Uno nunca se imaginaría que la primera derrota naval del Reino Unido en la Primera Guerra Mundial pudo haber ocurrido a 12.000 kilómetros en el Pacífico Sur, frente a las costas de Chile.
Hace 100 años, el 1 de noviembre de 1914, la Real Armada Británica enfrentó un escuadrón alemán frente al puerto de Coronel, cerca de la segunda ciudad chilena de Concepción.
Los alemanes se alzaron con una victoria contundente, sumergiendo dos de las tres embarcaciones británicas con una pérdida de más de 1.600 vidas. Ni un solo marinero alemán murió.
Impacto en la moral
No solo se trató de la primera derrota naval de la Gran Guerra, fue la primera derrota sostenida en cualquier sitio en más de un siglo, que no sucedía desde la guerra de 1812 contra Estados Unidos.
Gran Bretaña había dominado los mares durante generaciones y la derrota en Coronel envió una onda sísmica por todo el imperio y el más allá.
“En pocos días se difundió por el mundo”, comenta Nick Hewitt, un historiador del Museo Nacional de la Real Armada en Gran Bretaña. “Lo reportó el diario The Times, de Londres, y lo reportó The New York Times. En Australia fue titular de portada”, dijo a la BBC.
“Esto era una superpotencia siendo humillada. Este tipo de cosas simplemente no le sucedían a la Real Armada”, añadió. “Tuvo un verdadero impacto catastrófico sobre la moral británica”.
Reino Unido reaccionó rápida y contundentemente. Despacharon naves desde el Mar del Norte hacia el Atlántico Sur y enfrentaron a los alemanes frente a las Islas Falkland o Malvinas, cinco semanas después.
Esta vez la victoria fue británica; hundieron cuatro buques alemanes con los que murieron más de 1.800 marineros, sin perder una sola nave.
Ruta comercial
Durante la semana, los familiares de algunos de los marineros que murieron en Coronel viajaron a Chile para rendirles homenaje.
El hecho que británicos y alemanes estuvieran en la región en esa época toma por sorpresa a muchas personas. La realidad es que en ese entonces se trataba de una importante ruta comercial.
El Canal de Panamá apenas se había inaugurado y, hasta entonces, los barcos que cruzaban del Atlántico al Pacífico tenían que dar toda la vuelta por el extremo inferior de Sudamérica y subir por la costa de Chile.
“Era cuestión de comercio mercante”, explicó Hewitt. “Alemania quería interrumpir el comercio británico para mermar su campaña militar”.
Naves anticuadas
El escuadrón alemán que batalló en Coronel estaba bajo el comando de Maximilian von Spee, un almirante de mucha experiencia. “Eran embarcaciones experimentadas, sus tripulaciones habían estado juntas durante años y sabían exactamente lo que hacían”, expresó Hewitt.
En contraste, el escuadrón británico, dirigido por el contraalmirante Sir Christopher Cradock, era obsoleto. “Las naves eran viejas. Los dos cruceros acorazados estaban mal diseñados. Tenían todas las de perder”, afirmó.
“Cradock estaba en dificultades. Se iba a enfrentar a una seria oposición, sabía que su fuerza era inadecuada y, para colmo, Londres no le estaba dando buenas instrucciones”.
La batalla se inició entrada la tarde y continuó durante la noche. Era claramente visible desde la costa de Chile, que mantuvo su neutralidad durante toda la Primera Guerra Mundial.
La nave HMS Good Hope fue la primera en hundirse, llevándose a Cradock consigo.
Apenas una hora después, los alemanes hundieron HMS Monmouth con la muerte de todos a bordo.
Flores fúnebres
Tras la victoria, los alemanes navegaron hacia el norte y atracaron en Valparaíso, donde fueron recibidos como héroes por la numerosa colonia alemana en ese puerto chileno.
Pero von Spee, según parece, no estaba de humor para celebrar. Había gastado gran parte de sus municiones en Coronel y estaba lejos de casa, con pocas opciones para reabastecerse de combustible.
Y estaba anticipando una reacción de Reino Unido. Cuando se le entregó un ramo de flores en Chile, supuestamente dijo: “Estas vendrán bien sobre mi tumba”.
Un poco más de un mes después moriría, uno de cientos de víctimas alemanas en la Batalla de las Islas Falkland o Malvinas.