“La próxima vez que escuchen a los aspirantes republicanos decir que los indocumentados están causando la crisis del fentanilo, sepan que están mintiendo”.
El expresidente Donald Trump y los otros aspirantes presidenciales del Partido Republicano están diciendo que Estados Unidos está siendo invadido por inmigrantes indocumentados mexicanos que son responsables del contrabando de fentanilo hacia el país.
Sin embargo, los candidatos republicanos están distorsionando totalmente la realidad y difundiendo una narrativa falsa. Lo que no están diciendo es que la mayoría de los migrantes que cruzan la frontera sin documentos no son mexicanos, sino venezolanos y centroamericanos, y que los datos oficiales muestran que los indocumentados no tienen prácticamente nada que ver con el tráfico de fentanilo.
Según datos oficiales, casi todo el fentanilo ingresa a los Estados Unidos a través de puertos de entrada legales, incluidos los aeropuertos. Lo que es más importante aún, la mayor parte de esta droga es contrabandeada por ciudadanos estadounidenses.
Las llegadas ilegales a través de la frontera sur han vuelto a ser noticia, porque aumentaron en un 30% en julio y agosto, después de haber disminuido ligeramente en mayo y junio.
Pero Trump y los otros aspirantes republicanos están falseando los datos oficiales para culpar a los indocumentados del tráfico de fentanilo y alimentar el racismo de muchos de sus seguidores. Como buenos populistas, culpan a los de afuera.
Hablando de los inmigrantes, Trump dijo en un mitin de campaña reciente que si gana las elecciones detendría “la invasión” de indocumentados y enviaría “miles de tropas” a la frontera.
En el segundo debate republicano de la semana pasada, al que Trump decidió no asistir, todos los aspirantes parecían competir para ver quién adoptaba la línea más dura contra los migrantes mexicanos y contra México. Algunos, como Ron DeSantis y Nikki Haley, pidieron una intervención militar estadounidense en México para combatir a los cárteles de la droga.
Sin embargo, según el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), la mayoría de los indocumentados que están cruzando la frontera no son mexicanos.
“Si se consideran todas las llegadas irregulares a la frontera suroeste de Estados Unidos este año fiscal, los mexicanos representan solo el 30%”, me dijo Colleen Putzel-Kavanaugh, analista del Instituto de Política Migratoria, un centro de investigaciones no partidista. “El resto son principalmente venezolanos, hondureños y guatemaltecos”.
En agosto, hubo 51.913 llegadas de inmigrantes indocumentados a través de los cruces fronterizos entre Estados Unidos y México, de los que solo 15.990 fueron mexicanos. El resto eran venezolanos, haitianos, cubanos, centroamericanos, africanos y asiáticos, según datos de la guardia fronteriza.
Lo que constituye una mentira aún mayor de los aspirantes republicanos es su afirmación de que los indocumentados son los culpables del tráfico de fentanilo. Más de 73.000 estadounidenses murieron por sobredosis de fentanilo en el 2022, más del doble de la cantidad de muertes por esa droga en el 2019, según el Centro para el Control de Enfermedades.
Según datos oficiales, el 86,2% de los delincuentes condenados por tráfico de fentanilo son ciudadanos estadounidenses.
Lo que es aún más revelador, un estudio del Instituto Cato encontró que solo el 0,02% de las personas interceptadas mientras intentaban cruzar la frontera ilegalmente llevaba fentanilo.
Los indocumentados que cruzan la frontera saben que pueden ser detenidos y registrados por los guardias fronterizos y, por lo tanto, no se meten en ese negocio. Por eso, la mayoría de los traficantes de fentanilo son ciudadanos estadounidenses que entran al país por cruces legales, donde la posibilidad de ser registrados es mucho menor.
Pero, a pesar de todas las evidencias en sentido opuesto, una encuesta de NPR-Ipsos mostró que el 60% de los votantes republicanos cree que la mayor parte del fentanilo que ingresa al país es contrabandeada por indocumentados.
En lugar de invadir México o enviar tropas a la frontera, como piden los aspirantes republicanos, Washington debería aumentar la detección de fentanilo en los puentes fronterizos y los aeropuertos. Y, por supuesto, debería aumentar la educación, la prevención y los tratamientos para reducir el consumo de fentanilo en Estados Unidos.
De manera que la próxima vez que escuchen a los aspirantes republicanos –o a Fox News y otros medios de propaganda republicana –decir que los indocumentados están causando la crisis del fentanilo, sepan que están mintiendo. Están engañando a la gente, sin hacer nada para solucionar los problemas.
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