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Cuando parece que por fin alguien en el Legislativo está por sacar adelante una iniciativa positiva, la penosa dinámica de protección de los propios intereses que domina ese poder del Estado acaba por imponerse y nos devuelve a la realidad.
La idea de permitir la reelección de alcaldes y gobernadores regionales es, en nuestra opinión, positiva. Desde este Diario hemos puesto de relieve en múltiples oportunidades las ventajas que ello traería consigo y los costos que enfrentamos por no contar con ese recurso. En apretada síntesis, lo que se ganaría es la continuidad en las gestiones exitosas (pues, de lo contrario, los ciudadanos de las localidades o regiones concernidas no votarían por ellas) y una especialización de determinados políticos en un tipo específico de ejercicio de gobierno. Al no existir esa opción, en cambio, siempre se debe empezar una y otra vez de cero, y el ensayo y error está a la orden del día, lo mismo que la ejecución morosa de los presupuestos.
Como se sabe, en mayo del 2024 el Congreso aprobó en primera votación la reforma constitucional que habilitaba el derecho a la reelección en los contextos mencionados, pero seis meses después algunas de las bancadas que habían apoyado el proyecto en principio cambiaron de postura y, en la segunda votación, la reforma no alcanzó los 87 votos que requería. Entre otras cosas, fue la circunstancia de que el proyecto establecía también la supresión de los movimientos regionales como alternativa electoral lo que precipitó la mudanza de opinión de tales bancadas.
Acertadamente, entonces, la parlamentaria Lady Camones, de Alianza para el Progreso (APP), presentó en diciembre del año pasado una nueva iniciativa para hacer posibles las mentadas reelecciones, dejando fuera del esquema la eliminación de los movimientos regionales: una buena manera de sortear el escollo que hizo fracasar la idea en la ocasión anterior… Pero en un plenario del partido liderado por César Acuña se le demandó a la congresista Camones retirar el proyecto y hace unos días ella lo hizo. Los motivos de esta decisión partidaria no han sido expuestos, pero ha trascendido que tendrían que ver con la preocupación que existe en APP por tener más competidores en las elecciones subnacionales. De hecho, autoridades subnacionales que han conversado con este Diario contaron que desde APP les aseguraron que harían todo lo necesario para conseguir sacar adelante esta reforma, y sin embargo, sin consultarles nada, el grupo político la retiró sorpresivamente…
Así, una buena idea ha quedado desechada hasta nuevo aviso y los 43 distritos de Lima, por poner un ejemplo, seguirán condenados a estrenar un gobierno inexperto una y otra vez.