Precursor de la independencia política y del romanticismo literario en el Perú, Mariano Melgar nació en Arequipa, ciudad situada en el sur del país, a 2.400 metros de altura y entre la sierra alta y el mar. No se sabe la fecha exacta de su nacimiento, pero consta que fue bautizado el 12 de agosto de 1790. Fueron sus padres Juan de Dios Melgar y Andrea Valdivieso. Aunque el carácter de su poesía ha hecho pensar en un mestizaje, el hecho de que se le bautizara en la parroquia del Sagrario indica que era un español criollo. Sus primeros estudios los realizó en el Convento de San Francisco; y a los 17 años ingresó en el Seminario de San Jerónimo, centro de una importante renovación pedagógica en Arequipa, donde siguió los cursos de Filosofía y Teología.
Profesor interino de Latinidad y Retórica al terminar sus estudios, regentó luego en el mismo seminario un curso de Filosofía y Matemáticas, entre 1811 y 1813. Vinculado a las principales figuras literarias de su ciudad natal, participó con José María Corbacho, José Piñeyro y Mariano José de Arce en los elogios poéticos con que se celebró la designación del limeño José Baquíjano y Carrillo como consejero de Estado en 1812.
Admitido para recibir las órdenes menores, en julio de 1813 decidió viajar a Lima a graduarse en Derecho. Pocos meses después, volvió a Arequipa y, por razones personales –y al parecer sentimentales, como consecuencia de su frustrado amor por María Santos Corrales y Salazar, la “Silvia” de sus versos–, se retiró al valle de Majes.
Entusiasmado por la revolución emancipadora que encabezó Mateo García Pumacahua, se enroló en Chuquibamba, se unió en Arequipa al grueso del ejército rebelde y continuó hasta Puno con el cargo de auditor general. Derrotado el ejército patriota de Pumacahua por el realista del general Ramírez, en la batalla de Umachiri, Melgar fue hecho prisionero y condenado a muerte, junto con el cacique de Umachiri y otros oficiales de las fuerzas libertadoras. La ejecución se realizó el 12 de marzo de 1815, cuando el poeta solo contaba, por lo tanto, con 24 años y medio de edad.
Las circunstancias de su vida y el hecho de que sus obras poéticas (con excepción de los elogios a Baquíjano) solo se publicaran después de su muerte, a base de manuscritos no siempre cuidados y algunas veces de atribución dudosa, hacen que sea difícil conocer con exactitud la producción literaria de Melgar. La fuente más completa sigue siendo la edición de sus poesías hecha en 1878 por su sobrino M. Moscoso y Melgar. La división allí adoptada comprende: Elegías, Odas, Sonetos, Traducciones, Carta a Silvia. Yaravíes y Fábulas; que suman en total 30 composiciones. Pero, posteriormente, se han publicado otras obras poéticas: décimas, octavas, epigramas, rimas, provenzales, una poesía en italiano, fábulas y, sobre todo, yaravíes.
La Mixtura para el Bello Sexo, la Lira Arequipeña, el Cancionero Mistiano y otras antologías semejantes han recogido de la tradición oral y del repertorio de los cantores populares de Arequipa numerosos “yaravíes”; en muchos de los que es difícil asegurar la paternidad, porque a Melgar se lo considera habitualmente creador o recreador, de todo un género.
–Glosado y editado–
Texto originalmente publicado el 12 de marzo de 1965.