El 79 por ciento de la población encuestada quiere un cambio de ministros, según una consulta del IEP, publicada por el diario “La República”. El 27 por ciento quiere un cambio total y el 52 por ciento, uno parcial.
No parece ser el ánimo del gobierno hacer cambios adicionales, luego de la salida de Héctor Béjar de la Cancillería. Béjar había atribuido a la Marina de Guerra del Perú haber iniciado el terrorismo en el Perú.
El terrorismo, las acciones violentas y criminales para poner en zozobra a la población, lo inició Sendero Luminoso. No se puede confundir a un grupo de paramilitares en acciones de sabotaje con la Marina, si es que esa fue la atribución.
Béjar mismo hizo insostenible su situación y provocó el primer y, hasta ahora, único cambio ministerial, antes de la presentación del Gabinete ante el Congreso.
Para asegurarse de no tener más problemas con designaciones de tipo político, el gobierno nombró a Óscar Maúrtua, diplomático de carrera. La elección causó una discrepancia del partido de Gobierno.
El nuevo canciller, ha escrito Vladimir Cerrón, “no representa el sentir de Perú Libre. Nuestro partido es un ente integrador y soberano, apuesta por una Latinoamérica unida independiente, rechazando cualquier política injerencista o servil”.
El propio presidente del Consejo de Ministros deja traslucir similares criterios, aunque en un lenguaje menos transparente. Ante las críticas por parte de Cerrón y otros representantes de su partido, Guido Bellido ha ensayado una justificación.
“Lo que existe es un planteamiento, un programa. En proceso de campaña hay documentos importantes que ya se han precisado y en la PCM todos los ministros tenemos que trabajar en esa línea”, declaró a la salida de su vacunación en el Parque de la Exposición.
“El presidente con cada uno de nosotros, incluido el canciller, ha sido claro: lo que se ha prometido al pueblo, ese es el norte y en esa línea tiene que ponerse uno a derecho”, agregó.
Esa curiosa expresión de “ponerse a derecho” debe significar alinearse a la política de Gobierno prometida en campaña.
“Si han tenido otras posturas en el pasado (los ministros), –agregó Bellido– nosotros no somos de las personas que juzgamos de ello (sic), nosotros vamos a tomar en cuenta desde el inicio de este compromiso de trabajar por el país”. (RPP, 21.8.21).
“Uno tiene que ir de manera coherente y en sintonía con el programa de gobierno, con los compromisos de campaña y con la orientación que tiene este Gobierno”, sentenció.
Bellido trataba, seguramente, de explicarle a Vladimir Cerrón cómo así se había elegido a alguien que, en su anterior gestión de canciller, había dispuesto el retiro del embajador peruano en Venezuela en el 2006.
Las declaraciones de Bellido no corresponden a la de un presidente del Consejo de Ministros que tendría, más bien, que darle la bienvenida al nuevo integrante de su consejo. Contrastan con la bienvenida que sí le dio el ministro de Economía, Pedro Francke, al nuevo funcionario.
La discrepancia entre el gobierno y el partido de gobierno tendrá consecuencias. El presidente Castillo, más bien, tratará de resarcir o apaciguar a sus compañeros de viaje. No se hará, pensamos, ningún cambio ministerial adicional que afecte las preferencias de Perú Libre.
Lo veremos esta semana.