El Centro Carter informó este miércoles que enviaría una “misión técnica de expertos electorales internacionales” a Venezuela para trabajar como observadores de los comicios regionales a celebrarse en el país el próximo 21 de noviembre.
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De esta forma, la organización fundada por el expresidente estadounidense Jimmy Carter, volverá a observar una elección en Venezuela tras 8 años de ausencia.
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La última vez que lo habían hecho fue para los comicios presidenciales del 2013 cuando Nicolás Maduro obtuvo la victoria en las primeras votaciones tras la muerte de Hugo Chávez. Previamente, habían observado seis elecciones en Venezuela, entre 1998 y el 2013.
En agosto del 2015, el Centro Carter anunció el cierre de sus oficinas y cese de sus operaciones en Venezuela argumentando que preferían destinar “sus recursos limitados en otros países que solicitaron su apoyo”, según una nota de la agencia de noticias EFE.
La agencia AFP, por su parte, tuvo acceso a un “memorando de entendimiento” firmado el lunes entre la directora ejecutiva del Centro Carter, Paige Alexander, y el presidente del máximo ente electoral venezolano, el Consejo Nacional Electoral (CNE), Pedro Calzadilla.
El acuerdo fue suscrito luego de que el centro enviara a un grupo de representantes a Venezuela a inicios de octubre para evaluar la posibilidad de desplegar una misión electoral, detalla la AFP.
La misión estará conformada por cuatro expertos electorales y dos representantes del centro que arribarán a Caracas “a inicios de noviembre”. Debido al limitado número de observadores, advirtió la misma organización, “no podrá realizar una evaluación exhaustiva de los procesos de votación, escrutinio y tabulación”, y solo será capaz de “evaluar aspectos claves del proceso electoral”.
La misión del Centro Carter se suma de esta forma a la de la Unión Europea, que desplegará un equipo de expertos en el país caribeño luego de 15 años.
SOLO BUENAS INTENCIONES
Desde el CNE, señalado de responder al régimen de Maduro, han celebrado la llegada de observadores para los comicios de noviembre.
“Ya se encuentran en el país observadores y veedores internacionales, así como representantes de misiones de especialistas electorales (...). ¡Bienvenidos!”, dijo durante una transmisión por radio y televisión Pedro Calzadilla.
La presencia de observadores internacionales marca un cambio respecto a la apertura del régimen venezolano hacia misiones de observación externas en sus procesos electorales, acusados de estar amañados a favor de Maduro y el gobernante PSUV.
“A mi la decisión me tiene un poco desconcertado”, confiesa el analista político venezolano asentado en el Perú, Luis Nunes, a El Comercio.
“Como bien explica, el Centro Carter salió de Venezuela con las faldas en la cabeza hace ocho años. Que ahora vuelva, y la UE también, para una visita que ni siquiera se pueden llamar de observadores, porque el reglamento del CNE los denomina acompañantes. Cuando yo acepté ser jefe de misión en el Perú vine 4 meses antes, de qué sirve ir 3 semanas antes cuando las reglas del juego, los candidatos que participarán y los que han sido prohibidos ya están dados. Es una especie de turismo electoral que solo servirá al régimen para legitimarlo”, agrega el experto.
El Centro Carter anunció que presentaría sus primeros comentarios pocos días después de las elecciones y un informe final “más detallado” dos meses después. Nunes se declaró “escéptico” de los resultados que podrían haber.
“Puedo entender que es un gesto para bajar la tensión y dar una mano a que la situación se normalice. Pero no se va a normalizar si solo gana las elecciones el régimen de turno”, comenta.
Cabe resaltar que las elecciones se producen en medio de la suspensión al diálogo que mantenían el régimen de Maduro y parte de la oposición en México, luego de que el empresario colombiano Alex Saab, señalado de ser testaferro del dictador venezolano, fuese extraditado a Estados Unidos e iniciara el juicio en su contra.
“Yo creo que los observadores quieren dar una mano para sembrar esos puentes. El problema es que hemos visto la pataleta de Maduro al retirarse del diálogo en México simplemente porque su principal testaferro ahora va a hablar en Estados Unidos. Él (Maduro) maneja las condiciones y hace parecer estas elecciones como justas, libres y transparentes cuando serán todo lo contrario. El primer intento de legitimar unas elecciones (mediante misiones internacionales) se dará a inicios de noviembre en Nicaragua y se va a repetir después en Venezuela. A lo mejor hay una buena intención de los observadores, pero creo que el régimen los va a mecer”, añade Nunes.
IRREGULARIDADES Y DIVISIÓN
La situación nicaragüense a la que hace referencia el analista ha tenido gran eco internacional. Desde la OEA, por ejemplo, han exigido la liberación de los precandidatos presidenciales y críticos al régimen de Daniel Ortega que han sido apresados desde inicios de año.
En Venezuela, donde la crisis social, económica e institucional se ha extendido por varios años, dichas irregularidades han dejado de tener la misma resonancia fuera de sus fronteras.
En ese sentido, Nunes define los comicios venezolanos como “una organización preparada para un fraude”.
“Primero, el CNE a pesar de que se pronuncia como independiente responde al Gobierno. Venezuela es uno de los pocos países donde el cronograma electoral lo decide el Gobierno, no es como acá que en la Constitución se define cuándo serán los comicios, allá son cuando al presidente le da la gana. Luego, la composición del propio CNE es definido por el mandatario, eso no resiste a ninguna ley de neutralidad. Las FF.AA., los medios de comunicación controlados, la policía, el mismo espíritu de una elección libre, justa y transparente no existe en las elecciones venezolanas hace años. Han cambiado las circunscripciones electorales para acomodarlas a favor de los candidatos del régimen. Si esto es legitimado por observadores, cómo se va a quejar luego la oposición”, advierte.
Precisamente sobre la oposición, ninguno de sus líderes más influyentes se ha pronunciado firmemente sobre el anuncio del Centro Carter de enviar una misión de observadores.
Para el analista, esto se debe a que el Gobierno consiguió fragmentar a la oposición al punto de que no puedan acordar ninguna posición en conjunto.
“Creo que el régimen ha tenido una estrategia exitosa: dividir y subdividir a la oposición. Con una oposición absolutamente dividida es difícil, por ejemplo, presentar candidatos unitarios. Cada partido opositor que ha sido aceptado por el Gobierno va con su propio candidato, no han entendido que separados seguirán perdiendo elecciones”, añade.
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