El último lugar de Gaza que se ha salvado de la sangrienta ofensiva de Israel ahora está en la mira de Benjamin Netanyahu. El viernes, el primer ministro israelí ordenó a su ejército que se prepare para evacuar a los civiles de la ciudad de Rafah, cerca de la frontera con Egipto, para la próxima etapa de sus operación contra la milicia palestina de Hamás, desatando críticas tanto de su aliado Estados Unidos como de las organizaciones que velan por los derechos humanos.
Cerca de 1,5 millones de palestinos están actualmente en Rafah, más de la mitad de la población de Gaza, que era de 2,4 millones antes del inicio de la guerra el pasado 7 de octubre.
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Cientos de miles de refugiados han llegado a Rafah escapando de las operaciones de combate israelíes en el resto de Gaza. El Gobierno de Netanyahu había determinado que este era un lugar seguro para los palestinos al ordenarles dejar las ciudades donde su ejército iba a operar para acabar con Hamás.
Al inicio de la guerra, las fuerzas de Israel concentraron sus operaciones en la ciudad de Gaza, ubicada en el norte de la franja. Luego se desplazaron hacia Jan Yunis, más al sur. Ahora van por Rafah.
“Es imposible lograr el objetivo de la guerra sin eliminar a Hamás y dejando cuatro batallones de Hamás en Rafah”, dijo la oficina de Netanyahu en un comunicado, donde no se indicó cuándo empezará la ofensiva terrestre y los bombardeos masivos en esa ciudad.
Netanyahu pidió a los funcionarios militares y de seguridad que presentaran al gabinete “un plan combinado para evacuar a la población y destruir los batallones” de Hamás.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, advirtió que una operación militar “sin planificación y sin reflexión” en Rafah podría provocar un “desastre” humanitario. “Esto no es algo que apoyaríamos”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel.
En Tel Aviv, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que cualquier “operación militar que emprenda Israel debe poner a los civiles en primer lugar... y eso es especialmente cierto en el caso de Rafah”.
Además, en una inusual crítica hacia Israel, el presidente estadounidense, Joe Biden, calificó de “excesiva” la “respuesta en la Franja de Gaza” al ataque del 7 de octubre sobre su territorio, cuando Hamás lanzó una operación que dejó casi 1.200 israelíes muertos.
28.176 personas han muerto en Gaza,
principalmente mujeres, adolescentes y niños, por los ataques de Israel iniciados el pasado 7 de octubre.
Por su parte, grupos de ayuda humanitaria han dicho que no es posible evacuar a todas las personas que están refugiadas en Rafah.
“Forzar a más de un millón de palestinos desplazados en Rafah a evacuar de nuevo [la ciudad] sin un lugar seguro adonde ir sería ilegal y tendría consecuencias catastróficas”, afirmó Nadia Hardman, especialista en derechos de personas migrantes y de refugiados para la ONG Human Rights Watch.
Mientras que Hamás, que gobierna Gaza desde el 2007, advirtió el sábado en un comunicado que una ofensiva israelí en Rafah provocará “una catástrofe y una masacre que podría conllevar decenas de miles de mártires y heridos”.
Este domingo, un alto representante de Hamás habló con la agencia AFP y aseguró que cualquier operación en Rafah “amenazaría” las negociaciones para la liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos.
Hamás se llevó a Gaza a 250 rehenes
el pasado 7 de octubre, cuando atacó Israel. Más de 100 de ellos cuales permanecen en cautiverio.
Según el responsable de Hamás, Netanyahu “intenta liberarse” de las negociaciones “cometiendo un genocidio y un nuevo desastre humanitario en Rafah”.
¿Cómo es Rafah?
Rafah está ubicada a 30 kilómetros al sur de la ciudad de Gaza y es la mayor urbe en la frontera con Egipto y el único cruce hacia el país africano.
Hasta antes del inicio de la guerra, Rafah tenía una población de casi 300.000 habitantes, pero con la llegada de masiva de refugiados se ha casi quintuplicado, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), citada por BBC Mundo.
Como describe la agencia AP, Rafah está atrapada entre Egipto al sur, el mar Mediterráneo al oeste, Israel al este y las tropas israelíes al norte.
Al principio de la guerra, Israel declaró una zona rural en la costa vecina a Rafah, conocida como Muwasi, como un lugar seguro. Pero en las últimas semanas bombardeó la zona y envió tropas para apoderarse de partes de ella.
Muchos palestinos que están en Rafah, precisa AP, llegaron de la ciudad de Gaza y de otras partes del norte. Estos quieren regresar a sus lugares de origen, pero hasta ahora Israel no ha mostrado voluntad de permitir un movimiento masivo hacia el norte, donde dice que sus tropas tienen en gran medida el control operativo pero aún luchan contra grupos de combatientes de Hamás.
Santosh Kumar, un médico que abandonó la Franja de Gaza la semana pasada, aseguró que Rafah está tan abarrotada que por sus calles no pueden circular siquiera las ambulancias.
“Es una inmensa prisión”, dijo Kumar en declaraciones al servicio árabe de la BBC.
Los palestinos que se aglomeran en Rafah tienen que esperar horas por algo de comer y un poco de agua, muchas veces contaminada, manifestó.
Kumar sostuvo a la BBC que las aguas residuales fluyen hoy sin control por la superficie, convirtiéndose en un foco de enfermedades para una población malnutrida y sin casi medicinas.
"No tenemos otro lugar adonde ir"
“Estamos agotados. En serio, estamos agotados. Israel puede hacer lo que quiera. Estoy sentado en mi tienda. Moriré en mi tienda”, dijo a la AP Jihan al-Hawajri, quien huyó varias veces desde el extremo norte a lo largo de la Franja de Gaza y ahora vive con 30 familiares en una tienda de campaña en Rafah.
“Si vienen a Rafah, será el fin para nosotros, como si estuviéramos esperando la muerte. No tenemos otro lugar adonde ir”, manifestó a la BBC Garda al-Kourd, madre de dos hijos que dijo que había sido desplazada seis veces durante la guerra.
“No iremos a Egipto”, dijo. “Regresaremos a la ciudad de Gaza y moriremos allí, o en cualquier lugar del suelo de Gaza”.
En la propia ciudad de Rafah, las plazas y calles principales están llenas de tiendas de campaña. Otras familias llenan las aulas de las escuelas de la ONU o se agolpan con familiares en departamentos. Todos tienen hambre y están enfermos. Los resfriados, la tos y los trastornos intestinales proliferan. Incluso los medicamentos sencillos son difíciles de encontrar y requieren una espera de horas en la farmacia, señala un reporte de AP.
Egipto ha remarcado más de una vez que no abrirá su frontera para permitir un éxodo masivo de palestinos a su suelo, por temor a que Israel no les permita regresar.
"Será una tragedia interminable"
Los funcionarios de la ONU han advertido que un ataque a Rafah será catastrófico, pues en esta ciudad hay unos 600.000 niños refugiados. Además, la acción podría provocar el colapso del sistema de ayuda humanitaria, que mantiene viva toda la población de Gaza.
La poca ayuda que entra en Gaza, desde alimentos enlatados y harina hasta pañales, proviene casi en su totalidad del ingreso de camiones que Israel permite que ingresen a través de Rafah.
“Cualquier operación militar a gran escala entre esta población sólo puede conducir a capas adicionales de tragedia interminable”, dijo a la AP Philippe Lazzarini, director de UNRWA.
El jefe del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, dijo a la BBC que una invasión en Rafah, al que llamó “el mayor campo de desplazados del mundo”, sería una catástrofe.
“Hay gente sobre sus endebles láminas de plástico. Están luchando por comida. No hay agua potable. Hay enfermedades epidémicas y ahora ellos [las fuerzas israelíes] quieren traer una guerra a este lugar”, expresó.
La ONU ha dicho que el 90% de la población de Gaza come menos de una comida al día, y una cuarta parte de la población se enfrenta a una hambruna absoluta, principalmente en el norte, donde las restricciones israelíes han bloqueado muchos convoyes de ayuda humanitaria.
En los últimos días se ha intensificado el bombardeo israelí en Rafah. El viernes, los ataques arrasaron dos edificios y mataron al menos a ocho personas, entre ellas tres niños y una mujer.
“No iremos a Egipto. Regresaremos a la ciudad de Gaza y moriremos allí, o en cualquier lugar del suelo de Gaza”, dijo a la AP Nahed Abu Asi, un refugiado que, como muchos, cree que Israel quiere empujar a la población palestina a Egipto de forma permanente.
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