El procurador que reemplaza a la defenestrada Yeni Vilcatoma es Joel Segura, ex secretario general en el Poder Judicial (y asistente de prácticas en la PUCP) del juez supremo San Martín. Y en ese rol de secretario, a Segura le tocó procesar el Caso Madre Mía para San Martín, donde Humala salió limpiecito de serias acusaciones de violación a derechos humanos, de esas con que la izquierda –tan callada en este caso– por mucho menos ha crucificado a otros muchos militares.
San Martín y Figallo trabajaron en el mismo estudio de abogados (Ugaz). Y San Martín sale inesperadamente a defender con todo a Figallo, sin que nadie (¿o “Nadine”, más bien? ¡Solo bromeo!) se lo pida y comprometiendo así un adelanto de opinión, a pesar de ser un magistrado supremo. Que mi lector ya aquí saque solo sus cuentas.
Y tal como pronostiqué hace poco, Humala no ha dado de baja a Figallo, un pato que hace rato lleva plomo en el ala. Posiblemente en esta obstinación por mantener a un ‘quemado’ se mezclen el machismo militar aquel de que no se debe mostrar nunca debilidad, con el natural temor de echar a alguien que sabe mucho de ti (porque Ollanta no mantiene aún a Figallo por “lealtad”: su conducta con anteriores aliados –Siomi, la izquierda, Valdés, los brasileños, Marisol Espinoza, etcétera– más bien indica que desconoce ese concepto). Decidido a luchar por Figallo, me imagino que Humala calculará que desde este lunes 15 de diciembre hasta el lunes 5 de enero bajará mucho la atención ciudadana a los asuntos públicos por las fiestas y que la tormenta amainará sola; esto acompañado de buscar sacarle escándalos a la oposición para también mover el foco de atención y poner a esta a la defensiva. Casos como MBL, Ecoteva y OLM seguramente recién serán seriamente investigados a partir de julio del 2016, no antes.
PD: El embajador uruguayo me envía una carta de protesta por escribir que su país está estancado. Me parece muy bien que haga su trabajo de defender a su país, aun metiéndose con opiniones libres que no tiene por qué juzgar. Uruguay me encanta por la amabilidad y civilización de su gente, pero en un análisis de largo plazo se advierte que es una sombra del país que fue muchas décadas atrás, donde llegó a superar a varias naciones europeas importantes. Así como Argentina debería ser ahora una Australia por tantas similitudes productivas (ver: “¿Por qué Argentina no fue Australia?”), Uruguay (PBI/FMI per cápita anual de aproximadamente US$ 16 mil) debería ser ya una Nueva Zelanda (PBI/FMI per cápita anual de casi US$ 31 mil, superando por poco a España ) y no un país solo un poco por encima de la patética media latinoamericana (que, encima, indignamente pone en el poder a los otrora terroristas Tupamaros, olvidando cómo estos agredieron a una impecable democracia y trajeron sangre y dictadura). Un consejo: busquen asociarse con la Unión Europea como miembro pleno, con algún arreglo extracontinental. Es la única manera de que dejen de depender tanto de los incorregibles Argentina y Brasil y alcanzar pronto a Nueva Zelanda.