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Bagdad, Reuters
Terroristas del Estado Islámico ejecutaron al menos a 220 iraquíes en venganza por la resistencia de una tribu a la toma de su territorio, ubicado al oeste de Bagdad, dijeron fuentes de seguridad y testigos.
Autoridades descubrieron el jueves dos fosas comunes con más de 200 miembros de la tribu musulmana sunita Albu Nimr, que el Estado Islámico había capturado esta semana. Los cautivos, hombres de entre 18 y 55 años, habían sido baleados, dijeron testigos.
Los cuerpos de más de 70 hombres de Albu Nimr fueron arrojados cerca de la ciudad de Hit, en el corazón de la provincia sunita de Anbar, según testigos que contaron que la mayoría de las víctimas eran miembros de la policía o de una milicia opuesta al Estado Islámico llamada Sahwa (Despertar).
“A primera hora de la mañana encontramos estos cadáveres y algunos militantes del Estado Islámico nos dijeron que 'esas personas son de Sahwa, que combatió a sus hermanos del Estado Islámico y este es el castigo de cualquiera que luche contra el Estado Islámico'”, relató un testigo.
Los insurgentes habían ordenado a los hombres de la tribu que dejen sus pueblos y vayan a Hit, a unos 130 kilómetros al oeste de Bagdad, prometiéndoles un “pasaje seguro”, dijeron líderes tribales. En ese momento fueron capturados y baleados.
Los extremistas dispararon a sus víctimas después de haberles atado las manos y tapado los ojos en un mercado al aire libre, añadieron las fuentes. Un video de esta ejecución fue colgado en You Tube.
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Una fosa común cerca de la ciudad de Ramadi, también en la provincia de Anbar, contenía los restos de 150 miembros de la misma tribu, dijeron funcionarios de seguridad.
La milicia Sahwa fue formada con el apoyo de Washington para combatir a Al Qaeda durante la ofensiva estadounidense del 2006-2007.
Washington, que ya no tiene fuerzas terrestres en Iraq pero provee apoyo aéreo a las fuerzas iraquíes, espera que el Gobierno pueda reconstruir la débil alianza con las tribus sunitas, particularmente en Anbar, que está ahora mayormente controlada por el Estado Islámico, un grupo que sigue una versión ultra radical del Islam sunita.
Pero líderes tribales sunitas se quejan de que el primer ministro chiita, Haider al-Abadi, no ha cumplido la promesa de entregarles armas para contrarrestar las ametralladoras, rifles, granadas y tanques del Estado Islámico.
Sheikh Naeem al-Ga'oud, uno de los líderes de la tribu Albu Nimir, dijo que “los estadounidenses son puras palabras y ninguna acción”.
En el norte, fuerzas del Gobierno dijeron que se estaban acercando a la ciudad de Baiji, en un intento por terminar con la toma de la mayor refinería de Iraq por parte del Estado Islámico.