Irán: ¿Se avecina una ola de ejecuciones durante Navidad?

La plataforma de ejecución ya está lista en la plaza Shahid Alikhani, en la ciudad iraní de Isfahan. Por ahí pasarán pronto al menos 43 personas condenadas a muerte por el régimen, por haberse atrevido a alzar su voz de protesta. Entre ellos, estaría el exfutbolista Amir Nasr-Azadani.

Según una investigación de CNN, en colaboración con el grupo activista 1500Tasvir, la ola de ejecuciones es inminente. Hasta el momento dos jóvenes ya fueron sometidos a la pena capital, por ahorcamiento, mientras que los cientos de detenidos esperan su turno para cuando el verdugo les ponga la soga en el cuello.

Todo por el pecado de haber salido a las calles a manifestarse por Mahsa Amini, una joven que murió en setiembre pasado a manos de la policía de la moral, quien la arrestó y golpeó por no tener puesto el velo de la manera apropiada.

Esto desencadenó un movimiento sin precedentes que movilizó a miles de personas, sobre todo jóvenes, a protestar contra la represión de los ayatolas, sabiendo que se jugaban la vida con ello. Mujeres que se quitaban el velo en la calle, universitarios que convertían las aulas en lugares de discusión en busca del ansiado cambio y jóvenes desempleados que no dudaron en gritar en avenidas y plazas que el rumbo del país no es el mejor.

Las manifestaciones ya han dejado unos 500 muertos, han producido más de 18.000 detenciones, 400 condenas a cárcel solo en Teherán, 11 sentencias a la horca reconocidas oficialmente y dos ejecuciones, la última de ellas pública.

Los líderes de Irán han tildado las protestas de “motines instigados por enemigos extranjeros del país”. Sin embargo, una abrumadora mayoría de los manifestantes han estado desarmados.

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Confesiones bajo tortura

Según señala CNN, testimonios de testigos y documentos oficiales proporcionan evidencia que sugiere que el proceso judicial ha sido apresurado; y que los cargos que podrían conllevar la pena de muerte a menudo fueron dictados en una sola sesión.

Investigaciones anteriores de CNN han encontrado que los prisioneros han sido sometidos a tortura y agresión sexual con el fin de sacarles alguna confesión.

Como ejemplo, cita el caso de Majid Kazemi, un hombre acusado de participar en el asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad. “Él no confesó haber hecho ninguna de las cosas de las que fue acusado, por lo que lo golpearon severamente”, le dijo a CNN una fuente cercana a Kazemi.

Muchas de las sesiones para dictar las penas de muerte están programadas para los próximos días, que coinciden con la Navidad. “Esto coincidirá con un momento en el que la comunidad internacional está observando estos días sagrados, y el régimen de la República Islámica aprovechará para ser apartado de los ojos vigilantes del mundo”, expresan los activistas de 1500Tasvir.

Irán, al ser un país musulmán regido por leyes islámicas, no celebra la Navidad de manera oficial. No obstante, sí lo hacen las minorías asirias y armenias, que son cristianas.

El futbolista prisionero

El caso de Amir Nasr-Azadani ha sido uno de los más mediáticos, pues su foto con la camiseta de un equipo iraní ha dado la vuelta al mundo. Él también podría enfrentar dentro de poco la pena de muerte.

Aunque la embajada iraní en Colombia descartó hace poco esa información, sí confirmó las acusaciones contra el deportista.

Amir Nasr-Azadani, de 26 años, está acusado de participar en el asesinato de tres oficiales de seguridad, entre ellos dos miembros de la milicia Basij [un grupo paramilitar que depende de la Guardia Revolucionaria], durante las protestas en Isfahan el pasado 16 de noviembre, informó la semana pasada el medio estatal iraní IRNA.

Según los medios estatales, el presidente del Tribunal Supremo de la ciudad, Asadullah Jafari, dijo que Nasr-Azadani había sido acusado de protagonizar disturbios contra las autoridades y, según el código penal de Irán, la sentencia puede conllevar la pena de muerte.