El polémico “Quédate en México” llega a su fin: ¿Qué pasará ahora con los migrantes que esperan cruzar a EE.UU.?

El último martes el Gobierno Mexicano anunció el fin del polémico programa “Quédate en México”, una iniciativa surgida en el 2019 durante el mandato de Donald Trump que ordenaba a los migrantes a esperar en territorio mexicano la resolución de sus trámites para poder ingresar a Estados Unidos.

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Las principales críticas en contra de este programa giraban en torno a que se había producido de forma unilateral (desde Washington) y no contemplaba importantes aspectos logísticos como la condición de los albergues que alojarían a los migrantes y solicitantes de asilo.

Según el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés), “Quédate en México” impactó en más de 75 mil migrantes, “violando el derecho de las personas da buscar asilo”.

El 8 de agosto, el Gobierno Estadounidense puso fin al polémico Programa de Protección del migrante (MPP, como se le conoce en EE.UU.) tras una batalla legal entre la Administración Biden y un juez federal que se extendió por 16 meses y tuvo que ser resuelta mediante un veredicto de la Corte suprema.

Ahora, con el anuncio emitido la semana pasada por la Cancillería de México (SRE), el programa oficialmente ha llegado a su fin desde ambos lados de la frontera.

Sin embargo, con esta decisión muchos migrantes y solicitantes de asilo han quedado en un limbo ante la incertidumbre de cuál será su destino.

¿QUÉ PASARÁ CON LOS MIGRANTES?

Desde México el anuncio es que a los migrantes que aún venían siguiendo el proceso cuando se anunció el fin del programa se les garantizará “su adecuada estancia y protección” hasta que termine el mismo.

Una situación que es ciertamente complicada si revisamos el informe emitido a mediados de julio por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que por entonces notificó a la SRE sobre “la falta de espacio en los albergues en Tijuana, Baja California, para procesar más casos bajo el citado programa”.

Por otro lado, cabe recordar que la responsabilidad de acoger y atender a los migrantes en las ciudades fronterizas recayó principalmente en organizaciones humanitarias y religiosas desde el inicio del programa.

Desde el lado estadounidense, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, aseguró que los migrantes aún inscritos en “Quédate en México” serán desafiliadas cuando regresen a Estados Unidos para atender a su cita programado por el tribunal de migraciones.

“Las personas desafiliadas del MPP continuarán con sus procedimientos de deportación en Estados Unidos”, precisó.

“Al cancelarse el programa, los migrantes que esperan sí podrán pasar a EE. UU., pero a goteo. Algunos seguirán esperando, incluso en centros de detención, pero al menos se les dará refugio en EE. UU., como dicta la ley internacional”, explicó al medio alemán DW Eunice Rendón, coordinadora de la ONG mexicana Agenda Migrante y consultora internacional en Seguridad y Migración.

UN PROGRAMA FALLIDO

La salida mexicana del polémico programa se produce tres años y nueves meses después de haberse iniciado.

Durante los primeros 24 meses de funcionamiento, 40 mil solicitantes fueron rechazados por error o equivocaciones del sistema, según organizaciones defensoras citadas por Univision.

Según el Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC) de la Universidad de Syracuse, 71.076 solicitantes de asilo a Estados Unidos fueron devueltos a México durante los dos primeros años del programa.

Según Univision, los principales errores de los que sufrieron los solicitantes fueron:

• No recibir a tiempo la Notificación de Comparecencia (NTA) para asistir al tribunal de migración.
• Recibir la NTA minutos antes del juicio, hallándose a varios kilómetros de distancia.
• No poder enviarles los NTA por no tener una dirección en México.
• Migrantes sin representación legal.
• La NTA fue enviada en inglés y no entendieron las instrucciones.
• Los migrantes desconocían que tenían 30 días para poder apelar a la decisión de los tribunales.