Mauricio Macri, surgido de la alta sociedad, adalid del libre mercado e hijo del dueño de un imperio de negocios, es el primer líder de la derecha liberal que llega al poder por el voto popular en la historia de Argentina.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Nunca antes un representante de lo que llaman “establishment', rico de cuna y graduado en una universidad privada en un país que valora sus universidades públicas, estuvo tan a tiro de ser presidente en comicios libres.
Mauricio Macri será el primer jefe de Estado desde que se instituyó el voto (en 1916) que no pertenece ni al partido peronista ni al radical socialdemócrata, las dos grandes fuerzas populares en 100 años de vida política en Argentina. Otros derechistas fueron mandatarios pero a través de fraudes escandalosos o golpes de Estado.
“El mercado va a fijar el tipo de cambio, no vamos a intervenir”, se pronunció este año ante los 400 empresarios más poderosos de la tercera economía latinoamericana. La frase sintetiza el pensamiento de Mauricio Macri, al finalizar un ciclo de 12 años de gobiernos peronistas de centroizquierda que regularon el tipo de cambio.
De profesión ingeniero, nació hace 56 años en la ciudad de Tandil, un polo de rica producción agropecuaria en la pampa húmeda. El padre de Mauricio Macri, Franco, nació en Italia, se nacionalizó argentino y es un influyente magnate. Pero su trampolín a la política no fueron los negocios, sino el fútbol: Mauricio ganó las elecciones internas del popular club Boca Juniors en 1995 y comandó la etapa más ganadora de la historia de la institución, con 17 títulos, 11 de ellos internacionales.
En el 2003, tras la peor crisis de la historia, Mauricio Macri fundó un partido conservador. Nadie lo tomaba muy en serio. Perdió una elección a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (capital) y no se rindió. Luego logró ser elegido diputado. En la cámara baja, volvió a ser subestimado. Se quedaba dormido en la banca. “Si no te dormís por aburrimiento, no sos normal”, se defendió. Su ascenso proseguía implacable.
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Secuestrado
En 1991 Mauricio Macri fue víctima de un secuestro extorsivo. A las dos semanas lo liberó la policía. La familia pagó seis millones de dólares. Lo había raptado la “Banda de los comisarios”, oficiales dedicados al delito.
En aquel tiempo Mauricio Macri estaba deslumbrado con Carlos Menem, un caudillo peronista que llegó al poder en 1989 con el discurso nacionalista tradicional del partido en favor de los trabajadores y el pueblo, para dar luego un viraje hacia las 'relaciones carnales' con Estados Unidos y las privatizaciones.
Casado tres veces, Mauricio Macri tiene tres hijos del primer matrimonio y una niña de tres años de su última pareja, la empresaria textil Juliana Awada, de 41 años. “Es mi hechicera”, dijo. Se considera a sí mismo bajo un embrujo de amor.
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Justicia y poder
Mauricio Macri arrastra causas con la justicia. Salvó la primera en los años 90 por supuesto contrabando, absuelto por la justicia que manejaba Menem. Las otras causas son recientes. Elegido y reelegido alcalde de la capital, su baluarte político y bastión del antiperonismo, se lo acusó de espionaje a opositores e incluso contra a un cuñado suyo, parapsicólogo, detestado por la familia. Dicha causa está viva. La que feneció es otra que le atribuía organizar a 'barrabravas' de Boca para perseguir en las calles a mendigos o vagabundos.
La oposición a la presidenta Cristina Kirchner encontró en él un jefe. Logró el respaldo del radicalismo y formó el frente Cambiemos. Quedó a sólo tres puntos de Scioli en la primera vuelta electoral y ahora está en la cresta de la ola. Su asesor, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, le aconseja no dar detalles. Mauricio Macri impuso su estilo de actos con globos amarillos y papelitos. A veces trata de imitar a su idolatrado Freddy Mercury. O baila cumbia argentina.
Sus frases hacen historia. “El kircherismo es gente mala”, “los salarios son un costo” o “el poder es armar equipos”. Mauricio Macri se comporta como un dirigente del Partido Republicano de Estados Unidos. El sociólogo Federico González dijo a la AFP que “en el pasado era de derecha y se jactaba de serlo. Pero ahora es como el mito del Buda. Salió del palacio y descubrió la miseria y la enfermedad”. Ahora está a punto de descubrir el poder.
Fuente: AFP