obra que ha sido cuestionada desde su inauguración-, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) garantizó que habrá justicia y “se castigará a los responsables” de una eventual negligencia.
Los peritajes de lo ocurrido están a cargo de la Fiscalía y de la firma noruega Det Norske Veritas, que realizará un “análisis causa-raíz” desde la construcción de la Línea 12.
Colombia
El 28 de abril, lo que comenzó como una manifestación pacífica contra la reforma fiscal emprendida por el gobierno de Iván Duque, devino en una de las mayores protestas que se han registrado en Colombia, no exenta de violencia.
Luego de nueve días de protestas el saldo es de lamentar: 27 muertos. El malestar contra el gobierno y las fuerzas del orden es general y ha ocasionado que el proyecto de reforma tributaria sea retirado y que el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, renuncie a su cargo.
Ahora, los manifestantes han sumado otros reclamos, como mejores condiciones en salud y educación, seguridad en las regiones y cese del abuso policial contra los manifestantes.
El gobierno de Colombia llamó el pasado jueves a un diálogo entre “quienes marchan” y “quienes no marchan” en las protestas a la espera de terminar con la violencia y enfrentamientos.
El Salvador
Lo que ocurre en El Salvador es un problema a nivel político que, si bien no tiene aún repercusiones entre los salvadoreños, la comunidad internacional sí ha levantado una ceja.
El sábado que pasó una nueva Asamblea unicameral, dominada por partidos aliados al presidente Nayib Bukele, destituyó a magistrados de la Corte Constitucional y al fiscal general, lo que ha generado críticas incluso del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien instó al presidente a respetar la independencia de poderes y “abandonar el camino que transitan Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia”.
Una veintena de expresidentes de España y Latinoamérica, entre ellos Felipe Calderón y Vicente Fox de México, y Álvaro Uribe y Andrés Pastrana de Colombia, condenaron este jueves “la ruptura del estado de derecho y de la independencia judicial en El Salvador”.
Nayib Bukele ha capitalizado el descontento ciudadano contra los partidos tradicionales y sus decisiones son ampliamente celebradas en redes sociales, mientras que en las calles las manifestaciones en su contra son minoritarias.
Brasil
El principal problema de Brasil continúa siendo el avance del coronavirus, pero intensificado por el mal manejo del gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, un negacionista del virus y entusiasta de teorías conspirativas.
El miércoles, el presidente Bolsonaro insinuó que el virus del COVID-19 fue creado en un “laboratorio” para lanzar una “guerra química y bacteriológica”, aludiendo directamente a China.
“Es un virus nuevo, nadie sabe si nació en un laboratorio o nació porque un ser humano ingirió un animal inadecuado. Pero está ahí”, dijo Bolsonaro, lo que generó la respuesta inmediata de China a través del embajador Yang Wanming: “La parte china repudia con vehemencia sus palabras y exige que las retire de inmediato y pida disculpas al pueblo chino”.
El Instituto Butantan -que produce la vacuna CoronaVac- afirmó que las críticas del gobierno brasileño contra China afectan la llegada de insumos para la fabricación de la principal vacuna usada por Brasil contra el COVID-19, en un momento crítico donde al menos siete capitales de los 27 estados de Brasil, interrumpieron la aplicación de la segunda dosis de la vacuna CoronaVac por falta del inmunizante.
Con información de AFP.
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