Buenos Aires [AFP] El papa Francisco se comunicó personalmente este domingo con los padres de Fernando Báez Sosa, un joven argentino muerto por una paliza de jugadores de rugby, informó a la agencia AFP el padre del muchacho, mientras continúa el proceso judicial de este caso que conmocionó al país.
“Sí, llamó el papa Francisco, pero no puedo decir” el contenido de esa conversación, confirmó a la AFP Silvino Báez, padre del joven, en un escueto mensaje telefónico.
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Medios locales reportaron la llamada del papa argentino a la familia Báez, asegurando que se trata de fieles practicantes de la religión católica.
Citando a un allegado de la familia, el diario “Clarín” aseguró que el sumo pontífice habría dado durante la conversación “un mensaje dirigido a la sociedad, ante las situaciones de violencia que se viven en estos momentos en Argentina y el mundo”.
Báez, de 18 años, falleció la madrugada del sábado 18 de enero en el balneario de Villa Gesell tras recibir una golpiza por parte de varios jugadores de rugby a la salida de un club nocturno.
Según testigos, los jóvenes que vacacionaban en Villa Gesell acudieron esa noche a una discoteca en la que también estaba Báez.
Más tarde, ya fuera del local, los rugbiers fueron a buscar al grupo de amigos con el que estaba Báez y se ensañaron con el joven. Entre varios, le propinaron golpes y patadas hasta que quedó inconsciente y con un fatal traumatismo craneal, de acuerdo con los testimonios.
Una decena de jóvenes de entre 18 y 21 años fueron detenidos por este caso, todos amigos de la población de Zárate, a las afueras de Buenos Aires, y están siendo procesados.
Los violentos hechos fueron captados en videos que se hicieron virales en las redes sociales, provocando fuertes críticas bajo la etiqueta #rugbiersasesinos.
No es la primera vez que un grupo de jóvenes que practican rugby, un deporte asociado a las clases medias altas y altas en Argentina, quedan envueltos en episodios de violencia. Incluso se han difundido denuncias de violaciones en grupo.
El papa Francisco recibió el viernes en el Vaticano al presidente argentino Alberto Fernández, en una cordial audiencia privada particularmente larga, en la que hablaron de la pobreza y la deuda del país sudamericano.
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