Guillermo Bermejo, congresista electo por Perú Libre, es un puntal del castillismo. Organizó, según el economista Silvio Rendón, que los sigue de cerca, la gira de Castillo por el Vraem, momento épico en su triunfal primera vuelta. Es muy radical y se lo ha investigado (no está condenado) por supuestas relaciones con Sendero Luminoso. Pero no quiero descalificarlo a partir de judicializaciones inconclusas; más bien, quiero calificar este interesantísimo tuit suyo escrito el lunes:
“El cargamontón de los medios tiene la intención de mantenernos en el círculo vicioso de responder al terruqueo, sobre Venezuela o si gobernará Castillo o Cerrón. La verdad, aburren. Por mi parte se pueden quedar hablando solos, el tiempo que queda es valioso como para dedicárselo a grupos de poder corruptos que trabajan para la Señora K y el fujimontesinismo. A cada infamia, más trabajo. Apaguemos el televisor como señal de protesta, que les duela en el bolsillo que es lo único que les interesa”.
Guillermo, permíteme la confianza, tu tuit formula con suma claridad el sueño de ganar una elección sin medios. Está planteada como decisión personal (“por mi parte se pueden quedar hablando solos”), pero luego usas el plural, y es así que sobreentiendo que es tu deseo para Castillo.
Esta utopía no es solo de izquierda, es de varios ‘outsiders’ populistas, también de derecha. Lo fue de Trump en EE.UU., pero apostó a medios afines como Fox News y a replicar en conferencias de prensa y en sus redes todo lo que dijeran los medios que aborrecía. Es decir, no comparecía en medios que lo criticaran, pero no los ignoraba, no los dejaba “hablando solos”.
Bolsonaro fue más radical, pues no había sido una estrella mediática como Trump antes de la política. Su campaña se basó mucho en redes como Facebook y grupos de WhatsApp, y tuvo el apoyo de unos pocos medios surgidos o reconvertidos para la ocasión. Pero tampoco ignoraba a sus contrarios, los replicaba. Aquí hemos tenido el caso de Rafael López Aliaga, que declara su aversión a los medios, pero no los ignora, visita a algunos.
El Perú es sede accidental de muchos experimentos políticos y la utopía de Bermejo podría agarrar carne. Pero ojo, Guillermo, en la primera vuelta, que es de donde, asumo, sacas tu convicción, tu líder, en realidad, no aparecía en la pantalla de la TV abierta porque no figuraba en las encuestas; pero en el último tramo, tras el debate del JNE, sí compareció, enlazado, en varios canales. La idea de que hasta el domingo 6 de junio solo aparezca en giras y redes, como si las primeras no estuviesen ya concebidas para que la TV y la prensa las cubra, es solo eso, una utopía.