El presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró este domingo que el plebiscito sobre la nueva propuesta de Constitución “fortalece” la democracia y dijo que, “independientemente de la opción que gane”, su Gobierno se centrará en las “prioridades de la gente”.
“Más allá de cualquier resultado, fortalece nuestra democracia. Chile ha demostrado una fortaleza que no tenemos que dar por sentado, ha demostrado que los problemas que tenemos en la sociedad los canalizamos institucionalmente y lo resolvemos de manera pacífica y confiando en el pueblo”, indicó el gobernante tras votar en su natal Punta Arenas, en el extremo sur.
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“No en todos los lugares es así”, añadió el mandatario, quien seguirá los resultados del plebiscito desde Santiago.
Más de 15,4 millones de chilenos deciden si aprueban o rechazan una nueva propuesta de Constitución que sustituya a la actual, vigente desde 1981, en plena dictadura de Augusto Pincochet (1973-1990), pero reformada decenas de veces en democracia, especialmente en 2005, durante la Presidencia de Ricardo Lagos (2000-2006).
De 17 capítulos y 216 artículos, el texto no logró consenso político en el Consejo Constitucional, el órgano de 50 consejeros elegidos en las urnas que redactó la propuesta durante seis meses y donde la ultraderecha y la derecha tradicional hicieron valer su mayoría, con 22 y 11 escaños, respectivamente.
Se trata del segundo proceso constitucional que vive Chile, tras el que concluyó en septiembre de 2022 con un contundente rechazo del electorado a un proyecto escrito por una convención de mayoría izquierdista que proponía una transformación radical de la institucionalidad chilena.
Boric, que no se ha involucrado en esta elección al contrario que en el plebiscito del año pasado, indicó que “independiente del resultado, el Gobierno va a seguir trabajando en las prioridades de la gente”, como la seguridad, la salud, la vivienda o la educación.
“Este 2024 va a ser un año de buenas noticias en el que Chile va a volver a crecer y vamos despegar como país”, agregó.
Las derechas defienden que la nueva propuesta constitucional es mejor que la actual carta magna porque “recoge” las preocupaciones ciudadanas actuales, como la seguridad o la migración, y aseguran que su aprobación pondrá fin a los cuatro años de incertidumbre institucional que provocó el estallido social de 2019.
La izquierda, en cambio, califica la propuesta de “dogmática” porque perpetúa el modelo neoliberal que instaló el régimen y supone “retrocesos” en derechos sociales.
De rechazarse, seguirá vigente la actual Constitución y se cerrará al menos durante este mandato el debate constitucional porque Boric ya ha dicho que no impulsará un tercer intento.
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