El sínodo vaticano concluyó el sábado con un revés para el papa Francisco, que no pudo ver aprobada su posición de apertura a los homosexuales y de aceptación del divorcio.
Probablemente, este resultado satisfará al líder de los obispos díscolos, Raymond Burke, pero su rebeldía podría costarle el puesto.
Este acérrimo enemigo de la renovación que propone el Papa se encargó él mismo de confirmar al sitio de noticias BuzzNews su degradación, aunque precisó que aún no ha recibido una notificación formal.
Burke dijo en la entrevista, publicada un día antes de la conclusión del sínodo, que el Papa “no es libre para cambiar las enseñanzas de la iglesia con respecto a la inmoralidad de los actos homosexuales o la insolubilidad del matrimonio o cualquier otra doctrina de la fe”.
Burke, actualmente responsable del Tribunal Superior de la Signatura Apostólica dijo que será degradado al muy inferior puesto de patrono de la Orden de Malta.
Durante las dos semanas de sínodo, Burke lideró al grupo de obispos ultraconservadores opuestos a que la Iglesia actualice sus enseñanzas y dé la bienvenida a las familias no tradicionales.
El documento preliminar, que se conoció el lunes, afirmaba que los homosexuales tienen “talentos y cualidades que ofrecer”.
El documento no rectificaba la tradicional oposición de la Iglesia al matrimonio del mismo sexo, pero algunos grupos de gays lo consideran un avance.
Finalmente, la sección referente a los gays se titula “Atención pastoral hacia las personas con orientaciones homosexuales”, en lugar de “Dándole la bienvenida a los homosexuales”.
Se requerían dos tercios de los votos para la aprobación del documento final del sínodo.
Polémico
Burke ha generado polémica en el pasado por sus posturas conservadoras y por tratar de influir en la política estadounidense.
Durante la elección presidencial de 2004, dijo que no le daría la eucaristía al candidato demócrata John Kerry o a otros políticos católicos que apoyaran públicamente el aborto.
En mayo de 2009, Burke dijo que los católicos que hubiesen votado por la agenda anti-vida y anti-familia de Barack Obama no podrían tener una conciencia limpia.
Y antes de su entrevista con Buzzfeed, Burke calificó las relaciones homosexuales como “profundamente desordenadas y dañinas”.
En su oposición a los propósitos reformistas del sínodo, Burke encontró el apoyo de grupos conservadores católicos como Voz de la Familia que se refirió al borrador inicial como “uno de los peores documentos oficiales redactados en la historia de la Iglesia”.
Ahora queda por ver si el sínodo ha servido para reducir las divisiones en la Iglesia católica o para agrandarlas.