El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, será uno de los grandes ausentes en la Conferencia para la Paz en Ucrania que se celebrará este fin de semana en Suiza, y lo justifica con una simple razón: “Sin Rusia, no hay con quién negociar”.
Esa declaración, que reiteró esta misma semana en un foro sobre inversiones celebrado en Río de Janeiro, resume la posición que el líder progresista brasileño mantiene desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, en febrero de 2022.
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En ese momento, Lula era candidato a la Presidencia, que obtuvo en las elecciones de octubre de ese mismo año, y desde que asumió el poder, el 1 de enero de 2003, ha propuesto sin éxito a todas las democracias occidentales promover un diálogo entre Ucrania y Rusia.
Tanto Estados Unidos como todas las potencias europeas se han negado en forma tajante, con el argumento de que la propuesta de Lula supondría poner en un plano de igualdad al invasor y al país agredido.
Aún así, también esta misma semana, al participar en un evento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrado en la sede de ese organismo en Ginebra, el presidente brasileño insistió en que no es posible alcanzar la paz si los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Ucrania, Volodymyr Zelensky, no aceptan dialogar.
“Tiene que haber un acuerdo, pero si Zelensky dice que no quiere conversar con Putin, y Putin dice que no conversa con Zelensky, será porque les está gustando la guerra, porque de otro modo se habrían sentado a conversar para buscar una solución pacífica”, declaró.
Durante su breve estancia en Ginebra, antes de dirigirse a la cumbre del G7, Lula tuvo una reunión con la presidenta suiza, Viola Amherd, quien, según el Gobierno brasileño, intentó convencerlo de asistir a la conferencia de paz, pero se encontró con una rotunda negativa.
Lula “saludó a Suiza por la organización de esa conferencia, pero reiteró la posición de Brasil, en el sentido de que una solución a la crisis demanda la participación de representantes de los dos lados del conflicto”, explicó la Presidencia brasileña en una nota oficial.
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El mismo mensaje en el G7 y frente al propio Zelensky
Lula, cuyo país preside este año el G20, ha llevado ese mensaje a todos los foros internacionales, en los que ha condenado una y otra vez que el mundo gaste “trillones de dólares” en armamentos para “alimentar los conflictos” en vez de promover la paz, el desarrollo y el combate a las desigualdades.
Lo reiteró este mismo viernes en la Cumbre del G7, que se celebra en la región italiana de Apulia, frente a los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, y el propio Zelensky, presente en la cita de las potencias occidentales en calidad de invitado.
“Brasil condenó de manera firme la invasión de Ucrania por parte de Rusia y ya está claro que ninguna de las partes alcanzará sus objetivos por la vía militar”, declaró.
A renglón seguido, apuntó que “solo una conferencia internacional reconocida por las partes, como han propuesto Brasil y China, podrá hacer viable la paz”, con lo que, en las entrelíneas, volvió a justificar su ausencia en la reunión que se celebrará en Suiza este fin de semana.
La posición de Lula ha generado resquemores entre las potencias occidentales, pero no llegado a enturbiar la relación con el líder progresista, que mantiene un diálogo fluido con el Estados Unidos de Joe Biden y con la mayoría de los mandatarios europeos.
Ese mismo diálogo lo tiene con Putin, con quien incluso esta semana conversó por teléfono y le confirmó su asistencia a la cumbre del foro Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que será celebrada en octubre en la ciudad rusa de Kazán.
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