Por: Rudy Jordán
Retirado del trajín de las giras y los escenarios, en el 2017 Rubén Blades articulará su proyecto político para intentar convertirse en presidente de su país en el 2019. Su condición de abogado e intelectual han contrarrestado los estereotipos sobre la presencia de un artista en este terreno; prueba de ello es que en 1994 quedó tercero en las elecciones presidenciales con el 20% de los votos y que ha ejercido el cargo de ministro de turismo entre el 2004 y el 2009. El músico se lanzará como candidato independiente y su principal reto será conseguir una asamblea con un argumento democrático para poder postular. 1. Un acto de defensa“Para mí lo más importante es la vida. Yo no vivo de la política pero la política afecta mi vida. Participar en política es un acto de defensa propia porque si tú no actúas otro va actuar por ti. Quien crea que eso no es así solo tiene que estudiar la historia de América Latina”. 2. El bien común“La política es la manera más civilizada de crear un argumento administrativo que ayude a fomentar la solidaridad y el sentido común en lo que es el trato diario. Si dejas al ser humano ser lo que es, nos estaríamos matando los unos a otros. El proceso político nos permite organizarnos alrededor de una idea, un bien común, y contrarrestar nuestro egoísmo natural”. 3. Provocar una discusión“Yo no trato de convencer a nadie, yo lo que quiero es provocar una discusión. Por ejemplo, ¿Por qué estamos aferrados a la noción de que el cambio climático no existe y no estamos haciendo lo posible para crear una política energética que tenga sentido? ¿Por qué no prepararnos con fuentes de energía eólica en verano, por qué tenemos agua pero no tenemos cómo transmitir los megawatts? ¿Por qué se están construyendo inmuebles en Panamá en las tierras donde tenemos el mejor café del mundo?. 4. No estamos condenados“Mucha gente honesta no entra en la política porque cree que es una mierda. Pero yo les digo que la política es una mierda porque gente como ustedes no entran. Si tú dejas un espacio, alguien lo va llenar. Si los que no se consideran corruptos no entran, entonces entran los corruptos pero alguien tiene que manejar el bus. La responsabilidad es nuestra. Nosotros somos lo que estamos poniendo a esa gente allí y nos olvidamos. Pensamos que estamos condenados a esto pero eso es falso. Nosotros mismos nos auto-condenamos.” 5. Dejar un legado“ Como no tengo agenda ideológica ni le debo cosas a partidos políticos, antes de morirme yo quisiera dejar un argumento sobre administración pública que tenga sentido. Si mi argumento no pasa, no pasó pero yo traté y quedará para que los jóvenes lo retomen”.