Todo aquel que tenga que ver con la oposición siria necesita nervios de acero o tener a mano un buen calmante. “Desde que yo trabajo para la Coalición Nacional Siria tomo a diario pastillas para el dolor de cabeza”, se lamenta una consejera de la alianza opositora.
Y no les va mucho mejor a los diplomáticos occidentales que intentan desde hace tiempo que una delegación representativa de opositores acuda a la mesa de negociación para hallar una solución la guerra civil que afecta a Siria desde el 2011.
Tras semanas de idas y venidas, los opositores finalmente anunciaron este fin de semana que participarían en la conferencia de paz que arranca el miércoles en la localidad suiza de Montreux. Unas treinta horas después, dieron marcha atrás porque las Naciones Unidas invitaron a Irán, aliado de Bashar Al Asad, a participar en el encuentro.
Congregada en Estambul, la oposición pidió que Irán aceptara públicamente la formación de un gobierno de transición, tal como lo prevé el acuerdo entre Estados Unidos y Rusia en el conflicto sirio.
Pero la cúpula iraní se encuentra en estos momento ocupada con la puesta en marcha del acuerdo nuclear. Además, a los persas tal vez no les disgustaría que las negociaciones de paz sirias fracasaran ahora, pues su protegido Al Asad considera absurda la idea de que las partes en conflicto se pongan de acuerdo en Suiza sobre un nuevo gobierno con la participación de la oposición.
La oposición, frustrada, recurrió a los estadounidenses para que presionaran a que se revocara la decisión de invitar a Irán al encuentro de Suiza, donde quieren acordar un gobierno de transición que los incluya.
El resultado fue que las Naciones Unidas dio hoy marcha atrás y decidió retirar la invitación al gobierno persa. Acto seguido, la alianza opositora siria accedió a presentarse al encuentro europeo.
Disputas en la oposición
Pero las disputas relacionadas con la participación opositora no terminan allí. Simultáneamente, al fuego de la discordia se suman los partidos de la oposición que no estarán en la mesa negociadora, ya sea porque no fueron invitados o porque su participación ha sido condicionada por demandas que no han cumplido. En consecuencia, el Comité de Coordinación para el Cambio Democrático, uno de los pocos grupos opositores en Damasco y que el régimen tolera, pidió hoy de nuevo que se aplacen las negociaciones dos semanas.
Al parecer la oposición nucleada en Estambul viajará a Suiza con 15 delegados, entre ellos dos mujeres, dos opositores kurdos, dos representantes de los insurgentes y un miembro del ala moderada de los Hermanos Musulamanes.
Y mientras toda la oposición sigue enfrentándose, el presidente no tiene más que sentarse a esperar cómodamente. Tacha a sus adversarios de terroristas islamistas, se burla de los esfuerzos de paz y reflexiona en voz alta sobre su candidatura para las próximas elecciones presidenciales. Nada ha cambiado en su estrategia inicial del 2011 de acabar con la revolución con mano dura y armas rusas.
Con este punto de partida, las perspectivas de éxito de la conferencia de paz en Ginebra son más bien escasas. Es por ello que en el encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea en Bruselas se repetían los adjetivos como: “Nada optimista”, “pesimista”, “difícil”.