Las cárceles de Ecuador están fuera de control. A pesar de los cientos de presos que murieron en masacres orquestadas en los últimos años, y de las repetidas promesas de mejorar la seguridad en las prisiones, estas siguen en manos de mafias poderosas que desde los centros penitenciarios controlan el narcotráfico, la extorsión, ordenan asesinatos, entre otros delitos. Una de las promesas de campaña del nuevo presidente Daniel Noboa fue precisamente reformar el sistema y tomar el control de las cárceles. Y desde principios de este mes hizo anuncios al respecto.
Para graficar el poder que tienen los delincuentes en las cárceles basta un ejemplo. Uno de los crímenes que más ha impactado a los ecuatorianos fue el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, ocurrido el 9 de agosto del 2023 en Quito. Las investigaciones han determinado que la orden para ejecutar el crimen posiblemente salió de la cárcel de Cotopaxi, que está controlada por la banda delincuencial Los Lobos, pues el grupo de colombianos que perpetró el asesinato tuvo contactos previos con reclusos de dicha prisión.
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Todos los sicarios detenidos por el crimen de Villavicencio fueron luego asesinados en la cárcel.
Ahora, el objetivo del Gobierno de Noboa, plasmado en el denominado Plan Fénix, es separar a los cabecillas de los integrantes de las bandas.
En este punto, cabe precisar que los presos en Ecuador no son clasificados por su grado de peligrosidad, sino por su pertenencia a bandas criminales. Eso explica el hecho de que en las cárceles cada grupo está en un pabellón específico rodeado de sus compinches, algo similar a lo que pasaba en El Salvador pero en una dimensión mayor, pues los miembros de la Mara Salvatrucha no podían estar en el mismo penal que sus enemigos de Barrio 18. Hoy la realidad en el país de Nayib Bukele es otra.
Otro ejemplo de lo que ocurre en Ecuador: el recientemente fugado Adolfo Macías, alias Fito, cabecilla de Los Choneros, ocupaba un pabellón de la prisión Regional de Guayaquil rodeado de integrantes de su misma organización delictiva. Desde ahí seguía controlando los negocios ilícitos de su banda en el exterior y, además, adentro extorsionaba a otros reos, según las autoridades.
Tras el asesinato de Villavicencio, Fito, quien supuestamente amenazaba de muerte al político, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad llamada La Roca, que está dentro del complejo de la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil y sirve para aislar a los reos más peligrosos. Pero no pasó ni un mes en ese lugar, pues un juez ordenó que lo regresaran a la cárcel Regional.
El plan de Noboa: cárceles al estilo Bukele y barcazas prisión
A inicios de enero Noboa confirmó que construirá cárceles similares a las de México y El Salvador. En este último país, el presidente Nayib Bukele construyó en tiempo récord el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), también conocido como la “megacárcel de Bukele”.
Durante la campaña electoral, Noboa también prometió la compra de barcazas prisiones para ubicar a los líderes de las bandas criminales a 80 millas (129 kilómetros) de la costa en el Pacífico.
Sobre las prisiones en tierra, Noboa dijo que “son cárceles que van a estar listas en 10 a 11 meses. Van a ser igualitas, porque es la misma compañía, bajo el mismo diseño, que hizo las cárceles de máxima seguridad en México y que las hizo en El Salvador”.
“Ya hemos finalizado las conversaciones con grupos internacionales que hicieron las cárceles en El Salvador y México y con eso pondremos la primera piedra en enero”, anunció Noboa.
“Es cooperación israelí en el diseño de las cárceles de máxima y supermáxima seguridad y la segmentación para delitos menores y contravenciones. Es un sistema que no lo inventó Bukele, sino que vino de México, y antes de ahí lo lograron en Tailandia, en Singapur. Después fueron México, El Salvador y ahora lo tendría Ecuador”, enfatizó el presidente.
Ecuador tiene 20 cárceles
donde están recluidas 31.300 personas, aunque su capacidad es para 27.500 presos; eso significa que hay un hacinamiento del 13%.
Noboa agregó a manera de broma: “para todos los Bukele lovers, es una cárcel igualita, igualita. Si quieren ir, pasear, conocerla, quedarse una noche, pueden ir, cometan un crimen”.
El presidente también dio la ubicación de las nuevas cárceles, dijo que se construirán en la provincia amazónica de Pastaza y la costera Santa Elena.
¿Por qué se escogió esos lugares? Noboa sostuvo que “son las zonas de menor influencia de los grupos narcoterroristas”.
Detalló que las prisiones se situarán a entre 20 y 30 minutos de distancia en vehículo de la población.
Dijo que su gobierno va a separar a los reclusos más peligrosos y con ello se frenarán las masacres carcelarias que desde febrero del 2021 han dejado 460 presos muertos.
“Son cárceles para tener una segmentación, un aislamiento adecuado de las personas”, siguió Noboa.
El Gobierno no ha revelado cuánto costarán estas dos cárceles.
Los indígenas de Pastaza,
agrupados en la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confenaie), se oponen a la construcción de la cárcel en su provincia.
El jueves, Noboa detalló que las nuevas cárceles contarán con inhibición de señal celular y satelital, sistemas electrónicos con tecnología de punta, control de acceso digital y análogo, triple seguridad perimetral y autogeneración eléctrica. Además, sistema de tratamiento de aguas, construcción blindada, guardias sin rostros, licencias y permisos ambientales.
Las cárceles tendrán capacidad para 736 presos en tres módulos: uno de alta seguridad, que tendrá 160 celdas, cada una para cuatro reos.
Un segundo módulo será de máxima seguridad, con 32 celdas y dos presos por cada una, y finalmente, el tercer módulo será de súper máxima seguridad para 32 reos “con un alto nivel de peligrosidad, uno por celda”.
Sobre las barcazas prisiones, el mandatario aseguró en diciembre que ha visto tres que podrían llegar a Ecuador dentro de siete u ocho meses. Dijo que estaban en Australia, Reino Unido y Estados Unidos.
Estas barcazas prisiones tienen capacidad para albergar hasta 400 personas y costarían unos 8 millones de dólares. “Una barcaza puede llegar en siete u ocho meses, dependiendo de qué tan lejos esté. Muchas de las barcazas no están operativas o no son autónomas, tienen que ser arrastradas por otro barco”, explicó Noboa.
La megacárcel de Bukele
A falta de más detalles específicos sobre cómo serán las nuevas cárceles de Ecuador, es preciso explicar cómo es la construida en El Salvador, que es el modelo que imitará el país sudamericano.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) fue inaugurado por el presidente Bukele el 31 de enero de 2023 y es considerada la cárcel más grande de América.
Está ubicada en un valle rural a unos 74 kilómetros al sureste de San Salvador. Fue construida en un tiempo récord de siete meses. Trabajaron 3.000 personas y la obra fue supervisada por una empresa mexicana.
Según el gobierno, tiene una capacidad para 40.000 presos y es exclusiva para los “perfilados como altos rangos” de la Mara Salvatrucha y las dos facciones del Barrio 18.
Como explica la agencia AFP, para construir la cárcel el Estado compró 166 hectáreas de terreno, 23 de las cuales fueron utilizados para la edificación de ocho pabellones que se encuentran dentro de un perímetro rodeado por un muro de concreto de 11 metros de altura y 2,1 kilómetros de extensión, protegido por alambradas electrificadas.
Para ingresar al Cecot tanto reclusos como personal de seguridad y administrativo tienen que llegar a zonas de registro antes de pasar por tres portones fortificados controlados por guardias de seguridad.
Cada pandillero que llega, además de pasar por un escáner corporal, debe registrarse en un área de ingreso donde le toman fotografías.
Para el abastecimiento de agua se perforaron dos pozos y se instaló una planta de 600 metros cúbicos y cuatro cisternas. En cuanto a la luz, se construyeron ocho subestaciones de energía eléctrica.
También se construyó una planta para el tratamiento de aguas residuales.
Los pabellones tienen un techo curvo para la ventilación natural.
Cada pabellón posee un área de construcción de 6.000 metros cuadrados. Cada una de sus 32 celdas provistas de barrotes de acero están preparadas para alojar a más de 100 pandilleros.
Cada celda tiene unos 100 metros cuadrados. En ellas los pandilleros disponen de dos caños con agua corriente para el aseo personal y dos inodoros.
Para dormir, cada celda dispone de camarotes de lámina de hierro sin colchón.
Además, en cada pabellón existen las celdas de castigo oscuras y sin ventanas.
La megacárcel no tiene patios para los reclusos, tampoco áreas de recreación ni espacios conyugales.
Por Ernesto Anzieta, especialista ecuatoriano en temas de seguridad
El problema del sistema penitenciario en Ecuador es estructural, entre otros factores por el hacinamiento y la falta de segregación de población carcelaria. Eso hizo que se mezclen y contaminen presos ordinarios con los vinculados al crimen organizado.
La penetración de criminalidad en el aparato carcelario permitió también el ingreso a las prisiones de sistemas de comunicaciones avanzados, armas, explosivos, municiones, entre otros objetos prohibidos. Ahora las cárceles son espacios muy armados.
La corrupción en general (infiltrados en la policía, en las propias cárceles, etc.) hace que la información sobre operativos se filtre con facilidad, frustrando cualquier acción del Estado para recuperar las cárceles.
En cuanto al modelo de cárceles de Bukele, antes de tomarse una decisión debe ser analizado a profundidad, empezando por la cantidad de la delincuencia organizada que hay en Ecuador y el número de presos, pues el país es mucho más grande y permeable que El Salvador.
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