Washington. Más de 600 integrantes de las fuerzas armadas estadounidenses le dijeron a personal médico que creen haberse expuesto a agentes de armas químicas en Iraq después de la invasión que efectuó Estados Unidos en el 2003, reportó el jueves “The New York Times”.
Funcionarios del Pentágono dijeron que el Departamento de Defensa ampliará su contacto con veteranos y establecerá una línea telefónica gratuita para recibir reportes de posible exposición a dichos agentes y solicitudes de evaluación médica, señaló el periódico.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel, ordenó una revisión interna de registros militares después que el diario reportó en octubre que tropas estadounidenses hallaron armas químicas degradadas de la década del 80 que habían sido ocultadas o utilizadas en bombas de manufactura casera.
El reporte inicial del diario reveló que 17 miembros de las fuerzas armadas habían resultado lesionados por gas sarín o agente mostaza de azufre, y después que se publicó el artículo, varios más dieron a conocer que ellos también habían quedado expuestos.
El comando de Salud Pública del ejército recolecta sondeos estandarizados de historiales médicos, conocidos como evaluaciones de salud posteriores al emplazamiento en el frente, que las tropas llenan luego de que completan recorridos de combate, reportó el diario. A los que respondieron “sí” a una pregunta en torno a exposición a ese tipo de agentes bélicos, se les pidió que proporcionaran una explicación breve.
La revisión ordenada por Hagel mostró que 629 personas respondieron “sí” a esa pregunta y también llenaron un cuestionario con información que indicaba exposición a agentes químicos, declaró al periódico el coronel Jerome Buller, portavoz del director de salud del ejército. Cada persona que respondió el cuestionario habría recibido una consulta médica al concluir su recorrido de combate, señaló Buller.
“The New York Times” reportó que no está claro por qué las fuerzas armadas no tomaron medidas adicionales, tales como el recopilar los datos a medida que se acumulaban durante más de una década, rastrear a veteranos con quejas médicas relacionadas, o hacer circular advertencias a los soldados y al Departamento de Asuntos de Veteranos sobre los riesgos.
[Tomado de AP]