Después de mucho tiempo sin declarar a la prensa, la primera dama decidió romper el hielo. Lo ha hecho con relación al tema de Martín Belaunde Lossio.
La esposa del presidente ha querido deslindar responsabilidades. Por eso le ha pedido que se entregue. “No alargue más esto”, ha señalado en tono ciertamente coloquial.
Ha dicho que ella y el presidente se sienten “un poco fastidiados”. MBL ha utilizado, sostiene, sus nombres sin autorización.
La pareja presidencial se encuentra en un problema. Esa defensa es, desde un punto de vista político, muy débil. Es muy parecida a la que, en otro tipo de delito, ensayó Alberto Fujimori en relación a Vladimiro Montesinos.
Se le puede dar el beneficio de la duda a la primera dama. Eso requiere, no obstante, un prejuicio a favor.
El señor Martín Belaunde buscó hacer negocios con diversos gobiernos regionales y distintas empresas. Usó su cercanía a la pareja presidencial para hacer lobby y ejercer presión, cuando no chantaje.
La relación con los Humala-Heredia no solo es de la campaña del 2006. La señora Nadine recibió un pago de 30 mil dólares por una consultoría para Soluciones Capilares, empresa de MBL, que nunca funcionó.
La señora también recibió un pago de 51 mil dólares por un estudio sobre palma aceitera. Quien pagó el estudio fue el padre de MBL, Arturo Belaunde Guzmán. Este señor tuvo una cuenta mancomunada con el hermano de la primera dama, Ilan Heredia.
Cuando ya Martín Belaunde estaba bajo investigación, el presidente Ollanta Humala salió en su defensa. Pidió a los medios respetar su nombre, porque, según dijo, había una familia de por medio.
Es extraño el rasero del presidente Humala. La consideración de las familias de allegados tiene un valor distinto a la consideración de las familias no allegadas. Lo hacen evidente sus declaraciones sobre las “cloacas” partidarias.
En un documento se denunció en el 2012 la utilización del nombre de la pareja presidencial por Belaunde. Esto llegó a la Presidencia del Consejo de Ministros.
El primer ministro de entonces, Juan Jiménez, ha dicho que no leyó el documento. Nadie conocía, dice, a Martín Belaunde en ese entonces.
Lo que ha dicho Jiménez es grave. Solo se investigan las denuncias que involucran a personajes conocidos. No importa que lo hagan las autoridades que están para eso.
Nadie preguntó, según Jiménez, quién era Martín Belaunde. O preguntaron y optaron por callarse.
“Es un tema de utilización de nuestro nombre sin autorización nuestra”, dice Nadine . Es, sin embargo, mucho más.
Tiene que aclararse la relación exacta de Martín Belaunde Lossio con la pareja presidencial. Tiene que aclararse todo lo relacionado con los pagos que recibió la primera dama de empresas vinculadas a Martín Belaunde o su padre.
Si la señora Heredia no hace estas aclaraciones, difícilmente se podrá sostener un prejuicio a su favor. Cómo, si no, creerle a la primera dama.
Queremos creerle, pero que nos cuente todo.